Saturday, December 31, 2016

Breve balance de las violaciones a los derechos humanos en Cuba, 2016

Breve balance de las violaciones a los derechos humanos en Cuba, 2016
Las condiciones de hacinamiento en las cárceles cubanas, la comida
infecta y los tratos degradantes han sido denunciadas por las víctimas y
sus familiares a lo largo de todo el año
Marlene Azor Hernández, Ciudad de México | 30/12/2016 5:29 pm

Enero comenzó con la quema de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos a manos de niños y adolescentes, conducidos a participar en un
"acto de repudio" contra las Damas de Blanco. El Gobierno cubano viola
el Convenio Internacional sobre los Derechos del Niño de la ONU, al
conducirles a observar la violencia y al orientarles quemar la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lejos de protegerlos de
los maltratos, los incita a la violencia.
El aumento de la represión durante 2016, me hizo constatar la violación
por parte del Gobierno cubano de la Convención contra la tortura de la
ONU. Los arrestos son ilegales, la policía y los órganos de la seguridad
del Estado no presentan sus datos de nombres y apellidos y número
profesional registrado policial o de la seguridad del Estado, no existen
órdenes de arrestos, no se saben las causas de los arrestos y pueden
pasar 10 meses de cárcel sin ser encausados.
El Gobierno cubano viola la Convención de la tortura porque no permite
la llamada telefónica inmediata al arresto para avisar a sus familiares,
no atiende al arrestado en sus necesidades médicas, no permite un
abogado al arrestado desde el inicio de su arresto, y no existe
mecanismo para apelar la decisión del arresto arbitrario. El Gobierno
cubano viola la Convención contra la tortura porque no incorpora el
término a su legislación penal ni la definición de los maltratos y
agresiones físicas y psicológicas. No castiga los maltratos,
humillaciones y agresiones por parte de las autoridades y permite y
orienta las golpizas, malos tratos, celdas de aislamiento y regímenes
penitenciarios arbitrarios de aislamiento con total impunidad.
Las condiciones de hacinamiento en las cárceles cubanas, la comida
infecta y los tratos degradantes han sido denunciadas por las víctimas y
sus familiares a lo largo de todo el año. Los allanamientos a las casas
de los opositores continúan siendo ilegales, no hay orden de registro,
se violentan las casas, delante de los niños y jóvenes de la familia,
las autoridades roban los instrumentos de trabajo, bienes y dinero y no
existe ninguna institución adónde apelar. La violencia estatal no tiene
ningún sistema de apelación. El Gobierno cubano viola los derechos
civiles de la ciudadanía.
En el año 2016 he conocido al menos ocho profesionales expulsados de su
trabajo, que acuden a los tribunales laborales y no logran su
restitución al puesto de trabajo por la arbitrariedad de estos órganos
subordinados al PCC y a la administración. En Cuba no existe
indemnización para las víctimas de los atropellos del estado ni órganos
independientes adónde apelar las decisiones arbitrarias de los
funcionarios públicos.
El nuevo Código de la Familia sigue engavetado desde 1997 y no se ha
discutido ni aprobado por el parlamento. El Código vigente delimita la
adultez a los 16 años, cuando la Convención del niño de la ONU la sitúa
a la edad de 18 años. Por lo tanto, las medidas correccionales a los
adolescentes entre 16 y 18 años no deberían existir con la categoría de
adultos, tampoco mezclarse en los centros correccionales adolescentes
con adultos como sucede en Cuba.
La figura del castigo corporal no está en el Código anterior y deja
margen para los castigos corporales en la violencia intrafamiliar e
institucional contra los niños y las mujeres. No existe en la
legislación penal el delito de femicidio, y Mariela Castro proclama que
en el país no existe ese delito. Sin embargo, las investigadoras de la
temática en Cuba no logran llegar a todos los expedientes en Medicina
Legal porque el delito no está tipificado y porque está prohibido el
acceso a la información y la difusión de la problemática en la opinión
pública del país. Las estadísticas muestran las muertes de las mujeres
sin discriminar el delito de femicidio y las féminas seguimos sin
protección frente a la violencia. El Gobierno cubano alude a un problema
"cultural" como mismo argumentan los gobiernos africanos frente a la
violencia de la ablación.
Así he visto durante 2016 incrementarse las denuncias de la violencia
contra las mujeres y no existe en Cuba refugios para las víctimas de la
violencia familiar, los policías no toman las denuncias porque eso "es
un asunto de pareja" en el cual no se involucran, (sobre todo si son
militares los que golpean) y no existen medidas de control de proximidad
entre víctimas y victimarios. El Gobierno practica "la política del
avestruz" frente a la violencia intrafamiliar contra niños y mujeres.
Así se viola la Convención contra la discriminación de la mujer de la
ONU y la Convención sobre los Derechos del niño de la ONU. ¿Deben los
niños y adolescentes de los opositores presenciar los actos de
vandalismo y brutalidad de las autoridades contra sus padres y
familiares? ¿Es correcto el arresto, las golpizas, los insultos a las
Damas de Blanco cada domingo?
Todos estos hechos violan las convenciones que he citado ratificadas por
Cuba en Naciones Unidas. Este año he aprendido que es una enorme
violación al respeto de la comunidad internacional y al pueblo cubano
que el Gobierno de Cuba sea miembro del Consejo de Derechos Humanos en
la ONU.
El Gobierno de Cuba viola asimismo la Convención contra la
discriminación racial de la ONU, siendo un Estado parte. El tema, si es
tratado en la opinión pública, tiene la prohibición desde el léxico
hasta el contenido. El Gobierno cubano permite que la discriminación
racial sea tratada "como rezagos culturales del pasado" y obvia la
desigualdad sociológica real de la discriminación racial en Cuba. No
permite un Observatorio Nacional contra la discriminación racial, no
permite la discusión de las desigualdades sociológicas por cuestiones
raciales y no elabora políticas públicas que eliminen la discriminación
racial de facto en Cuba. Este es otro tema tabú en la opinión pública
nacional.
He constatado en este año 2016, que el Gobierno cubano viola derechos
laborales y económicos elementales a los trabajadores cubanos. No existe
en Cuba el derecho a huelga y cuando esta ocurre es reprimida por la
policía y los órganos de la seguridad del estado: tabacaleros,
carretilleros, bicitaxistas e intermediarios agropecuarios, han sido
arrestados, multados y decomisado sus productos sin que exista una
legislación que respalde a los agredidos sino "las orientaciones" de
campañas improvisadas y aplicadas con total discrecionalidad contra los
supuestos transgresores. He visto, en este año 2016, que el salario
mínimo sigue siendo paupérrimo y que el salario medio es al menos tres
veces por debajo de una canasta mínima individual de alimentos y
productos de aseo personal. Castigar a los trabajadores con un salario
que no les permite resolver sus necesidades más elementales, obliga a la
ilegalidad y convierte el trabajo en un ingreso inviable para sobrevivir.
En Cuba el trabajo no es libre. Los profesionales no pueden ejercer sus
profesiones en el sector no estatal y todos los trabajadores de servicio
al exterior, y los contratados en empresas mixtas, son seleccionados por
empresas estatales parasitarias que se quedan entre el 80 % y el 96 %
del salario de los seleccionados. En Cuba no existe la libertad
sindical, los sindicalistas independientes corren la misma suerte que
los opositores: son sistemáticamente reprimidos. El Gobierno cubano
impone impuestos a los salarios a partir de los 500 pesos, aunque muchos
trabajadores del sector de la salud y la educación no lleguen a cobrar
un salario de esta cuantía. De todas formas, el Gobierno impone un
impuesto a la seguridad social a todos los trabajadores del sistema
presupuestario tengan salarios inferiores los 500 pesos, monto que
representa la tercera parte de lo que necesitarían para alimentarse y
asearse en el mes.
Por todo lo anterior, el Gobierno cubano viola los derechos económicos y
laborales de los trabajadores, siendo un Estado parte en los Convenios
de OIT, parte de la ONU, y ni siquiera publica los niveles de pobreza
creciente en el país. Este es otro tema tabú en la opinión pública nacional.
El Gobierno cubano viola los derechos sociales de los ciudadanos cubanos
al no garantizar ni vivienda adecuada, ni satisfacer la demanda de
materiales de la construcción, ni lograr el acceso al agua potable de
manera estable y por el sistema de acueductos, al mantener salarios
paupérrimos a los maestros y profesores, al no mantener la
infraestructura imprescindible en los hospitales y escuelas, otorgar
subsidios irrisorios y mantener pensiones paupérrimas. El Gobierno
cubano ha dejado en la indefensión a gran parte de la población más
vulnerable a partir de 2008.
He conocido por las víctimas de este desamparo los casos que han sido
excluidos de la seguridad social, "porque alguien en la familia
trabaja". Pero el subsidio y las pensiones en sí mismas, son tan
miserables, que constituyen una burla a la población. Sin embargo, las
FAR y el MININT cuentan con un sistema de seguridad social, separado del
resto de la población, muy generoso que les permite pensiones muy
superiores, y retirarse a edades tempranas, siendo su función pública
más evidente, la represión en el país y el cuidado de las fronteras.
El Gobierno cubano viola los derechos culturales de la población al
mantener la mordaza, la represión, y la expulsión contra toda creación
cultural que no sea del agrado de las autoridades del país. Así de
arbitrario. No existe una ley que proteja a los creadores de las
arbitrariedades del Estado. El caso de las Ciencias Sociales es
dramático. La mordaza, censura y prohibición al acceso a la información
y la prohibición de las investigaciones sobre todos los problemas
sociales, económicos, civiles y políticos del país, hace cuestionarse a
la ONU y a la ciudadanía cubana, ¿Por qué el Gobierno cubano se niega a
monitorear el incumplimiento de los derechos económicos, sociales,
culturales, civiles y políticos en Cuba?
En este año que termina, yo como ciudadana cubana he aprendido que no
tengo derechos de ningún tipo en mi país, en tanto ningún derecho es
reivindicable ni justiciable en Cuba. Los ciudadanos cubanos estamos
sometidos a la más alta arbitrariedad de un Estado que viola nuestros
derechos y no crea las condiciones para poder reivindicarlos, tampoco
para llevar las violaciones a los tribunales, penalizar a los
responsables y recibir indemnización frente a la arbitrariedad de los
propios funcionarios públicos sean civiles o militares.

Source: Breve balance de las violaciones a los derechos humanos en Cuba,
2016 - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/breve-balance-de-las-violaciones-a-los-derechos-humanos-en-cuba-2016-328212

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