Tuesday, September 25, 2012

A cuatro manos

A cuatro manos
Martes, 25 de Septiembre de 2012 00:31
Escrito por Odelín Alfonso Torna

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Digamos que por
accidente conocí a un personaje que muchos años estuvo ligado al
comandante Ramiro Valdés. Hoy está un poco distanciado. Por el grado de
comprometimiento y su cercanía a esta facción de poder, me reservo su
identidad.

De Ramiro Valdés, me dice en confesión: "Es un personaje, hombre a todo,
compartidor con sus amigos, no tiene enemigos. En lo político, siempre
ha discrepado de los hermanos Castro, porque de hecho les sabe un mundo".

Refiere que Ramiro Valdés "reconoce lo cruel que fue con su hijo
Ramirito, hoy exiliado en los Estados Unidos, comportamiento totalmente
diferente al que tiene con el resto de sus hijos y nietos."

Si este discreto perfil sirve de algo, quiero al respecto comentar sobre
José Antonio Torres, un periodista oficial que, dicen, fue objeto de
reprimenda por parte del comandante Ramiro Valdés.

Torres, quien por años defendió a ultranza a la tiranía, hoy enfrenta
una petición fiscal de 15 años de privación de libertad, por delitos de
"corrupción y espionaje".

A mi juicio, este comunicador en desgracia se ha convertido en el Julian
Assange del presidente Raúl Castro Ruz y el vicepresidente Ramiro Valdés
Menéndez, dos personajes con un vasto currículo de desavenencias entre sí.

En julio de 2010, José Antonio Torres, corresponsal del periódico
Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista, en
Santiago de Cuba, denunció las irregularidades en torno a un millonario
proyecto de acueducto en el oriente cubano. Citó indirectamente al
Comandante de la Revolución Ramiro Valdés y a Inés Chapman, entonces
coordinadora del proyecto, como responsables de su mala ejecución. Esto
fue más que suficiente para tronarlo.

Se dice que Torres provocó la ira del vicepresidente Ramiro Valdés, a
raíz de su reportaje en Granma, del cual se desprendió una coletilla de
Raúl Castro en agradecimiento al comunicador por su "constancia en el
seguimiento de esta obra". Pero el panorama cambió poco después. Con la
actitud vengativa que mantiene Raúl Castro con quienes están fuera de su
círculo de confianza, José Antonio Torres fue la carnada en un error de
altos quilates.

¿Puede Raúl Castro sancionar a Ramiro Valdés, debido a las
irregularidades descritas por el periodista José Antonio Torres?
¿Pertenece Ramiro Valdés al círculo de confianza de Raúl Castro? ¿Se
"saben un mundo" los viejos camaradas de la Sierra Maestra, como dijo mi
accidental confesor?

Creo que en la última pregunta se define el calvario que vive el
periodista José Antonio Torres, parte de una reprimenda compartida, o
más bien dividida. No sólo llegó lejos, sino que lo hizo desde la
servidumbre, y eso es imperdonable.

Al poder en Cuba le es difícil, pero no imposible, controlar a sus
subordinados. Incluso, aquellas personas que en su momento -o por
determinadas circunstancian- estuvieron comprometidas y conocen de sus
interioridades, tienen más ojos vigilantes que méritos encima. José
Antonio Torres fue uno de ellos.

Precisamente Granma, que le dio espacio a José Antonio Torres para su
reportaje, en julio de 2010, aún no divulga cuáles fueron los delitos de
"corrupción y espionaje" que se le imputan. Torres sólo resolvió ser
extraditado desde el órgano de instrucción hasta la prisión de
Aguadores, en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Según fuentes
alternativas, se le acusa de querer suministrar información al enemigo
(Estados Unidos) sobre objetivos militares.

La coletilla de Raúl Castro fue más bien una cortina de humo. José
Antonio Torres deja a flote el verdadero perfil de los tiranos, no el
que nos puedan contar. Como en la jugada de voleibol, el periodista de
Granma quiso rematar con su reportaje, pero fue bloqueado a cuatro manos.

Para Cuba actualidad: odelinalfonso@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5277-a-cuatro-manos.html

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