¿El principio del fin de la doble moneda en Cuba? (II)
septiembre 4, 2012
Dmitri Prieto
La doble moneda cubana. Foto: IPS/Cuba
HAVANA TIMES — El punto de la "barrera psicológica" en torno al problema
de la doble moneda es que si los precios de chopin (en CUC) se traducen
a pesos cubanos (CUP) y se confrontan con los sueldos que pagan las
entidades estatales, la comparación mostrará toda la tragicidad del
momento económico actual.
No quiero entrar en disquisiciones sobre cuántos días hay que trabajar
para comprar una botella de aceite, unas hamburguesas congeladas o un
trozo de mantequilla (hay un excelente análisis del escritor cubano
Arturo Arango sobre esto, con sus respectivas tablas y cálculos) – pero
una cosa es estar conscientes de "lo que todo el mundo sabe" y otra
bien distinta es reconocerlo a nivel oficial.
Ha sido un sueño de cubanas y cubanos en los últimos 20 años poder
comprar productos "de chopin" con la moneda "del salario". Pero hoy está
claro como el agua de que lo que determina el acceso a tales productos
no es la calidad ("convertibilidad") de la moneda (CUP ó CUC) sino su
cantidad.
Claro como el agua, porque como agua por una espumadera se escurre el
saldo del sueldo en una tarjeta de débito en "moneda nacional" cuando se
va de compras a una chopin.
Recientemente, se ha incrementado el debate ciudadano acerca de la
capacidad adquisitiva real de los salarios cubanos, a raíz de la
aprobación de nuevas regulaciones de Aduana (que afectan la importación
de artículos que escasean en Cuba) y de una nueva Ley Tributaria (la
cual no se discutió entre la población y cuyo contenido para la gran
mayoría de actuales o potenciales contribuyentes es un misterio).
En el ciberespacio, están las interesantes contribuciones de agudos
polemistas como Félix Sautié y Rogelio M. Díaz Moreno, entre otras.
La posible salida del problema, anunciada por las nuevas posibilidades
de pago en la chopin (por tarjeta bancaria), consistiría simplemente en
declarar equivalentes ambas monedas al tipo de cambio actual (u otro
parecido), y después dejar una sola de ellas en circulación. Esto es lo
que de hecho hace el nuevo método de pago en las chopin con "moneda
nacional" – que hoy sólo es posible mediante tarjetas magnéticas.
Claro, entonces la provocadora contradicción entre precios y sueldos
emergería con toda violencia – máxime cuando aún pervive el recuerdo del
ya mítico tiempo en que el peso cubano y el dólar USA se cambiaban 1:1.
Y hay que tomar en cuenta que la alta dirección tanto del gobierno como
de los sindicatos cubanos ha dicho bien claro que por el momento no se
prevé incrementar los salarios.
El agresivo rugido del león –ya suelto- de la desigualdad social genera
justos temores en el aparato propagandístico de la burocracia, porque
(incluso desde el punto de vista del marxismo) las verdades económicas
no se pueden apuntalar con consignas ideológicas.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=70800
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