Y dale con el bloqueo... la guerra fidelista contra molinos de viento
PEDRO CAMPOS, La Habana | Octubre 28, 2016
Hacer una campaña publicitaria, desplegar una costosa acción diplomática
que va a la cuenta del pueblo cubano contra un bloqueo que no tiene un
solo oponente en la ONU, porque hasta el Gobierno de EE UU se abstiene,
es cuando menos hacer el ridículo ante el mundo.
Eso pasa cuando la política no se estructura sobre la base del
pensamiento racional, ni siquiera de los intereses propios, sino sobre
los restos de la soberbia, la locura y el miedo.
Se descubre, una vez más, que esa campaña contra quien está dirigida es
contra el pueblo cubano al que se pretende seguir desinformando y
atarugando con sinsentidos para buscar justificaciones al aferramiento
suicida a ideas y métodos obsoletos, superados por la historia, aunque
cueste pérdida de credibilidad internacional.
El mundo poco le importa al fidelismo. Harto demostrado. Lo suyo es
mantener el poder dentro. Y el poder absoluto permite cualquier
disparate, por eso corrompe, envicia y embrutece.
La inteligente abstención del Gobierno de EE UU en la votación dejó al
cubano, como decimos popularmente, con la carabina al hombro, como hacer
swing a una pelota que no ha lanzado pitcher alguno, o como caer a
cañonazos a un barco fantasma en altamar.
¿Cómo van a hacer ahora para seguir culpando a Obama y a su Gobierno de
la permanencia de algunas cuerdas del bloqueo-embargo?
La campaña mediática y movilizadora total contra el bloqueo llegó a su
cenit en vísperas de la votación en la ONU sobre la reiterativa
propuesta fidelista "necesidad de poner fin al bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra
Cuba".
Los órganos de prensa llevaban varios días intentando demostrar que el
bloqueo-embargo es el causante de todos nuestros males. Durante semanas,
han cesado los mítines de repudio en centros de estudio y trabajo,
encabezados por los émulos de Randy Alonso, contra una política que
nunca disminuyó un ápice el abundante bienestar de la cúpula y en cambio
le ha servido para tratar de justificar sus desastres, represiones y
fobias democráticas.
La gente le hace el juego para seguir con aquello de la era soviética en
Rusia de que "ellos hacen como que nos pagan y nosotros como que
trabajamos", lo que traducido a este contexto sería algo así como que
"ellos tratan de engañarnos y nosotros nos hacemos los que les creemos
para que nos dejen tranquilos".
Si algo ha demostrado nuevamente cuán útil al fidelismo es el
mantenimiento de lo que queda de embargo, es precisamente esa imberbe
movilización social para tener entretenida a la gente y las aparejadas
medidas domésticas para contrarrestar "la penetración imperialista", que
en cualquier momento identifican con las políticas aprobadas por los
últimos congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC) sobre
cuentapropismo, cooperativismo e inversiones extranjeras.
La nueva política de acercamiento de EE UU, desarrollada en los últimos
años del Gobierno de Obama, que viene dando pasos desde el mandato del
último Bush, ha llegado al restablecimiento de relaciones, a la firma de
varias órdenes presidenciales modificando casi todo lo que no está
codificado en el Congreso y hasta a la visita del mandatario
estadounidense a Cuba, cuyo pueblo no ocultó su regocijo por el
acontecimiento, posiblemente la visita más trascendental de un jefe de
Estado en el último medio siglo.
El ejecutivo de EE UU ha sido muy claro: quiere levantar el bloqueo,
pero no depende de él. Está haciendo todo lo que puede por desmontar las
partes posibles desde la Presidencia. Está claro que desearía un
gobierno democrático en La Habana con el cual tener unas mejores
relaciones, pero tampoco tiene intenciones de inmiscuirse en los asuntos
cubanos. Lo dijo en Cuba: eso compete a los cubanos.
Pero no importa, la campaña contra el bloqueo va a seguir. El fidelismo
no puede vivir sin enemigos, y aunque el adversario jure, prometa y
actúe constructivamente, hay que seguir echándole la culpa de todo lo
mal hecho y reprimiendo a su "quinta columna". Si no, ¿sobre quién va a
caer la responsabilidad histórica del desastre? Porque la historia
"tiene que absolverlo".
La guerra fidelista contra los molinos de viento, continúa
Source: Y dale con el bloqueo... la guerra fidelista contra molinos de
viento -
http://www.14ymedio.com/opinion/bloqueo-guerra-fidelista-molinos-viento_0_2098590121.html
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