Tuesday, September 25, 2012

El reggaetón ante el tribunal de la inquisición cubana

El reggaetón ante el tribunal de la inquisición cubana
Martes, Septiembre 25, 2012 | Por Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Una plenaria del consejo
nacional de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(UNEAC) se efectuó el 19 de septiembre, con la asistencia de Esteban
Lazo, miembro del buró político del Partido Comunista. En los diarios
Granma y Juventud Rebelde se brindó una escueta información, la cual
refleja que entre los temas tratados estuvo la preocupación de los
ilustres intelectuales sobre la invasión del reggaetón, calificado como
música vulgar y de mal gusto, con letras calificadas de machistas y
promotoras de la violencia.

En realidad el reggaetón desde el punto de vista musical no es lo más
excelso y sus letras están cargadas en muchas ocasiones de mensajes
banales. Pero habría que preguntarse porque la juventud lo prefiere y el
motivo de que haya desplazado a otras manifestaciones musicales, a pesar
de sus deficiencias, su tendencia hacia la bravuconería y cultivo de
sentimientos no loables en algunos de sus números.

Cuando se transita por La Habana y otras ciudades, por todas partes esta
música repetitiva se escucha en las esquinas y parques, y es la
preferida por los jóvenes a niveles de contagio musical no presente en
Cuba desde hacía mucho tiempo. Incluso orquestas dedicadas a otros
géneros, como la salsa y la timba, han tenido que incluir el reggaetón
para tratar de mantener su popularidad. Asi, puede decirse que existe
una fiebre de reggaetón en el país, y hasta los niños lo cantan y
repiten sus estribillos, la mayoría de las veces sin conocer el
significado de las letras, y bailan con los gestos provocativos
característicos del género.

Por supuesto, no se puede generalizar. Existen muchos números que
encierran las protestas de la juventud ante un escenario de bloqueo a
sus ansias de futuro y el derecho a una vida mejor, incluso algunos
tiene letras jocosas y simpáticas. Ahora bien, el análisis realizado
por esos intelectuales de la UNEAC olvida el prolongado contexto
nacional de privaciones que afronta la población. No tienen en cuenta la
amplia frustración existente en las nuevas generaciones, en un país que
no les ofrece un porvenir y hoy ven como única alternativa marcharse de
la tierra que los vio nacer. Se obvia que la juventud actual está
compuesta en gran parte por los niños criados viendo a sus padres robar
para poder mantener a la familia y han vivido en un ambiente de
hipocresía y doble moral, mucha veces promovido por la misma
intelectualidad oficialista que desde los medios de difusión han
dibujado una sociedad cubana inexistente, mintiendo con un descaro
inaudito. Ellos han crecido en solares, barrios marginales o hacinados
en cuartos, donde la promiscuidad es habitual porque no existe espacio
para el discreto amor, las quejas sosegadas sin discusiones que llegan a
los golpes, las cuchilladas y el fuego, y el alcoholismo es algo ya
frecuente; escenario que marcha parejo con una indetenible
marginalización social. Por eso no es sorprendente que la juventud
reciba con los brazos abiertos géneros musicales portadores de
agresividad y protestas, aunque no estén bien dirigidas y se realicen
con un léxico inapropiado.

Con la iniciativa de la UNEAC de promover una ley que excluya
reggaetones de la programación musical, queda sin resolver este
complicado asunto que tiene en su génesis fundamentalmente el continuo
empeoramiento de la sumamente enferma sociedad cubana. Si se cometiera
tal atrocidad solamente se lograría incrementar el deseo por la fruta
prohibida, como sucedió en los años 60 con la valiosa música de los
Beattles y otros. El contenido agresivo y vulgar de los textos
musicales no es más que el reflejo de los traumas de la sociedad cubana,
y una válvula de escape, consciente o inconsciente, de la desesperación
de la juventud. La solución sería poner en práctica las
transformaciones económicas, políticas y sociales urgentemente
necesitadas, para que comience a renacer la esperanza en nuestro país.

Por supuesto, personas que durante decenios han estado comprometidas con
el totalitarismo, que no quieren perder sus privilegios: cargos, autos y
viajes al exterior, y otras prebendas por las que han vendido sus
conciencias, algunos con las suyas manchadas de sangre inocente,
carecen de moral para aparecer ahora en el papel de fiscales de la
juventud cubana.

http://www.cubanet.org/articulos/el-reggaeton-ante-el-tribunal-de-la-inquisicion-cubana/

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