Los impuestos aduaneros se disparan en Cuba
- El ascenso de las tarifas de importación afecta sobre todo a los
incipientes pequeños empresarios
- Los productos afectados por el gravamen van desde la ropa a la
comida o las lavadoras que entran en la isla
Yoani Sánchez 5 SEP 2012 - 09:33 CET8
Desde este lunes ha entrado en vigor en Cuba un severo aumento de las
tarifas para la importación de mercancía. La Resolución No. 122 de
2012 de la Aduana General de la República establece nuevos costos para
los envíos hacia la isla ya sea por vía aérea, marítima, postal o
mensajería. También estipula el pago en moneda convertible de estos
aranceles para ciudadanos nacionales, lo cual constituye un duro golpe
para los residentes en el país. La nueva medida establece elevadas
tasas arancelarias para la entrada de ciertos bienes y ha provocado un
fuerte malestar entre amplios sectores de la población cubana. Los
artículos afectados por los gravámenes van desde la ropa, los
productos de aseo y la comida hasta los televisores de pantalla plana
y los ordenadores. Pocas mercancías escapan de la subida.
La resolución contradice la intención del gobierno de fomentar los
pequeños negocios privados. Muchos trabajadores por cuenta propia
tienen en esas importaciones una significativa fuente de suministros.
Cada semana llegan a la isla miles de kilogramos de materia prima,
piezas de repuesto y electrodomésticos, que terminan en el sector no
estatal de producción o servicios. Vienen lo mismo a través de
paquetería, que en los maletines de cubanos que han estado en misión
oficial y también con las llamadas mulas. Estas últimas son personas
emigradas que transportan mercancía —fundamentalmente desde Miami— y
las agencias de paquetería les costean el vuelo y la estancia en Cuba.
Aunque las autoridades cubanas insisten en que las nuevas tarifas son
similares a las de otros países, la ausencia de un mercado mayorista
en Cuba hace que la medida sea considerada por muchos como "un gran
error". El descontento y la confusión han llegado a un punto, que los
medios oficiales han tenido que explicar una y otra vez los detalles.
En un artículo aparecido este lunes en el oficialista periódico
Granma, se resumen "algunas aclaraciones sobre la nueva tarifa". Entre
ellas se encuentran que todo aquel producto cuyo precio exceda los
50,99 pesos (alrededor de 2 euros) y alcance los 500,99 (cerca de
19,64 euros) deberán ser pagados por el 100% de su valor a su entrada
al país. En caso de que el viajero no presente la factura del objeto,
entonces se tasará este según un 'Listado de Valoración de Aduana para
la importación sin carácter comercial".
Entre los objetos más demandados por los cubanos en estos momentos
están los televisores de pantalla plana y las lavadoras. Cuando en
julio pasado se permitió una línea comercial marítima entre La Florida
y La Habana, estos electrodomésticos fueron de los más enviados. El
barco Ana Cecilia que une las dos orillas y transporta paquetería
enviada por exiliados, podría verse seriamente afectado por las nuevas
tarifas aduanales.
Los cuentapropistas, los más perjudicados
Muchas familias cubanas sostienen su economía doméstica gracias a la
paquetería que le envían desde el extranjero, pero es en el sector por
cuenta propia donde esta tiene mayor influencia. La nueva resolución
de la Aduana General impactará negativamente a estos incipientes
empresarios.
En una céntrica pizzería habanera, Juan Carlos, su propietario,
acumula en su despensa queso importado, para la posible escasez que se
le avecina. Según cuenta, buena parte de los platos de su menú se
hacen con parmesano rallado y envasado que le envía su hermano desde
La Florida. "Para comprar algo así en una tienda en pesos convertible
en Cuba, tendría que pagar el triple", asegura. Pero ahora la
importación de ese producto elevará su costo y ya no será tan rentable
mandarlo a pedir al extranjero: "Por el momento planeo hacerle una
subida de precio a todo lo que lleve ingredientes traídos por las
mulas". Basta echarle una ojeada a la carta del concurrido restaurante
para darse cuenta que muchos platos se dispararán. Unas pastas al
pesto cuestan el equivalente a 3.50 euros, pero en breve Juan Carlos
lo subirá hasta 4 euros. "El cliente es el que va a tener que pagar
las consecuencias de esta medida tan absurda", termina vaticinando el
joven emprendedor mientras supervisa la temperatura del enorme horno
para pizzas.
No solamente se verán afectados los negocios de comida, sino que los
nuevos impuestos aduaneros son un golpe duro al mercado informal de
ropa y calzado. Una próspera red informal traía toneladas de
pantalones, blusas de mujer, ropa interior y zapatos desde destinos
cercanos, como Panamá, México y Ecuador. Un suculento comercio que se
surtía especialmente de prendas de vestir falsificadas.
Por el momento el mercado informal y el sector por cuenta propia
están a la expectativa de cuánto daño les hará la subida de los
impuestos sobre la importación. Ya algunos han empezado hablar de que
esta podría ser parte de la contrarreforma de Raúl Castro.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/05/actualidad/1346830420_876681.html
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