Elegir el Presidente y Vicepresidente por medio del sufragio universal
septiembre 24, 2012
Democratizar la sociedad cubana es un imperativo de la actual etapa del
proceso revolucionario
Por Pedro Campos
HAVANA TIMES — Cómo parte del análisis hecho público por algunos
partidarios del Socialismo Participativo y Democrático, sobre la
necesidad de democratizar el sistema político-electoral de la sociedad
cubana, en el documento "Una acción afirmativa por la democratización",
se plantearon tres elementos claves que muchos cubanos comparten. Uno de
ellos, la elección por el voto secreto y directo del Presiente y
Vicepresidente de la República.
¿Qué importancia tiene esto, en el contexto histórico cubano concreto
actual?
Puede haber otras opiniones. Hay quien no está de acuerdo y tiene sus
argumentos, todos honorables y bienvenidos, siempre que se expresen con
base y respeto.
Para los cubanos la figura del líder siempre ha sido muy importante.
Recuérdese los problemas de liderazgo en las guerras del 68 y el 95, y
que las guerras civiles en el Siglo XX estuvieron asociados a los
intentos de los caudillos de permanecer en el poder y a la falta de vías
democráticas para canalizar el descontento: 1906, 1912-13, 1933, 1952 y
la ultima guerra civil en 1960-63 –Escambray- también relativa a la
carencia de vías democráticas.
Hoy es una demanda bastante extendida, que cualquier intento de
democratización en Cuba debe contemplar, aunque esas figuras no existan
en la Constitución, la elección directa por medio del sufragio universal
del Presidente y vicepresidente de la República, así como la de los
gobernadores de las Provincias y los Alcaldes municipales, de manera que
quienes allí lleguen se sientan comprometidos con los intereses de las
mayorías que los eligieron y respondan a ellas.
En Cuba tenemos un sistema político que, teóricamente, es parlamentario;
pero que en la práctica ha sido más presidencialista que los modelos
democrático-burgueses de ese tipo, pues en verdad mientras Fidel Castro
era el Presidente, éste era el que tomaba todas las decisiones
importantes, si bien en una época se consultaban los llamados
"parlamentos obreros", o se pedía a los presentes en la Plaza de la
Revolución que votaran levantando la mano.
Ahora su hermano Raúl tiene en cuenta lo que piensa Fidel, lo que cree
su entorno de generales y hace consultas a las bases del partido, los
trabajadores y el pueblo; pero su gobierno ha funcionado
fundamentalmente con decretos presidenciales, con alguna participación,
sobre todo en la aprobación final, del parlamento.
Tal instancia, en verdad, poco decide y sigue siendo electa según un
sistema electoral que garantiza la elección como diputados de los arriba
deseados y propuestos, por medio de comisiones de candidaturas
controladas por el Partido a todos los niveles. Es ese parlamento, el
que elige al Presidente y Vicepresidente.
Los de arriba deciden quiénes son abajo, los que deciden quiénes siguen
arriba.
El parlamento cubano. Foto: juventudrebelde.cu
De manera que nuestro sistema "parlamentario", es realmente el mismo que
existía en el "socialismo real" fracasado -democracias populares y el
denominado estado de todo el pueblo en la URSS-, y en nada se parece a
los modelos parlamentarios europeos tradicionales, como pretenden
algunos, dónde existe la libre concurrencia de partidos políticos a las
elecciones, la libertad de expresión y asociación, los parlamentarios no
responden a una sola línea política y están reunidos permanentemente
discutiendo y votando leyes.
Y los cubanos no somos europeos, aunque de allá tengamos mucha sangre,
si no americanos y en estas tierras, desde los Grandes Lagos de
Norteamericana, hasta la Patagonia, nuestras gestas independentistas,
produjeron sistemas presidencialistas, actualmente vigentes en la
mayoría de los países del ALBA.
Es lo que está en nuestras tradiciones mambisas y en las constituciones
posteriores, menos en la última del 76 que sin exponerlo fue diseñada
para que el Presidente concentrara un gran poder decisión.
Nadie debe olvidar las influencias mutuas entre las guerras de
intendencia de las 13 Colonias por librarse de Inglaterra y las
bolivarianas y cubanas por librarse de España. Políticamente somos más
de Nuestra América que europeos y nuestras naciones surgieron de guerras
de independencia contra metrópolis controladas por reinados que
evolucionaron a sistemas parlamentarios: una especie de metamorfosis de
las cortes, que no existían en América.
Y desde luego que los sistemas presidenciales tendrían que ver con
cierta tradición caudillista en nuestra región. Y en Cuba, a Fidel
Castro, posiblemente nadie hubiera podido disputarle nunca la
Presidencia; pero ya retirado de la política activa, la situación ha
cambiado radicalmente.
Si bien Raúl es muy respetado y querido en las principales instituciones
de poder real en Cuba, -Fuerzas Armadas y Ministerio del Interior, que
fue (literal) ocupado por las FAR en 1989-, no tiene las cualidades de
su hermano y su mantenido apego al estilo, los métodos y al personal
militar, luego de haber llegado a la Presidencia, no le han ayudado en
su popularidad.
Ni se presenta ni es visto como el Presidente de todos los cubanos, sino
como el General, que también es Presidente pues privilegia lo militar
sobre lo civil y político.
Outside a Cuban store that sells in hard currency.
Los militares ahora tienen las prebendas y los altos salarios nominales
y reales que nunca tuvieron. Los generales son nombrados ministros,
dirigen la economía y son puestos al frente de las empresas y proyectos
económicos importantes.
Los generales tratan de imponer sus métodos disciplinarios en las
empresas y en la economía que pretenden "mandar". La economía en divisa
es controlada casi toda por las FAR. Dicen: Cuba está militarizada. A mí
también me lo parece.
La presencia de muchos guerrilleros en las instituciones del gobierno,
el estado y el partido, tenía sentido revolucionario en los primeros
años de la revolución. La de militares 53 años después, cuando los que
guerrearon contra Batista, están por encima de los 70 y 80, NO.
De todas formas Raúl guarda legitimidad histórica por haber sido siempre
el segundo de Fidel, pero la gente ya no lo ve igual para los "otros"
llamados históricos. ¿Y si desgraciadamente Raúl, ya bastante mayorcito,
también se nos enferma, sin haberse democratizado el país?
El mismo Raúl fue muy claro cuando dijo que ya sin Fidel en la dirección
máxima, las cosas no podrían seguir siendo iguales, que solo podría ser
sustituido por el Partido todo. La práctica de estos 6 años, le ha dado
la razón: ninguno allá arriba se muestra en capacidad de asumir el papel
de Fidel, pero además han hecho como que cuentan con todo el Partido,
pero han seguido manejando el partido, el gobierno y el estado como una
agencia particular de la dirección establecida y no de sus bases, de los
trabajadores y el pueblo como se supone debería ser.
Han pedido opiniones, sí: en el lugar, el tiempo y espacio que ha
entendido la dirección, sin horizontalidad, sin discusiones abiertas a
todos, con una prensa que sigue respondiendo a los intereses
determinados por el Departamento Ideológico del Comité Central, con
direcciones provinciales y municipales del partido y del gobierno
siempre propuestas desde arriba a través de la cooptación y decidiendo
todo en los nichos estrechos del Buró Político reformado según los
pareceres de un reducido grupo.
La ausencia de Fidel era una oportunidad para la necesaria
democratización del sistema político a partir, de acuerdo, del propio
Partido Comunista; pero en la práctica no se han realizado cambios
democratizadores, ni formales si quiera, y todo sigue funcionando como
fue concebido en la época de Fidel, entonces apoyado por una mayoría
indiscutible.
Los peligros de escisión, siempre vienen por la falta de vías para la
participación democrática.
Los tiempos no son los mismos en Cuba ni en el mundo. Fidel, líder
histórico de la Revolución con la multimillonaria ayuda económica de la
URSS y el "campo socialista", respaldado política y militarmente por esa
potencia mundial, era una cosa muy distinta al actual gobierno de su
hermano que no es el líder histórico y lo que heredó fue un país en
crisis y sin el apoyo de entonces.
Raúl mismo lo ha dicho en sus discursos y ha apelado a una mayor
democracia para el partido y la sociedad. Pero sus palabras no han sido
correspondidas en la práctica. Sigue una dirección hiper-centralizada de
la economía y la política; y partido y sociedad siguen sin democratización.
—–
Pedro Campos: perucho1949@yahoo.es
http://www.havanatimes.org/sp/?p=72134
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