agosto 24, 2011 |
Por Warhol P.
HAVANA TIMES, 24 agosto — Hay algo que tengo claro, no me agradaría
vivir en otro país que no fuese el mío, ni bajo un régimen capitalista,
¿pero qué es en realidad el capitalismo? ¿Es realmente Cuba un país
socialista?
Son preguntas que me hago una y otra vez, porque cada año que pasa me
doy cuenta de que nuestras formas de vida no cambian, somos un pueblo
que está detenido en el tiempo.
Tengo 38 años, nunca he salido al exterior, y ni siquiera conozco mi
país. Lo que sé del capitalismo lo veo en programas televisivos.
Recuerdo las anécdotas de mi abuela, ella me hablaba de la época
Batistiana, de las tiendas llenas de alimentos a los que no todos podían
acceder.
Eso era capitalismo, pero qué decir de la actualidad en Cuba, si de
igual modo entras a las tiendas en CUC, casi siempre para deleitarte la
vista, con artículos y carteles publicitarios; que están abarrotadas de
comida y ropa a la que no todos tenemos acceso.
Muchos no disponemos de alguien en el extranjero que corra con nuestros
gastos. A lo poco que un simple trabajador puede acceder es a comprar
productos de aseo, son los más baratos, y comparándolo con los sueldos
actuales es casi imposible, mucho menos si se tienen hijos que dependen
de ti, o un familiar enfermo al que hay que propiciarle frutas, leche,
carne, jugos que son muy caros.
Cuando trabajaba, mi sueldo siempre fue de 12 pesos diarios (US $0.50),
ósea, 8 horas de trabajo, y al mes no me alcanzaba, ni siquiera podía
comprarme un pulóver un short o un par de chancletas.
Tampoco puedo darme el gusto de comprar carne de cerdo porque en la
actualidad el precio es de 40 pesos la libra, y eso vienen siendo 3
bistecs, demasiado caro teniendo en cuenta que hay otros gastos. Las
seis libras de arroz que aún dan por la libreta, no alcanzan para
sobrevivir durante un mes, tampoco los frijoles, que para una sola
persona dan la mitad de una latica que solo rinde para almuerzo y comida
de un día.
Hay que estar en cuba, andar la habana, convivir con cualquier familia
para darse cuenta, a el cubano de hoy no le interesa otra cosa que
luchar, para su familia, y conoce poco de políticas, lucha para llevar
un poco de comida a casa.
Lo triste es que el tiempo pasa y envejecemos aquí, sin tan siquiera
poder soñar que la situación cambie. Creo que el cubano no ha de tener
sueños futuristas, con el día a día notamos que hay muy pocas
posibilidades, tanto para jóvenes como para los que ya no somos tan
juveniles, y así estamos, desde hace mucho.
Por televisión nos mantienen al tanto de la crisis de los países
europeos, nos informan una y otra vez de las muertes, de las miserias
ajenas, ahora yo me pregunto, ¿y nuestras miserias? o, ¿ Por cuánto
tiempo más durará nuestra crisis?
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