Los depredadores de la libertad de expresión no lograrán silenciarme

Los depredadores de la libertad de expresión no lograrán silenciarme
junio 7, 2016 2:18 pm por Oscar Sánchez Madan

Cidra, Matanzas, Oscar Sánchez, (PD) Desde que el pasado 3 de abril
asistí al capitalino Parque Mahatma Gandhi con el fin de buscar
información sobre #TodosMarchamos -iniciativa ciudadana para demandar la
libertad de los presos políticos- el representante del Departamento de
Seguridad del Estado (DSE) en el municipio de Unión de Reyes no ha
dejado de acosarme.

Es que en Cuba, el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos es letra muerta. Se coarta el derecho a la libertad de expresión
y se persigue a quienes investigan acontecimientos de la actualidad o
reciben informaciones y opiniones de los ciudadanos para difundirlas.

Desde la fecha antes señalada, mi casa, ubicada en calle Matadero No.
18, en el poblado de Cidra, ha permanecido bajo vigilancia policial las
24 horas de cada día. Tal parece que en ella reside el jefe del
autodenominado Estado Islámico.

El 4 de junio último, por cuarto sábado consecutivo, me visitó el citado
agente para advertirme que no podía abandonar la localidad donde vivo y
mucho menos viajar a La Habana. Lo atendió mi anciana madre, ya que me
negué a recibirlo, al recordar su promesa de utilizar una técnica de un
arte marcial para derribarme sobre el pavimento.

Es difícil entender que a un periodista se le impida ejercer su oficio
en un país donde los gobernantes han reiterado que defienden un sistema
democrático "de los humildes, por los humildes y para los humildes". Si
el gobierno se preocupa tanto por los humildes, que les permita
manifestar con libertad sus opiniones a través de la prensa.

No existe libertad y prosperidad en una nación en la que el oficialismo
obliga a las personas a permanecer en silencio y sólo los autoriza a
expresar lo que al gobernante -convertido en Gran Hermano- le conviene.

En Cuba las cárceles están dispuestas para recluir a los desobedientes.

Aunque soy uno de ellos, no me van a callar: siempre encontraré la forma
de continuar la labor informativa. Por ella he sufrido el presidio
político, los intentos de asesinato, las golpizas, los violentos mítines
de repudio, la separación familiar y las campañas difamatorias. A pesar
de eso, sigo de pie, sonriente, blandiendo la espada de la verdad, esa
que no podrán mellar nunca los tiranos y los policías.

Y como la última visita inamistosa del oficial designado para hostigarme
me incitó a redactar esta crónica, se que el mundo conocerá, que como
muchos otros periodistas que vivimos y trabajamos en Cuba, no he dejado
de ser una víctima de la intolerancia castrista, aunque tampoco un dócil
peón del régimen comunista.

Esta ¿nueva? estrategia de la policía política, consistente en
hostigarme hasta el cansancio, está condenada al fracaso, porque no goza
de respaldo popular. El pueblo está decidido a hablar e informarse de
cualquier manera y los trabajadores de la comunicación no lo defraudaremos.

En cuanto a mí, nadie debe preocuparse. Jamás me paralizarán los
imbéciles que prefieren las bocas rebeldes cerradas y las plumas
inquietas sin tinta.
insurrecto61@gmail.com; Oscar Sánchez

Source: Los depredadores de la libertad de expresión no lograrán
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