Monday, March 16, 2015

No les interesa resolver casi nada

No les interesa resolver casi nada
[16-03-2015 15:53:25]
Alberto Medina Méndez

(www.miscelaneasdecuba.net).- Aun existe demasiada gente que confunde lo
que anhela que suceda con lo que realmente ocurre. A la clase política,
le interesa poco y nada resolver problemas. Su tiempo se consume
haciendo política, pensando en como conservar o conseguir poder. El
resto es solo circunstancial.
Aunque la afirmación pueda resultar brutal, todo lo que hacen apunta a
obtener una mayor cantidad de adhesiones y construir un espacio que les
permita administrar su poder actual y acrecentarlo en cualquier entorno.

Quien sostenga una idea contraria a la expuesta tendrá a su cargo la
difícil tarea y el gran desafío de encontrar casos específicos que lo
demuestren. Claro que existen matices y que algunos encajan
absolutamente en esta fotografía y otros un poco menos. Pero en las
grandes ligas de la política todo tiende a parecerse a la descripción
original.

En las segundas líneas, en las terceras y las subsiguientes, aun quedan
vestigios de esa vocación recitada de servir a la sociedad, de esa
genuina intención de muchos de aportar a su comunidad ideas y esfuerzo.

En la historia reciente abundan las crónicas que confirman que el poder
solo se dedica a concentrar decisiones y sostener un esquema de control
político. Las grandes trasformaciones a las que la sociedad aspira y que
inexorablemente forman parte del discurso de muchos dirigentes solo son
"cantos de sirena" y no nacen de sus profundas convicciones.

Las encuestas serias muestran, detalladamente, los más sinceros deseos
de la sociedad. La gente quiere una justicia eficiente, ágil e
independiente, una educación exigente y de calidad, un sistema de salud
más humanizado, vivir en paz y armonía, en una comunidad donde las
víctimas de los delitos no estén en pie de igualdad con los criminales,
por solo citar algunos ejemplos.

Nada de eso se resuelve porque la política, de cualquier color, la de
ahora, la de antes y probablemente la de los que vengan, no decide tomar
el "toro por las astas" y hacer algo concreto al respecto.

Existe una decisión implícita de no avanzar en una línea de acción
correcta. Algunos aun creen que ellos no saben qué hacer, que no se les
cae una idea, que les falta creatividad y capacidad para resolver esos
asuntos.

Esa sería una visión muy benévola y excesivamente piadosa. No debe
descartarse de plano esa hipótesis frente a cuestiones menores, de
rutina y domesticas que precisan de algo de ese ingenio que se reclama
con razón. Pero en los temas trascendentes e importantes, no es ese el
dilema.

El problema combina, en proporciones variables, la falta de coraje y la
estricta conveniencia electoral. Salir de este perverso círculo vicioso
que propone el presente, obliga a la sociedad toda a construir, como
primer peldaño, un certero diagnóstico. Sin una ajustada mirada sobre lo
que está pasando difícilmente pueda encaminarse a la etapa siguiente.

No menos cierto es que hoy existe una gran resignación cívica respecto a
lo que ocurre a diario. Es como si los ciudadanos observaran como sucede
todo a su alrededor, registraran esas inmoralidades, las identificaran
con claridad, pero luego quedaran paralizados a la hora de actuar y
decir basta.

Fueron, probablemente, muchas las décadas dedicadas a defender un
sistema que, en sus imperfecciones, encierra tantas trampas letales en
términos sociales. Se ha instalado la idea de que no puede ser objetado,
y eso, tal vez, sea un gran impedimento para corregirlo y perfeccionarlo.

La democracia concebida como ese régimen que debe ser endiosado,
absolutamente incuestionable, solo lleva a sacralizar los procesos
electorales como si fueran la fuente de todas las soluciones. Claro que
sigue siendo menos deficiente que otros conocidos que tampoco resuelven
nada, al menos no con herramientas aceptables para la vida moderna.

Pero convertirlo en inmaculado puede ser un pecado superior. Su
exacerbación, deformación y manipulación puede llevar a su definitiva e
indeseada desaparición y a su reemplazo por esquemas autoritarios mucho
mas ruines que los actuales. De hecho muchos países recorren ese
derrotero apelando a maniobras despiadadas que solo conducen al abismo.

La democracia es solo un sistema de organización social y política.
Minimizar sus defectos, ignorarlos o negarlos no logrará rescatarlo. La
política hoy sigue sus designios al pie de la letra. Los dirigentes
tienen un testeo en las urnas con plazos reducidos y eso los empuja a
considerar solo aquellas decisiones que tienen impacto popular en
idénticos tiempos. Todo lo que requiera muchos años e implique pagar
costos políticos ahora para cosechar frutos en un futuro lejano no les
interesa y se descarta de plano.

El problema de fondo, es que las gigantes reformas que se precisan, en
la justicia, la seguridad, la salud o la educación, por solo citar los
tópicos más urgentes, necesitan de revisiones estructurales
significativas, que pueden demandar lustros para que aparezcan sus
primeros resultados. Esto no es compatible con los tiempos políticos que
el personaje de turno dispone para ser protagonista en el siguiente
turno electoral.

Se necesitan "estadistas", políticos con grandeza y generosidad,
dispuestos a hacer lo indispensable por el bien de las generaciones
futuras, que puedan olvidar las tentaciones que les plantea la dinámica
electoral de la divinizada democracia. Con las vigentes reglas de juego,
eso no sucederá. Si no se revisan los paradigmas de ahora, esos que la
ciudadanía defiende sin cuestionarse, pues solo se puede aspirar a tener
más de lo mismo o, en el mejor de los casos, una versión un poco menos
cruel que la del presente.

Los individuos funcionan, casi siempre, de acuerdo a los incentivos que
perciben a su alrededor. Hoy, la política tiene estímulos electorales de
corto plazo, los visualiza y actúa de acuerdo a ellos. Esperar otra cosa
sería irracional, ingenuo e infantil. En este escenario, bajo esta
dinámica y contexto, se puede afirmar con bastante contundencia que a
la clase política contemporánea no le interesa resolver casi nada.

Source: No les interesa resolver casi nada - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5506ee653a682e122c08675c#.VQcEMY7F9HE

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