Drones, Raúl Castro, Chávez
El último salvavidas (I)
Un trabajo en dos partes sobre Cuba y los drones, aviones no tripulados
Rafael del Pino, EEUU | 10/09/2012 10:26 am
I. Antecedentes
Los vehículos aéreos no tripulados, conocidos por sus siglas en inglés
como UAVs (Unmanned Aerial Vehicles) y que son comúnmente llamados
drones, llevan años cumpliendo sus misiones de reconocimiento,
exploración fotográfica y electrónica así como misiones de ataque y
destrucción de enemigos en el terreno.
Los drones no son notables por su armamento. No hay nada especial en los
misiles que lleva, e incluso los modelos más grandes están relativamente
poco armados. No son veloces ni ágiles. Lo que los hace más poderosos es
su habilidad para ver y pensar. La mayoría de los grandes drones
operados actualmente por los militares norteamericanos pueden despegar,
aterrizar y volar por sí mismos. Los operadores pueden programar un
destino o un área determinada de patrullaje y luego concentrarse en los
detalles de la misión, mientras los aparatos se ocupan de todo lo demás.
Armados con sensores y sofisticada tecnología de video, los UAVs pueden
ver a través de las nubes o en la oscuridad. Pueden sobrevolar un blanco
durante horas o incluso días —exactamente el tipo de cosa que nos aburre
a los pilotos humanos. Desde ya, lo más significativo de los drones es
justamente que no tienen pilotos. En el improbable caso de que un UAV
sea derribado, su operador puede levantarse de su consola y salir andando.
Cuanto más lejos, mejor. Pero hay también algunas cosas sobre los drones
que podríamos no haber oído todavía. La mayoría de los estadounidenses
probablemente desconocen, por ejemplo, que la Fuerza Aérea moviliza
anualmente más operadores de UAV que pilotos humanos (de hecho, la
Fuerza Aérea insiste en referirse a los drones como "aviones piloteados
a distancia" para no dar la impresión que está cambiando el concepto de
ir eliminando paulatinamente el poner seres humanos en el aire).
La industria aeroespacial estadounidense ha cesado, a todos los efectos
prácticos, la investigación y el desarrollo de vehículos tripulados.
Todos los proyectos sobre la mesa, ahora, giran en torno de vehículos
sin pilotos. Mientras tanto, las agencias de seguridad en todo el país
esperan ansiosamente el momento en el que puedan empezar a operar sus
propios UAVs. La Administración Federal de Aviación está considerando
normas que permita a los departamentos de policía empezar a usarlos en
los próximos años (tal vez en 2014). Pronto, mucho más pronto de lo que
podamos advertir, las multas de exceso de velocidad serán emitidas
electrónicamente en los teléfonos celulares desde un drone sobrevolando
algún área de una carretera interestatal.
En un reciente documental de la PBS titulado Remote Control War, que
puede ser adquirido por Internet en cualquier distribuidora de videos
como Amazon.com, se da una visión muy completa del grado de
sofisticación a que se ha llegado en el campo de los UAVs.
En ese documental David Rohde, corresponsal de The New York Times
cautivo de los Talibanes durante siete meses en 2009, describió en el
relato de su experiencia lo que supone estar en tierra mientras los
Predator y Reapers merodean en el cielo.
"Dos explosiones ensordecedoras sacudieron las paredes del campamento
donde los Talibán nos tenían de rehenes", escribió. "Mis custodios y yo
nos tiramos al piso mientras los escombros volaban a través de la
ventana. Un misil disparado por un drone destruyó dos automóviles a unos
cientos de metros. Era el 25 de marzo y durante meses los drones habían
mantenido una presencia que aterrorizaba. Piloteados a remoto, estos
aviones a hélice podían ser oídos fácilmente cuando nos sobrevolaban
durante horas. A simple vista, son dos pequeños puntos en el cielo. Pero
sus misiles tienen un alcance de varias millas. Sabíamos que podíamos
ser inmolados sin aviso previo…".
Este particular ataque mató a siete militantes y ningún civil. La
mayoría de los ataques son notablemente precisos, según cuenta Rohde.
II. Cuadro general de los DRONES (Unmanned Aerial Vehicles —UAV) en las
grandes potencias y otros países que los utilizan
Según declaraciones del Teniente General Anatoly Zhikharev, jefe de la
aviación estratégica de Rusia, se tiene proyectada la adquisición de
drones de ataque para remplazar los obsoletos bombarderos pesados
Tupolev que datan de la guerra fría.
Sin embargo, existe un problema: los nuevos drones no estarán listos
para el combate hasta el 2040, según el propio general Zhikaharev le
dijo a la agencia de noticias RIA Novosti. Esto significa un atraso de
dos décadas con respecto a los planes de Estados Unidos de desplegar sus
propios jets UAV armados.
Este atraso de dos décadas con relación a Estados Unidos significa que
Rusia está imposibilitada de responder con este tipo de tecnología
cualquier amenaza que no venga de sus vecinos inmediatos. Sus actuales
drones poseen muy corto radio de acción y al igual que los drones
bielorrusos no pueden alcanzar ni a sus vecinos más cercanos del teatro
de operaciones de Europa, como Polonia.
Estas declaraciones del General Zhikharev reconociendo el atraso con
relación a Estados Unidos y occidente aparecen en un momento en que
crecen las presiones políticas sobre el Kremlin para adquirir y
desarrollar armamentos que los equiparen con sus potenciales adversarios.
No hace mucho el presidente ruso Vladimir Putin prometió equipar la
Fuerza Aérea con nuevos bombarderos piloteados, con nuevos aviones
equipados con radar para alerta temprana tipo AWACS (Airborne Warning
And Control System) así como diversos modelos de drones. Refiriéndose a
estos últimos afirmó: "Esta es la más importante área de desarrollo en
la aviación actualmente".
Mientras la industria militar rusa se ha centrado en actualizar viejas
versiones de aviones de combate de la Guerra Fría y en tratar de
desarrollar su primer prototipo de stealth fighter (invisible), el T-50;
las compañías aeroespaciales han encontrado muchas dificultades
desarrollando sus UAVs. Los drones requieren aleaciones de metales y
sistemas muy ligeros, lo que ha sido siempre el talón de Aquiles de la
otrora Unión Soviética y la actual Rusia. Nosotros los cubanos tenemos
vasta experiencia lidiando con aquellos mastodontes de comunicaciones
desde las primeras R-820, las R-824 y todas las demás erres que le
sucedieron hasta los elefantes blancos de los camiones Ural-375D
aquellos vehículos gigantescos utilizados para el suministro de energía
eléctrica durante el arranque de los aviones.
En el año 2007 la empresa estatal Gazprom, en cooperación con la firma
aeroespacial Irkut, desarrolló dos modelos de drones medianos, equipados
con cámaras, para patrullar sus miles de kilómetros de oleoductos. En
medidas y autonomía de vuelo, los UAVs civiles eran más o menos los
equivalentes a modelos norteamericanos y europeos, pero el Kremlin no
les prestó la debida atención e importancia.
Un año después, Rusia despertó de su gran error, al enfrascarse en una
guerra con Georgia, país vecino de escasos 4,5 millones de habitantes,
que fue capaz de equipar sus Fuerzas Armadas con los drones de
fabricación israelí Hermes, superando considerablemente la capacidad de
exploración de los rusos. Después de esta lección, los propios rusos
compraron a Israel algunos de estos drones, en un paquete valorado en $
53 millones de dólares.
Recientemente en el pasado mes de junio la agencia de cables rusa
Interfax Report informó que el Kremlin había aprobado 400 billones de
rublos ($ 12.000 millones) para financiar el desarrollo planificado
antes de 2020, y que el presidente Putin deseaba incluir sistemas
automatizados para ataque, reconocimiento y otros sistemas.
Rusia se quedó atrás 20 años mientras otras naciones tomaron muy en
serio los UAVs. Funcionarios del Gobierno ruso han afirmado que para el
2014 tendrán un drone similar a la clase Predators.
Estados Unidos, en contraste, lleva tiempo operando cientos de drones
medianos, incluyendo los armados Predators y Reapers, para no mencionar
los RQ-4 Global Hawk, con dimensiones similares a las aeronaves grandes
de líneas aéreas, a un costo de $ 211 millones por unidad.
Sin embargo, donde realmente está la diferencia de 20 años delante de
Rusia es en los UAVs como el Sea Ghost, destinados para librar acciones
combativas incluso desde portaviones. Estos son una miniatura del
bombardero stealth B-2.
El X-45 Killer drone de la Boeing y el X-47B de la Northrop se espera
que estarán operacionales en el Navy para el 2018.
III. Cuba y los drones
El pasado 23 de agosto de este año 2012 la agencia oficial de noticias
bielorrusa Belta informó que Cuba había comprado drones a ese país y que
deseaba instalar plantas para ensamblar aeronaves no tripuladas.
Según la prensa en Belarús, Cuba está interesada en el modelo Sterkh-BM,
y ya enviaron a la Isla los datos técnicos de ese "drone".
El calendario para la ejecución del proyecto no se ha determinado, pero
Yevguény Vaitsejovich, director general de la Planta de Reparación de
Aeronaves de Minsk, ha informado que la planta planea iniciar la
producción masiva del Sterkh-BM en el 2013.
Lo que ha llamado más la atención de esta noticia es que hasta este
momento la prensa oficial cubana demonizaba hasta la saciedad el uso de
aviones no tripulados en otros países.
Indudablemente, esa demonización tenía sus raíces en la crispación de la
dirigencia cubana por el grado de adelanto tecnológico y sofisticación
que se ha llegado a alcanzar en este nuevo tipo de vehículos cuando son
utilizados militarmente.
No es de dudar que desde hace rato las direcciones de Inteligencia,
tanto del MINFAR como del MININT, han seguido de cerca este desarrollo y
se preparan adecuadamente para contrarrestarlo. Es presumible que desde
que vieron el documental Remote Control War, donde se muestra entre las
diferentes variantes de UAVs los ya famosos "Enjambres" (swarms)
equipados con sofisticadas tecnologías de reconocimiento biométrico, que
pueden perfectamente identificar a un individuo dentro de una
muchedumbre y eliminarlo, ha hecho que la dirigencia del país le dé
prioridad a los planes para contrarrestar esa real amenaza.
La efectividad de los UAVs ha sido demostrada fehacientemente. Durante
el último levantamiento popular en Libia llegó un momento en que al
dictador Muammar el Gaddafi se le hacía extremadamente difícil salir de
sus bunkers y moverse con seguridad. Al extremo de que una noche, a los
pocos minutos de llegar a la casa de uno de sus hijos, tenía ya un misil
AGM-114 Hellfire lanzado desde un Predator, entrándole por la ventana
del comedor.
Pensar que el régimen cubano no está al tanto de los mínimos avances de
las tecnologías que los pueden afectar es una ingenuidad. Incluso en
épocas anteriores han ido tan lejos como tomar medidas para
contrarrestar cualquier acción que pueda surgir como resultado de copiar
películas de Hollywood o seriales del tipo James Bond.
Explicaré uno solo de varias experiencias que me tocó vivir durante mis
responsabilidades al frente del control del espacio aéreo de Cuba.
A finales de los años 70, como resultado de uno de los episodios de
James Bond, donde delfines entrenados portaban explosivos y eran
dirigidos hacia los blancos que los servicios secretos ingleses deseaban
destruir, con el fin de eliminar a los malos de la película, se movilizó
la dirección de tropas especiales y de seguridad personal para elaborar
rápidamente un plan que recibió la etiqueta de "Plan Escudo", con el fin
de frustrar cualquier intento similar al del episodio durante las
estancias de Fidel Castro en su isla particular de Cayo Piedra, al sur
de Bahía de Cochinos. El Comandante era un gran aficionado a la pesca
submarina, y corría el riesgo de que el día menos pensado un delfín
lograra sacarlo de circulación.
Pues bien, 24 horas antes de que se efectuara el traslado del Comandante
hacia Cayo Piedra del Sur, entraba en ejecución el "Plan Escudo", donde
uno de mis ayudantes, el Coronel Manuel Mesa Moreno, debía permanecer
todo el tiempo en el Puesto Central de Mando, un avión AN-26 debía
iniciar una línea de vigilancia permanente 20 kilómetros al sur del
cayo, un buque de la marina de guerra debía establecer también otra
línea de vigilancia a unos 15 kilómetros. Personal de las tropas
especiales empleando varios helicópteros debían mantener constante
vigilancia sobre todos los pequeños cayos próximos al lugar y una
dotación de hombres ranas con redes especiales debían acompañar al
Comandante durante todas sus peripecias. No importaba que tiempo el
Comandante estuviera en su pesca submarina; o si le daba por recoger
conchas o caracoles. Así fueran tres días, una semana o un mes, todo el
andamiaje del "Plan Escudo" permanecía en vigor hasta que el Comandante
estuviera de regreso en su base aérea de Playa Baracoa.
A esto se le agregó el desvío de los vuelos de aviones de pasajeros que
atravesaban el espacio aéreo cubano por el corredor Varadero-Girón y que
desafortunadamente se veían obligados a sobrevolar también el famoso
Cayo Piedras. Esta fue la razón por lo que un tiempo después de
establecido el "Plan Escudo" dicho corredor se movió en dirección de
Varadero hacia Cayo Largo del Sur.
Esta sintetizada explicación es necesaria para que el lector, que
desconoce la forma y métodos de actuación del Gobierno cubano, comprenda
que es lo que hay en realidad detrás de este —al parecer insignificante—
acuerdo de los drones con Belarús.
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-ultimo-salvavidas-i-279924
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