Thursday, September 6, 2012

De la doble moneda y su presunto final, también se habla en los parques de la Habana

De la doble moneda y su presunto final, también se habla en los parques
de la Habana
[05-09-2012]
Mario Hechavarria Driggs
Periodista Independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- Un señor de sesenta años pasados, con una
jaba de nylon cargada de paqueticos de detergente para revender, me dice
por lo claro: "No entiendo lo de las dos monedas, yo compré estos sobres
en la "Choping" en Pesos Convertibles y ahora los vendo en Moneda
Nacional, buscándome una pequeña ventaja, porque para alcanzar los
paquetes pequeños hay que hacer cola y no están en todas partes."

Pienso hacia mis adentros, bueno, yo le compro la caja de cigarros al
bodeguero en cualquiera de las dos monedas y siempre tiene cambio, sólo
que con la divisa me quita un peso por aquello de que:- si no fuiste a
la CADECA antes, eso es tu problema. En definitiva, un peso no es tanto
como el viaje y otra espera en la Casa de Cambios de Monedas, no siempre
abierta.

Realmente, desde la dolarización allá por los tiempos de la caída del
Muro de Berlín, siguiendo con la institucionalización del "Chavito",
hasta los Lineamientos del Sexto Congreso del Partido, refrendando la
exigencia popular de acabar con la dualidad monetaria, de hecho, los
cubanos contamos con dos o una moneda, siempre dispuestos a trocarla, de
acuerdo a las necesidades o la dicha de cuánto poseemos de cada una de
ellas.

No creo sea un descubrimiento esto del "comienzo del fin de la dualidad
monetaria", la práctica, criterio supremo de la verdad, nos dice que mi
amigo del parque tenía la razón con su sencillo razonamiento, verdad "de
Perogrullo", de esas que mucho se olvidan a la hora de explicar asuntos
aparentemente complejos, pero realmente simples.

¿Qué es el dinero sino el equivalente universal de todas las mercancías?
Convertido en papel impreso por ley del estado y necesidad ante la
limitación natural a la circulación de metales preciosos, podemos en
aritmética escolar, entender que se trata de un común denominador y por
tanto, al decir del señor de los paqueticos de detergente:-me da igual
que un televisor valga 300 CUC o 7200 CUP. De cualquier manera lo
importante es contar con el dinero, sea remesa desde el "más allá",
producto de vender Aguacates o premio de "La Bolita".

El estado pudiera cambiar por decreto esta situación en un día,
matemáticamente es así, pero los traumas serían grandes si valoramos las
complicadas cuentas de un país marcado por la corrupción generalizada,
donde la economía necesita reordenarse internamente antes de ejecutar el
sencillo acto de pasar a una sola moneda, donde antes había, no es error
mecanográfico, CUATRO DENOMINACIONES EXACTAMENTE.

Me explico. Tenemos para el sentido popular, el Peso Cubano o Moneda
Nacional, denominado CUP, y el Peso Cubano Convertible, equivalente al
dólar estadounidense antes en circulación, identificado con las siglas
CUC. Hay, sin embargo, dos monedas más: los CUP ó CUC. Existen
igualmente en términos de economía empresarial, al nivel de cuentas
bancarias, con valores que no concuerdan con sus cambios al nivel
popular. En fin, se trata de CUATRO MONEDAS, verdadero rompecabezas para
los economistas nacionales.

Cualquier instalación hotelera paga a sus trabajadores en CUP y recibe
de los turistas CUC, ambos billetes corrientes, pero además realiza
operaciones bancarias con esas mismas denominaciones a través de cheques
u otras variantes donde no se palpa el dinero en efectivo.

Todo lo anterior es muy desventajoso para la economía en general y hay
consenso de cambiar esta realidad. Creo sinceramente que el país, es
decir, nosotros los cubanos, estamos deseosos de vivir con una sola
moneda, que ya es una realidad palpable, reconocida en el comercio
minorista diario, estatal o particular.

El tiempo restante hasta el decreto-ley es un proceso lógico de
ordenamiento en el plano de las muy complejas, ahora si cabe la
expresión, relaciones económicas de este invento llamado Socialismo, el
cual no puede desentenderse del mercado y sus categorías y por tanto
debe asumirlas responsablemente, sin miedo y sin tacha.

Como me dijo recientemente un profesor universitario. Socializamos la
pobreza, pero tenemos que aprender a crear riquezas con el objetivo de
repartirlas justamente. El Socialismo-agrego al debate- no se define
exactamente a partir del cómo se produce la riqueza, sino considerando
repartirla de la forma más equilibrada posible.

Países como Noruega, Dinamarca o Japón, ejemplos en cuanto a Índices de
Desarrollo Humano (IDH), de las Naciones Unidas, señalan el camino.

Creo firmeme

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36996

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