Cremata califica su censura y exclusión en Cuba como "un atropello a la
libertad de expresión"
El montaje de 'El Rey se muere' solo tuvo dos funciones, el 4 y 5 de
julio, en el Centro Cultural Bertold Brecht, en La Habana, antes de que
fuera cancelado por las autoridades culturales.
'Es increíble la facilidad con que la burocracia puede prescindir de un
artista y desaparecerlo', dijo el director contando que la decisión vino
de altas esferas gubernamentales.
El director reconoció que esa decisión de excluirlo busca forzarlo al
exilio.
LUIS DE LA PAZ
Especial/el Nuevo Herald
Mirado siempre con recelo por las autoridades de cultura en Cuba, el
cineasta y director teatral Juan Carlos Cremata atraviesa por una
situación de exclusión del contexto artístico nacional por resolución
oficial. Todo, por la totalidad de su trabajo fílmico y en particular
por la puesta en escena de El Rey se muere, de Eugène Ionesco, que
aparentemente colmó la copa del oficialismo.
Desde La Habana explica qué ocurrió, reflexiona sobre la realidad
insular y expresa preocupación sobre su futuro como creador.
¿Cómo valora la decisión del Ministerio de Cultura?
Como un paso errático, medieval, fascista y muy desatinado en estos
tiempos. Como un acápite más, en un capítulo, cada vez más extenso, de
injusticias y sinrazones que se han cometido especialmente con la
cultura y los artistas en este país. Y me vienen a la memoria ahora
mismo, casos ya históricos como Lezama Lima, Virgilio Piñera, Gastón
Baquero, Celia Cruz, Ernesto Lecuona, Cabrera Infante, Reinaldo Arenas,
Lydia Cabrera y tantos, tantos otros nombres más contemporáneos, a veces
ni siquiera tan grandes, o que medianamente pudieron llegar a ser
alguien, de los que hablar en Cuba, oficialmente es a veces
"sacrilegio", pero que todo el pueblo cubano, como todo el mundo,
conoce, respeta y adora, en tanto forman parte indisoluble de nuestra
cultura, o lo que es decir, de nuestra nación. Otra vez la
parametración, la persecución, la limpieza de pensamiento y acción, como
si los tiempos pasaran en vano. Aquí nada ha cambiado, al menos en ese
sentido. Como una declaración del abuso de poder, el absurdo y la
ignominia. Pero, en definitiva, como una muestra más, de la naturaleza
de esos seres que amordazan, silencian, prohíben y entorpecen la
evolución del pensamiento. Y con ello la vida de una gran mayoría de
personas en este país. Como un atropello a la libertad de expresión, a
la creación artística y a los derechos más elementales del ser humano.
¿Cómo le comunicaron la decisión?
En una reunión donde sólo estaba el Director del Centro de Teatro, luego
se unieron dos especialistas, y más tarde, llegó corriendo el abogado
del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, pues habían cometido una
equivocación. Me habían leído la resolución 11 en lugar de la 10, un
pequeño detalle burocrático (no sé a quién le habrá tocado la 11). Todos
me trataron de maestro y con mucho respeto. Y se les veía que les dolía
lo que hacían, pero que no les quedaba otro remedio. Eran órdenes que
venían desde arriba. Lo cual me dio la magnitud también de la enorme
cobardía de aquellos que ni siquiera se atrevieron a firmar y pusieron a
otros la penosa tarea de hacerlo. Es increíble la facilidad con que la
burocracia puede prescindir de un artista y desaparecerlo.
¿Esperabas este paso después de lo de 'El rey se muere'?
Te soy muy sincero. Yo ni siquiera imaginé que iban a censurarla. De
otra manera la hubiese filmado y hubiera subido imágenes a la red. A
diferencia de ellos, yo no planifico ningún daño. Sabía que generaría
polémica y que habría 'bateo' [problema], pero nunca esperé que llegaran
a tanto. Alguien hace poco me calificó de artista incómodo y eso, en
cierta medida, me tranquilizó, pues quiere decir que ellos están muy
acomodados. Nosotros estábamos hablando de la resistencia al cambio. Y
ellos, con todo esto, y en esencia, lo están demostrando. Lo que me
sorprende también es que ellos, después de tamaña estupidez y
conociéndome, esperaran que yo me callase. Ahora alegan que lo hice
público en las redes sociales y la prensa extranjera. Y me pregunto: ¿la
prensa oficial se hubiera hecho eco de todo este lamentable incidente?
También alegan que le he dado armas al enemigo. Ay, señor mío, el
enemigo son nada menos que ellos mismos. Si yo estoy alegando en contra
de la censura y por la libertad de expresión, tengo que ser consecuente.
Y responder a todo aquel que venga a preguntarme. Por eso otras veces
también he pensado que todo lo habían premeditado; porque si no, ¿por
qué se ha tenido que llegar a este punto? Pero esa obra ya estaba
escrita, yo puse el punto de giro y ellos la escena obligatoria. Son
especialistas en destruir criterios, en soslayar y perseguir
diferencias, en imponer el silencio y acabar con todo lo que no siga la
cuadratura de sus maquiavélicas mentes podridas. Sin lugar a dudas el
talento les duele y les molesta.
¿Pensante alguna vez en una medida tan radical?
Yo soy un artista. No pierdo ni un segundo de mi tiempo, en pensar en
eso. Porque para mí, no tiene sentido. Me había concentrado, después
pasada la primera cresta del escándalo, en seguir trabajando. Teníamos
una reposición en octubre y otro estreno en marzo. Había terminado la
versión de una obra de Virgilio, que nunca se había estrenado (otra vez
su sombra, su miedo y su sino fatal se manifiestan). Creía que era la
salida digna y limpia, incluso para ellos, para que pudieran demostrar
que a pesar del pataleo yo seguía trabajando. Pero como dice un amigo:
ellos no pierden ni a las escupidas. Ahora me han condenado a la muerte
en vida, al existir sin ser y sin derechos, al desconocerme por todos
lados. Intuyo que es el inicio de algo todavía mucho más siniestro. Ya
me degradaron, ya me humillaron, me quitan ahora el motivo de vivir y de
alguna manera me aniquilan.
¿Crees que vendrán otras acciones con cualquier pretexto?
No me extrañaría. Es el modus operandi de siempre. Con esta medida ya
pasé de la categoría que me habían impuesto de perfil bajo al de
excluible. Imagino que a esas, les seguirán las de perseguido,
vigilable, desechable y no sé qué otras tantas patrañas. Pero te
confieso que no puedo vivir pensando en eso. Aunque tengo que estar
preparado para lo que venga. Por oscuro y difícil que este túnel sea.
¿Esta acción podría forzarte al exilio?
Creo que es lo que quieren. Es lo que han hecho en la mayoría de los
casos. Son los dueños del país y se arrogan el derecho a decidir quién
puede, y a quién dejan vivir o no aquí. Incluso quién es cubano o no. ¿A
cuántos no han obligado a hacer lo mismo a lo largo de la historia? Por
eso, en estos momentos, también pienso en Martí y en Heredia. En lo que
parece que es parte indisoluble de nuestra existencia. Y de nuestra
idiosincrasia. El estancamiento en la manera de pensar, prevalece
siempre sobre la necesidad de entendimiento, de comprensión en el
mejoramiento e igualdad entre nuestros semejantes.
¿Esperas alguna solidaridad de tus compañeros en la isla o desde el exilio?
Muchos lo han hecho público. Otros se han acercado en silencio. Pero el
gran miedo predomina. Espero que algunos me rehúyan. Sobre todo el
gremio teatral está muy amordazado, silenciado e intimidado desde hace
más de 50 años. La solidaridad en estos casos puede costarles caro. Sin
embargo me han llegado muchos mensajes de apoyo. Incluso de gente que ni
siquiera conozco. Espero también otros ataques, aunque me cueste
entender que alguien pueda estar de acuerdo con tamaña atrocidad.
Sé que para toda alma sensible y con capacidad de pensamiento significa
un zarpazo a la inteligencia humana. Entiendo incluso a aquellos que me
miran con la imposibilidad de expresar abiertamente su ternura. A los
que nunca acompañaré, será a los que apoyen y promuevan cualquier
atentado a la razón, a la injusticia y a la verdad.
¿Crees que esa acción va en contradicción con lo que está ocurriendo
después del anuncio del 17 de diciembre?
Esa acción va en contra de todo. Y mucho más. Pero ten presente que hay
gente que no quiere que nada de nada de eso aquí suceda. Que todo se
quede igual como estaba, o como está, que es casi la misma cosa. Y una
acción como esa es retrógrada, castrante, improductiva e inhumana. Quien
la apoye será parte de un genocidio a la diferencia. El silencio es
cómplice también. Porque siempre es hora de decir lo que se piensa.
Porque nunca es tiempo de acabar o enmudecer.
Algo que desees agregar.
Estoy vivo. Todavía. Quizás en el período más fértil de mi creación.
Tengo mucho más que entregar. Trabajo las 25 horas del día. Adoro lo que
hago. Y creo positivamente en los seres humanos. Pero en los de verdad.
Y en el mejoramiento de la vida. Y en que PATRIA también es, pero sobre
todo HUMANIDAD.
Source: Cremata califica su censura y exclusión en Cuba como "un
atropello a la libertad de expresión" | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article35123718.html
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