Panchita y el Comité
Viernes, Septiembre 28, 2012 | Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Por la calle 7ma, de Santa
Fe, pueblo del oeste habanero, aunque íbamos a direcciones distintas, mi
vecina Panchita y yo coincidimos en la misma bici taxi. El chofer, un
poco en broma, un poco en serio, se quejaba porque a pleno sol del
mediodía, tenía que dar pedal con dos ancianas bastante subiditas de
peso, como pasajeras.
No recuerdo exactamente lo que dije, cuando del rostro de Panchita
desapareció su sonrisa y con una mirada huraña me señaló al joven
chofer, para que no siguiera hablando.
-No me gusta hablar mal del gobierno con personas extrañas –expresó en
voz baja-. Una nunca sabe…
Panchi, le dije, en Cuba no hay un cuentapropista revolucionario. Pero
de nada sirvió. Volvió a mirarme con cara de pocos amigos y me soltó lo
que ya me estaba imaginando.
-Hay mucha gente mala en este país, mucha gente que le gusta hacer daño.
En mi casa tampoco se habla de política. Lo tengo prohibido. Imagínate,
tengo al CDR a dos puertas de distancia.
-Esos Comités -agregué- dejaron de funcionar Panchi. En la población hay
un descontento tremendo y eso lo sabe el gobierno. La gente ya habla
hasta por los codos.
-No funcionarán como antes -respondió mi vecina-, pero pueden seguir
haciendo daño. Mucha gente se ha tenido que ir del país por culpa de las
intrigas y chismes de los Comités. Yo tengo que cuidarme. Mis hijos
viven en el extranjero y pueden negarle el permiso de entrada que
solicitan para venir a verme. O me pueden negar a mi el permiso de
salida para visitarlos.
Se bajó en el agro mercado y yo seguí de largo, pensando en esta pobre
mujer, que después de más de medio siglo de dictadura, todavía no ha
perdido el miedo.
Extrañamente existe todavía, al menos nominalmente, esta organización,
pese a que el segundo miembro de la familia gobernante, Raúl, nunca
simpatizó con ella. Aquellos que trabajamos en el nivel central de la
misma –yo de periodista-, allá por los años sesenta del siglo pasado,
recordamos como Raúl, hoy jefe de estado, expresó: ¨Mira que joden estos
Comités con su vigilancia¨…
El comentario llegó hasta José Matar, coordinador nacional y comunista
de la vieja guardia del original y desaparecido partido.
Al despacho de Raúl llegaban diariamente sus oficiales dándole las
quejas de los CDR, porque enviaban informes al Ministerio del Interior
sobre las visitas misteriosas que militares de altos grados hacían a
casas de mujeres que vivían solas, o en ausencia de sus maridos. Los
nombres de aquellos amantes clandestinos llegaban a los despachos más
inconcebibles.
Otro día le explicaré a Panchita que no era tan mala la gente que hizo
daño a través de los CDR, sino el monstruo que creó ese sistema
diabólico de vigilancia, un 28 de septiembre, hace 52 años, adaptando
ideas originales de Vladimir Ilich Lenin y Adolfo Hitler, para tener el
control totalitario sobre todos los aspectos de la vida de las personas.
http://www.cubanet.org/articulos/panchita-y-el-comite/
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