Wednesday, December 16, 2015

Cómo Cuba fabrica una crisis migratoria

Cómo Cuba fabrica una crisis migratoria
MARIA C. WERLAU

Cuba saca provecho de miles de migrantes cubanos varados en
Centroamérica para vender la falsa idea de que la avalancha humana sólo
se frena eliminando el embargo de Estados Unidos.

La confabulación de sus aliados Ecuador y Nicaragua y diversos esfuerzos
para aumentar el perfil público de la crisis sugieren hábil
coordinación. Por su parte, la Casa Blanca ha permitido la entrada con
escaso filtro a una ola humana gigantesca, pasando por alto serias
implicaciones. Aun restablecidas las relaciones diplomáticas, continúa
aseverando que la política de inmigración hacia Cuba no cambiará. Del
2008 al 2013, 223,518 cubanos obtuvieron residencia permanente en
Estados Unidos; desde entonces la cuenta ha crecido exponencialmente.
Sólo este año, han llegado al menos 75,000.

Los enormes flujos de dinero de la creciente diáspora hacia Cuba
financian el tráfico humano detrás del éxodo y permiten a su dictadura
militar evitar reformas estructurales y seguir reprimiendo. En los
Estados Unidos, se drenan millones en fondos federales con inusitados
abusos. La entrada descontrolada también constituye un caballo de Troya
de influencia y penetración para numerosos agentes y criminales —muchos
regresan a Cuba huyendo a la justicia americana con el botín de
fechorías que suman miles de millones de dólares.

Los objetivos de la fabricada crisis se hacen evidentes. Ante todo, se
busca explotar tanto el sentir humanitario como el rechazo a la
inmigración para dirigir ambos contra el embargo. Se repite que los
cubanos emigran por razones económicas, exacerbadas por el embargo,
dirigiéndose a Estados Unidos por existir la Ley de Ajuste Cubano. En
realidad, dicha ley de 1966 sólo otorga al Fiscal General discreción
para conceder residencia permanente a los cubanos un año después de
haber sido admitidos al país por el Servicio de Inmigración. Este se
guía por directrices excepcionalmente laxas a pesar de que la mayoría no
son perseguidos y aun después de Cuba retirar las prohibiciones de viaje
en el 2013.

Aunque la Ley de Ajuste no impone la admisión de los cubanos y no está
vinculada a la Ley Helms Burton —lo que queda del embargo—, se esgrime
una lógica distorsionada de que ambas "reliquias" deben abrogarse para
detener el flujo migratorio. El blanco principal lo constituyen los
republicanos más contrarios a la inmigración, bloque de apoyo
congresional al embargo; serán además acusados de oponerse a la entrada
de cubanos por politiquería, ya que la mayoría apoya al Partido Demócrata.

La campaña de desinformación tiene otros objetivos. El programa para dar
visa a los profesionales cubanos explotados en terceros países —que
generan al régimen cubano cientos de millones anuales— se vincula al
problema migratorio; además se le atribuye, falsamente, la crisis de
salud pública en Cuba. Se acusa a Radio y TV Martí, que penetran el muro
de información en Cuba, de sembrar miedos que promueven el éxodo. Los
exiliados cubanos que solidariamente apoyan la entrada de los migrantes
ya en camino serán vilipendiados por defender de facto privilegios que
son exclusivos y comprometen la seguridad nacional. Finalmente, se
distrae la atención sobre los graves problemas en Cuba para consolidar
la legitimidad internacional que el régimen extrae de la normalización
con Estados Unidos.

Cuba calcula que, habiendo ya exportado a suficientes cubanos que le
garantizan miles de millones anuales, eliminar el embargo y evitar más
fugas de médicos esclavos será más rentable; además debe mitigar una
bomba de tiempo demográfica.

Ante este cuadro, Estados Unidos debe insistir en la inmigración segura,
ordenada y legal, y en que los países que han recibido a los migrantes
les den un trato humano y acorde a las leyes internacionales. Debe
suspender la admisión automática de cubanos para: 1) proteger la vida y
seguridad de las personas; 2) prevenir la ilegalidad y el tráfico
humano; y 3) resguardar la seguridad nacional. De manera bipartidista,
debe revisarse la política de inmigración hacia Cuba para asegurar que
refleje nuestros valores y salvaguarde la seguridad nacional y regional.
El tema del embargo es otro y merece analizarse con información veraz y
objetividad.

Consultora y directora del proyecto sin fines de lucro Free Society
Project/Cuba Archive. Las opiniones expresadas son personales.

Source: MARIA C. WERLAU: Cómo Cuba fabrica una crisis migratoria | El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article49873405.html

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