Sunday, October 2, 2016

Desunión política en la comunidad cubanoamericana, un buen síntoma

Desunión política en la comunidad cubanoamericana, un buen síntoma
JOSÉ AZEL

Históricamente, la comunidad cubanoamericana ha sido considerada un
monolito político, votando mayormente en apoyo al Partido Republicano,
al menos a nivel nacional. En la medida que esto ha sido cierto ha sido
más aplicable a la temprana comunidad exiliada que ahora llamamos
históricos.

Los orígenes de este apoyo temprano del exilio al Partido Republicano
pueden encontrarse en la política exterior de EEUU y la robusta postura
anticomunista del presidente Eisenhower. La posición anticastrista de
Eisenhower y el Partido Republicano fue seguida por la canibalización de
los planes de invasión de Bahía de Cochinos bajo el liderazgo demócrata
del presidente Kennedy y el resultante fracaso de la invasión.

Esta visible dicotomía en política exterior estableció el escenario para
la conducta política como votantes de los primeros exiliados cuando se
convirtieron en ciudadanos norteamericanos. Entonces, el tema de la
política EEUU-Cuba adquirió máxima importancia para los nuevos votantes
cubanoamericanos.

Con el tiempo la mayoría de los históricos comenzaron a abrazar los
principios de política domestica del Partido Republicano sobre gobierno
limitado, sólida defensa nacional, derechos de los Estados y
responsabilidad individual. La mayoría de los descendientes de los
históricos hicieron propio el antisocialismo de sus padres, perpetuando
la imagen monolítica del electorado cubanoamericano.

La llegada de posteriores comunidades exiliadas, crecidas bajo el
régimen de Castro e imbuidas de la ideología socialista, comenzó a
erosionar la hasta entonces composición política uniforme de la
comunidad cubanoamericana. Pero los históricos se mantenían como
Republicanos comprometidos, hasta ahora.

Este año todos los candidatos presidenciales favorecen la continuidad de
la política EEUU-Cuba comenzada por el presidente Obama. Sus fundamentos
filosóficos y tono pueden diferir, pero todos los candidatos apoyan la
reconciliación con el régimen cubano. Para los históricos
cubanoamericanos esto significa que uno de sus temas principales no
estará en juego en la elección del 2016.

Este año tres históricos amigos cubanoamericanos –llamémosles Miguel,
Rogelio y José– votarán de manera diferente por primera vez. Hasta donde
puedo recordar, esos amigos siempre apoyaron a los candidatos
republicanos en las elecciones presidenciales. Son emblemáticos de la
generación de los históricos. Sus votos en este ciclo electoral no
necesariamente serán entusiastas, pero Rogelio votará por Donald Trump,
Miguel por Hillary Clinton, y José por Gary Johnson. Los tres amigos
seguirán políticamente su propio camino cada uno. El Partido Republicano
les falló.

Algunos pueden desesperanzarse con esta desunión política en la
comunidad cubanoamericana. Yo le doy la bienvenida y la celebro. Eso
significa que no somos una comunidad con un único tema electoral.
Significa que no somos una masa irreflexiva que puede ser manipulada
fácilmente por la retórica política. Que no podemos ser vistos como
incondicionales por los partidos políticos dominantes. Significa que
tendrán que ganarse nuestro voto. Significa que hemos madurado como
ciudadanos. Que hemos aprendido que un adversario político no es el
equivalente a un enemigo para toda la vida. Significa que estamos
comprometidos con el proceso democrático.

Aquí surge una lección para otras comunidades minoritarias en Estados
Unidos, que han sido consideradas incondicionales por el Partido
Demócrata. Como comunidades minoritarias necesitan eliminar la infundada
certidumbre de los partidos políticos respecto a su voto, y asegurarse
de que sus ideas políticas personales se alinean con las plataformas de
aquellos que decidan apoyar. La comunidad cubanoamericana lo ha hecho en
este año electoral.

Este confuso ciclo electoral presidencial ha forzado la sofisticación
política de la comunidad cubanoamericana a florecer en todo el esplendor
de su diversidad. La diversidad sociopolítica no es una debilidad, es
una fortaleza. Lo mismo debería ocurrir con la comunidad afroamericana,
la mexicoamericana y todas las comunidades minoritarias cuyos votos son
considerados incondicionales por los principales partidos políticos.

Debemos regocijarnos de nuestra diversidad política. La noche del día de
las elecciones los tres amigos discutirán vehementemente, mientras cenan
juntos, sobre sus preferencias políticas, y elevarán sus copas para
brindar, pero no por un candidato o partido victorioso. Lo harán para
homenajear nuestra gloriosa democracia.

Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y
Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana
in Cuba.

Source: Desunión política en la comunidad cubanoamericana, un buen
síntoma | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article105288476.html

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