Thursday, April 23, 2015

El desayuno y el excluible

El desayuno y el excluible
abril 22, 2015 11:25 am·

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Esta crónica relata hechos
reales. Por prudencia, solo son ficticios los nombres y algún que otro
dato que pueda dañar a su protagonista.

Para una mejor comprensión de este trabajo, debemos remontarnos al éxodo
del Mariel, cuando cerca de 135,000 compatriotas ganaron la libertad.
Entre ellos, el castrismo incluyó enfermos mentales y delincuentes,
algunos peligrosos, como asesinos y violadores. En fin, todo quien según
Fidel Castro resultaba la escoria de la "perfecta obra" que se construía
en Cuba.

Había los que a criterio del dictador eran "delincuentes peligrosos",
como mi amigo Carlos M. Ortiz, ya difunto, quien se dedicaba a trasegar
mariscos, por lo que fue condenado a 20 años de cárcel.

También envió por Mariel a cientos de agentes provocadores que como, nos
enteramos años más tarde serían el apoyo para la misión en el imperio
del entonces "heroico" coronel Antonio de La Guardia y que nunca pudo
realizar porque antes fue ejecutado junto con otros militares
calificados como traidores a Fidel Castro.

Muchos de estos cubanos fueron detectados por el Inmigration Service.
Otros originaron disturbios en varios campos de procesamiento
habilitados al efecto.

De esa forma surgieron los excluibles, que años mas tarde fueron
deportados a Cuba en un número cercano a mil.

Aunque no con rasgos tan épicos, uno de ellos fue Aladino, cuyo delito
fue ser un exitoso bolitero en La Habana de aquellos tiempos.

Hoy es muy querido en mi vecindario, porque cada día avisa con su
pegajoso pregón que ya se puede desayunar.

Aladino vende pan, mantequilla y queso crema. Por eso lo llamo Aladino,
porque aunque no tiene ninguna lámpara maravillosa, es capaz de actos
mágicos, como es el hecho de por un módico precio, revertir uno de los
tres fracasos históricos del Comandante en Jefe: el desayuno (según el
chiste del presidente argentino Carlos Saúl Menem a Castro en Bariloche,
los otros dos serían el almuerzo y la comida).

Un día, al volver del interior de la casa con el dinero para pagarle,
para mi sorpresa, vi a Aladino leyendo algunas notas que había en inglés
en mi pizarrón. Al preguntarle si sabía inglés y donde lo había
aprendido, me contestó: "In Miami, Chicago and in Atlanta State Prison".
Y luego, agregó: "I am one of the excluded" (Yo soy un excluible).

Como mi propósito no es hacer biografías, solo agregaré que Aladino es
uno más de los miles de cubanos que luchan por vivir un poco más
dignamente, mientras brindan un alivio a la miseria a que nos somete
esta cerril y bandidesca dictadura.

Para ello, Aladino tiene que caminar diariamente, llueva, truene o
relampaguee unos 45 kilómetros en total. Y tiene que pagar una cuota
leonina a los corruptos administradores de la panadería de dónde saca su
mercancía.

Como tengo el vicio de indagar le pregunté, un día de mucho sol y tras
una invitación a un trago, cuanto ganaba al día. Me contestó sin
pestañear: "Mucho menos de los setenta dólares que me pagaban
diariamente y con menos esfuerzo en la prisión de Atlanta por hacer
placas de automóvil. Aquí, aunque estoy en otra cárcel, no solo cobro
poco, sino que tengo que buscarlo todo y para colmo, tener que aguantar
que me digan que soy libre. Tremenda broma, ¿verdad, profe?"

Me dijo que quisiera estar otra vez en la prisión de Atlanta. "¿No viste
lo gordos y rosaditos que volvieron los 5 espías?". Y concluyó: "Mira,
periodista, si sigo contándote, me van a llevar preso y mis clientes se
van a quedar sin desayunar, así que hasta aquí las clases".

Aladino sigue deleitándonos a diario con su oferta y lo más importante,
con su sonrisa y pegajoso pregón.

Para Cuba actualidad: palest44@gmail.com

Source: El desayuno y el excluible | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/el-desayuno-y-el-excluible/

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