Zapatero y Moratinos en La Habana: Cuando la política intenta tapar los
negocios
Posted on 26 febrero, 2015
Por Carlos Cabrera Pérez
Un hombre vino de Cuba; que a La Bizcocha ha pagao
50 monedas de oro por aquel Lirio morao
La Lirio, Copla española
José Luis Rodríguez Zapatero y Miguel Ángel Moratinos están en La Habana
explorando posibles opciones de negocios a medio y largo plazo, aunque
han disfrazado su visita de "privada" pese a ser recibidos por Raúl
Castro, quien dejó plantado al actual canciller español José Manuel
García-Margallo tres meses atrás.
Rodríguez Zapatero ha sido el peor presidente de gobierno de la
democracia española, hasta el punto que Barack Obama y Merkel tuvieron
que llamarlo al orden en el 2010 porque España se precipitaba al abismo
por su irresponsabilidad, al no asumir la crisis estructural del
capitalismo y seguir gobernando como si no pasara nada.
El enfado de Felipe
Miguel Ángel Moratinos fue el ministro de Asuntos Exteriores de
Rodríguez Zapatero, lo que significó su entrada al poder real. Antes, el
ex mandatario socialista Felipe González "se enfadó y mucho" con él por
sus indiscreciones con su amigo Yasser Arafat sobre los entresijos de la
Conferencia de Paz de Madrid (1991), bajo los auspicios de España,
Estados Unidos y la entonces URSS, según me comenta un diplomático en
retiro que pidió anonimato.
González lo marginó en el Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe,
que Moratinos dirigíó en 1991, pero no fue militante del PSOE hasta el
2000. Por entonces fungió como un diplomático de bajó perfil, con
destinos en el mundo árabe y Europa.
Pero al margen del estilo de los dos visitantes, sus perfiles políticos
y actuaciones públicas, la visita "privada" a La Habana, es una torpeza
bilateral, azuzada por la nostalgia colonial y los esfuerzos baldíos del
tardocastrismo de intentar establecer diferencias y pugnas en la
política española.
España es miembro de la Unión Europea, de la OTAN y aliado de Estados
Unidos, al margen de quien gobierne. El margen real para hacer política
exterior propia es escaso, por no decir nulo.
Y también es una torpeza del tardocastrismo que Raúl Castro reciba a un
ex presidente y un ex canciller españoles en visita "privada" porque al
margen del enojo que cause en el Palacio de Santa Cruz (sede de la
cancillería española), la Unión Europea está gobernada por la derecha
política, socia del Partido Popular, que tiene el poder en España, con
mayoría absoluta y cuya opinión sobre Cuba pesa en Bruselas.
Extraordinaria deslealtad
El gobierno de Mariano Rajoy se ha alejado de las tesis públicas de José
María Aznar y Esperanza Aguirre sobre Cuba, y ha influido en la Unión
Europea para conseguir un acuerdo de colaboración bilateral que despeje
el camino para el levantamiento de la Posición Común; que exige
–previamente- cambios democráticos al castrismo.
Las motivaciones que pueda tener La Habana para este nuevo desplante a
España pueden ser muchas o pocas, reales o espurias, pero hacerlo en
medio de un proceso de negociaciones para la eliminación de la errónea
Política Común, impulsada por José María Aznar en 1996; es ponerse palos
en su propia rueda, porque el restablecimiento de relaciones
diplomáticas con Washington exigirá a Cuba buscar un reequilibrio y en
la UE puede encontrar un aliado, pero también un obstáculo.
Por si fuera poco, García Margallo ha calificado la visita de
"extraordinaria deslealtad", porque los viajeros no avisaron con
antelación. La oficina del ex presidente ha desmentido ese extremo
diciendo que lo comunicaron por escrito hace 10 días, pero García
Margallo asegura que se enteró por el embajador español en La Habana, y
por la tramitación de los permisos de viajes y armas para los escoltas
del ex mandatario.
Desde La Habana, Moratinos ha asegurado que no volverá a ocurrir, pero
su caso es grave. Además de diplomático de carrera, fue el anterior
ministro y viaja con un Pasaporte Diplomático, cortesía del ejecutivo
español.
Como si no bastara, Rodríguez Zapatero y Moratinos no representan
siquiera al PSOE actual, que corre el riesgo de convertirse en un
partido andalucista, y todo parece indicar que han viajado a La Habana
para otear las opciones de negocio a medio y corto plazos, como ya
hicieron recientemente en un viaje a Guinea Ecuatorial, donde no
tuvieron reparos en entrevistarse con el propio dictador Teodoro Obiang.
Factura por servicios prestados
Los negocios no son buenos ni malos, pero en este caso, la única que
saldría perjudicada sería Cuba. Los políticos españoles -y especialmente
los socialistas, con sus 20 años en el poder- tienen una larga
experiencia en hacer de empleados de la oligarquía financiera; es decir,
en capitalismo de amiguetes y con multitud de puertas giratorias,
corrupción a mansalva y práctica del voto clientelar.
Por tanto, los socialistas cubanos no deben sentirse defraudados por los
excesos de sus correligionarios españoles: ya sabemos que el socialismo
europeo válido para Cuba es el nórdico y no el Mediterráneo.
Los gestos en política son importantes y en democracia las formas son
imprescindibles. Así que flaco favor se han hecho huéspedes y
anfitriones, poniendo la luz sobre futuros negocios que podrían hacerlos
igual, pero sin exhibicionismos tontos; salvo que Raúl Castro lo haya
hecho a propósito para quitarse a los "gallegos" del medio, ahora que
pueden sentirse tentados a pasar factura por servicios prestados.
Fueron Rodríguez Zapatero y Moratinos los artífices extranjeros del
acuerdo que permitió la excarcelación del llamado Grupo de los 75 y el
exilio de una mayoría de ellos, junto a una extensa nómina de
familiares. Si ahora pretenden cobrar por ello, desde ya pueden ir
apuntando la cuenta en el hielo y, de paso, confesarse con el Crdenal
Jaime Ortega Alamino, que mucho tuvo que ver en esta componenda.
De amor no hablemos
Lógicamente, en la visita "privada" habría influido el grupo de pequeños
y medianos empresarios españoles con intereses en Cuba, ahora temerosos
de que Estados Unidos y el exilio de Miami los barra de ese codiciado
mapa. Pero es probable que a los timbiricheros, disfrazados de
empresarios, no les guste leer.
Si leyeran, sabrían a estas alturas que Cuba ya no los necesita ni los
quiere, porque Raúl Castro -a diferencia de su antecesor- prefiere la
magua dura, las inversiones millonarias que transformen estructuralmente
la economía, en vez de pequeños negocitos Import/Export, muy rentables
para algunos, a cambio de la donación para comprar leche en polvo o
producir la cerveza de los carnavales, y una comisión en banco
extranjero a salvo de la Controlaría General de la República.
Todo ello, a costa del hambre, la miseria y la mendicidad de nuestros
hermanos. Y luego, algunos tuvieron la cara de quejarse cuando el
raulato les impuso un Corralito financiero para poder pagar parte de las
deudas e intentar la quimera de reordenar la economía isleña.
Pero de amor no hablemos, no viene al caso. En definitiva, cuando en
España algo sale mal en los negocios, se suele decir: "Más se perdió en
Cuba y venían cantando…" Y los cubanos, pese al cerco informativo que
padecen en muchos aspectos, hace años, muchos años, saben de dónde son
los cantantes y por dónde le entra el agua al coco.
Source: Zapatero y Moratinos en La Habana: Cuando la política intenta
tapar los negocios | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/22612-zapatero-y-moratinos-en-la-habana-cuando-la-politica-intenta-tapar-los-negocios/
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