"El triste fin de la Federación Estudiantil Universitaria"
La Reforma Universitaria de 1962 acabó definitivamente con la autonomía
universitaria y convirtió a esta institución en un apéndice del Estado y
de su ideología. La FEU se transformó en una organización títere del
Partido Comunista
martes, febrero 24, 2015 | Mario C Morales
MIAMI, Florida -Un joven es conducido a la casa donde resiste ante la
muerte Fidel Castro y se escenifica una visita del Presidente de la FEU.
Fotos y más fotos muestran a un muchacho que mantiene una postura
permanentemente encorvada ante un señor sumamente marchito. Sus poses
melosas y serviles remarcan las imágenes de humillación y sometimiento,
las cuales contienen un mensaje muy claro de cómo deben seguir
comportándose los jóvenes en la Cuba que gobierna la gerontocracia
castrista. ¿Con semejante presidente se puede esperar una actitud
innovadora y desafiante de la juventud universitaria cubana? Hay muy
poco espacio para la esperanza…
Sin embargo, hubo una vez, muchos años atrás, cuando los vaivenes de
nuestra política nacional aun olían a estiércol de establo, que los
estudiantes de la Isla y sus líderes no mostraban esta dramática
sumisión. Muy lejos de esta extendida abulia inoculada por una larga
dictadura, en la Isla se hizo presente una convulsión renovadora en la
cultura y en la enseñanza que se venía brindando a los jóvenes. La
Universidad de la Habana, la única por entonces, fue el faro que iluminó
el camino de un pensamiento transformador. La modernidad, finalmente, se
hacía presente y la Cuba colonial sobreviviente en la República se
desvanecía a pesar de los gritos estentóreos de mojigatos y peleles. El
espíritu de la Ilustración, se adhería definitivamente a la vida del
campus universitario.
La Reforma Universitaria, iniciada en Córdova Argentina, en 1918,
anticlerical y anti dogmatica, arribó finalmente a tierras insulares de
la mano del Dr. José Arce, Rector de la Universidad de Buenos Aires. En
una conferencia que impartió el eminente cirujano, a comienzos de
diciembre de 1922, encandilaba a los oyentes presentes en la antigua
Aula Magna de la Universidad de la Habana.
Desde este instante los principios fundamentales de la reforma
universitaria: la autonomía, la participación del estudiantado en la
dirección de la universidad, la creación de su propia organización, la
depuración del profesorado inepto y corrupto, entre otros, eran los
paradigmas principales del naciente movimiento estudiantil. Al frente de
la gran marea de cabezas desgreñadas de cientos de jóvenes cubanos
emergían, por selección natural, los primeros líderes de esta
generación, convertidos en lo adelante en símbolos de la rebeldía de lo
nuevo ante lo decadente.
Uno de estos dirigentes, Julio Antonio Mella, fue el principal artífice
de la fundación de la FEU en diciembre de 1922. La evolución ideológica
posterior de este joven es un reflejo de lo controversial del proceso
político cubano. Mella cofundó el primer partido comunista. Fue
expulsado de él por apartarse de la línea que dictaba el Comintern de
Moscú y finalmente abatido miserablemente en México por un agente de esa
misma entidad.
En lo adelante ningún acontecimiento trascendental en la política cubana
dejó de contar con la presencia empecinada y cuestionadora, y no pocas
veces extremista, del estudiantado cubano. Pero era el costo que debía
pagar la sociedad para ser libre. El gobierno autoritario de Gerardo
Machado cayó definitivamente por la presión de los estudiantes agrupados
en las células del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) y los
grupos de acción y sabotaje.
El asalto a la autonomía universitaria era un hecho muy grave. Ni tan
siquiera Batista en plena lucha insurreccional en los 50 se atrevió a
hacerlo impunemente. Había que cubrir ciertos requisitos legales y la
opinión pública no lo aceptaba fácilmente. La Colina, como se le conoce
también a la UH, era un santuario, finalmente, del libre albedrío. De
sus aulas salieron los líderes más importantes que tuvo Cuba en el siglo
XX, al menos hasta 1959.
La provechosa cosecha de una mentalidad sin ataduras fue truncada
deliberadamente en la medida en que la Revolución de Fidel Castro iba
cercenando la libertad y la democracia a cambio de una universalización
de la enseñanza que trajo muchas oportunidades iniciales en beneficio de
la inteligencia de las masas. Con el tiempo el costo sería catastrófico
para la sociedad. La Reforma Universitaria de 1962 acabó definitivamente
con la autonomía universitaria y convirtió a esta institución en un
apéndice del Estado y de su ideología. La FEU se transformó en una
organización títere del Partido Comunista y sus organizaciones juveniles
colaterales.
Desaparecieron la espontaneidad y el espíritu emancipador de la
juventud cubana. Aquellos lideres que habían desplegado con total
libertad sus actuaciones públicas desde los predios universitarios, una
vez en el poder, no vacilaron en encarcelar a Pedro Luis Boitel, el
último aspirante independiente a la presidencia de la FEU que murió
sepultado en una cárcel "revolucionaria" después de más de 10 años de
presidio.
Esta historia tiene numerosos capítulos y se ha ocultado con celo a las
nuevas generaciones. Por tanto, no nos debe asombrar demasiado la
actitud del joven que describíamos en la escena patética del comienzo,
manso y fingidor ante los pies de un viejo autócrata, solo cumplía el
rol para el cual fue educado….
Source: "El triste fin de la Federación Estudiantil Universitaria" |
Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/el-triste-fin-de-la-federacion-estudiantil-universitaria/
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