DE BOQUERÓN
26-08-2011.
Elías Amor Bravo
Economista, ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Un ejemplo más de que los "Lineamientos"
no sirven para superar los graves problemas de la economía castrista. No
lo digo yo. Lo dice un artículo publicado en Granma, titulado "Reparado,
pero sin suficientes mercancías" en el que se analiza la inversión en
mejora del Puerto de Boquerón en Guantánamo, y su escaso aprovechamiento
por la economía local.
En la economía castrista, incluso disponiendo de infraestructura
portuaria, lo que facilitaría el desarrollo del tráfico de cabotaje, la
mayor parte de la producción se traslada por carretera, "con gasto
elevado de combustible, neumáticos, lubricantes y otros motorrecursos",
cito textualmente a Granma.
En este caso, la gestión del Puerto de Boquerón, como otras muchas
infraestructuras de la economía castrista, se aleja de lo establecido
por el propio régimen en los "Lineamientos" 270 y 274, aprobados en el
Sexto Congreso del Partido.
En ellos se proponía "el aprovechamiento de los medios más eficientes
para cada tipo de transporte, en este caso aprovechando las ventajas del
cabotaje, y por la elevación de la eficacia de las operaciones
marítimo-portuarias, mediante sistemas de trabajo que posibiliten
alcanzar ritmos superiores en la manipulación de las mercancías".
Sin embargo, la situación del Puerto de Boquerón, como se señala en el
artículo de Granma, deja mucho que desear.
Y, ¿por qué no funciona este puerto? En el artículo se enumeran algunas
causas que están directamente relacionadas con la estructura de la
economía creada por los hermanos Castro después de 1959.
Primero, por la falta de patanas con suficiente capacidad de carga,
según alega la Empresa de Navegación Caribe, también estatal como la
mayor parte de la economía castrista. Como se señala en el artículo,
desde el 17 de julio pasado y hasta el 23 de agosto el colectivo no
había recibido ningún tipo de embarcación. Magnífico indicador de
eficiencia de una economía a la que no le sobran los recursos.
Exceso de capacidad instalada, bajo nivel de utilización de recursos
(casi el 70% de los trabajadores del puerto se encuentran
"interruptos"), descoordinación, improductividad e ineficacia, cierran
el "círculo vicioso" de una economía que se resiste a restituir derechos
de propiedad y mercado libre como mecanismo de asignación, y que por
motivo de las autoridades, aspira a una "actualización del socialismo".
No sólo llegan pocas patanas al puerto, sino que la mercancía
transportada es escasa, con una importante reducción de los alimentos, o
el cemento que serían productos de fácil transporte. Se multiplica así
el número de embarcaciones, pero cada vez con menor capacidad de carga,
y sin una adecuada organización de los envíos.
Cómo se nota la ausencia de un sector privado de transitarios y
consignatarios, pieza fundamental de la actividad portuaria en las
economías de mercado. Porque como subrayan los expertos de este sector,
lo importante no es contar con barcos que transporten la mercancía, sino
con ésta, con productos, bienes fabricados intermedios y de consumo que
tengan demanda en el mercado y que la lógica de la demanda exija su
traslado a los mercados de consumidores. En la economía castrista, esto
es impensable.
¿Qué más da? La despreocupación absoluta por los costes, las necesidades
de los consumidores, y la ineficiencia de las decisiones de los
planificadores de las empresas estatales, despreocupados hacia la
realidad del funcionamiento económico, provocan que en vez del puerto,
se recurra al transporte por carretera que, por otra parte, en Cuba,
tampoco es un modelo de eficiencia y eleva ostensiblemente los costes.
De ese modo, un puerto que en principio reúne condiciones para la
actividad, y en el que se ha inmovilizado cuantiosos recursos de
inversiones de las que escasea la economía castrista, deja de obtener
ingresos y permanece inerte por la incompetencia de los múltiples
gestores de propiedades estatales y de empresas, que carecen de
cualquier conocimiento básico sobre cómo funciona una economía y cuyas
retribuciones tampoco reflejan la recompensa por hacer mejor las cosas.
La llegada de la iniciativa privada a la gestión de los puertos en la
Isla podría estimularse por el régimen utilizando un sistema de
concertación similar al que se utiliza en otros renglones que se
benefician de la actividad empresarial extranjera, como el turismo y la
hostelería.
Cuba, por su situación geográfica en América Latina y la proximidad a
grandes mercados, posee extraordinarias potencialidades para desarrollar
una intensa y competitiva actividad portuaria, tanto para el comercio y
transporte interior, como al internacional. Mucho me temo que la visión
parcial y asimétrica contenida en los "Lineamientos" no va a servir de
mucho para dar solución a problemas como el expuesto en Puerto Boquerón.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33418
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