Monday, February 9, 2015

La democracia cubana es una democracia en la que todo se le consulta al pueblo

"La democracia cubana es una democracia en la que todo se le consulta al
pueblo"
Alejandro Castro Espín dice que tiene "mucha fe y mucha confianza en la
democracia cubana"
Félix Luis Viera, México DF | 09/02/2015 8:39 am

Esto lo aseveró, en Atenas, Grecia, Alejandro Castro Espín, según la
edición del pasado 7 de febrero del sitio web izquierdista Resumen, al
que Castro Espín concediera una entrevista.
En la foto que ilustra la entrevista, Castro Espín aparece eufórico o
iracundo dirigiéndose no al entrevistador, sino a un público inexistente.
Sabemos que tanto lo que aparece en el título de estas líneas, como las
demás afirmaciones en la entrevista citada, son mentiras.
Pero tal vez no debamos culpar a Castro Espín: él puede creer que son
verdades. Tomemos en cuenta que este muchacho, nacido en 1965 en cuna de
seda comunista, los únicos cuentos, anécdotas y "verdades" que ha
escuchado desde entonces son los de su tío Fidel Castro y su papá Raúl,
así como de las personas de alto mando y las nanas comunistas que
formaban su entorno.
Es seguro que a él nunca le faltó, de niño, la leche, la alimentación
adecuada ni, solo otro ejemplo, sus familiares debieron hacer una cola
de tres días y tres noches, con catre y todo a la puerta de una tienda
—tarjeta de racionamiento mediante—, a ver si podían comprar, para su
niño, el avioncito que este anhelaba, exhibido en los escaparates
durante esas fechas decembrinas.
Sus padres nunca tuvieron que remontarse campo adentro para intentar
conseguirle la alimentación, escasa tantas veces, ni vieron sufrir a su
hijo por no poder proporcionarle, repito, el juguete añorado; vaya, nada
colosal, solo un caballito de palo, digamos.
Bueno..., lo antes dicho son menudencias, melodramitas, si vamos a ver.
Dirán algunos.
No fueron los progenitores de Castro Espín quienes, como consecuencia de
"la educación gratuita", se amargaran constantemente porque su hijo,
mañana tras mañana, en el matutino escolar, debiera jurar "¡Seremos como
el Che!" —un asesino, según se ha confirmado sobre todo en los últimos
años— para luego entrar al aula y recibir clases de una historia de Cuba
completamente distorsionada, falsa, a capricho del castrismo.
Tampoco sus progenitores se incluyen en los que, gracias a la "educación
gratuita", se sintieron atribulados por ese viacrucis de tener a su
hijo, ya en el bachillerato, allá, lejos, en la "Escuela en el Campo",
encerrado entre cuatro bardas de alambre, donde malcomía mientras en las
mañanas estudiaba y en las tarde debían cumplir la jornada en el surco
patrio de yuca, papa o calabaza, con pase para visitar a su familia cada
15 días.
Vaya, que Alejandro Castro Espín es de otra estirpe. De modo que debemos
entender sus equívocos.
Quizá ni siquiera tuvo tiempo para escuchar ese discurso de su padre,
hace 7 años, donde este se preguntaba cómo sería posible que aún la
revolución no había sido capaz de producir un vaso de leche para cada
cubano. Un pobrecito vaso de leche —comprado, no regalado—, que aún
continúan esperando los cubanos residentes en la Isla.
La democracia cubana se ha llevado a cabo "ante todo contando con el
pueblo de verdad", afirma Castro Espín en la entrevista aludida, y
agrega que tiene "mucha fe y mucha confianza en la democracia cubana".
Tanta fe tiene que sitúa de ejemplo que en Cuba "hay una Revolución
después de más de medio siglo enfrentando al imperio más poderoso".
Vaya, nada... que desconoce sobre los miles de fusilados y encarcelados
durante ese medio siglo, así como de los dos millones y medio de cubanos
que en ese lapso han huido, a veces de las maneras más riesgosas, de
aquella "democracia", incluidos los miles que han muerto en el empeño.
Por otro lado, en "democracia" tan ejemplar, no tenemos censo alguno que
nos indique cuántos quisieran hacer lo mismo. Pero cualquiera que sepa
de qué estamos hablando, aseguraría que serían millones los que anhelan
huir de tan loable democracia.
La democracia cubana se ha establecido "ante todo contando con el pueblo
de verdad", afirma asimismo Castro Espín. Bien..., tanto es así que en
la Isla no existe un solo medio de comunicación que no esté en la nómina
del gobierno; de modo que dónde, quién, por cuál vía podría decir que
con él no cuenten para llevar adelante esa "democracia". Y existe allá
una Asamblea Nacional (unipartidista), en la cual todos piensan igual, o
así lo demuestran a la hora de votar; de 501 miembros, siempre, siempre,
501 votan igual. Esto puede no creerlo nadie, pero así es. Quien lo
dude, que busque las actas de las reuniones, las informaciones al respecto.
De igual manera, son censuradas las obras literarias y de arte en
general que se atreviesen a criticar al régimen. Esto lo desconoce
Castro Espín, como del mismo modo no está impuesto de que en la Isla
todas les editoriales e instituciones culturales pertenecen al régimen.
Para reforzar su propuesta de la real democracia establecida en Cuba, el
coronel Alejandro Castro Espín —sí, es coronel del Ministerio del
Interior y también posee un título de ingeniero y un máster en
Relaciones Internacionales—, expone que en la Isla la elección
presidencial, se lleva a cabo así: "El presidente del país tiene que ser
nominado en la base, en un municipio, no es que allá arriba se pone en
una lista como ocurre en otros países porque en la democracia burguesa
los partidos introducen en su lista a cualquiera".
Que yo sepa, el Partido Comunista de Cuba, en la base, propone a una,
dos o tres personas de su confianza para delegados de la
circunscripción, el nivel menor. Las personas, el día de las "elecciones
de base", solo pueden votar por uno de estos o, acaso, no pocos agregan
en la boleta, si no alguna mala palabra, el nombre de su candidato (soy
testigo de que algunos votaban por Barbarito Diez, Celia Cruz, Lola
Flores, John Lennon o Cantinflas). Y para realizar esto, igual que para
depositar la boleta en blanco, hay que tener valor; el terror, la
coacción, son dos de los elementos base de esa "democracia".
El voto es voluntario, solo ocurre que, amaneciendo, ya están los
activistas de cuadra —presionados por los activistas de más
arriba—llamando a la puerta de los "electores". Negarse a "votar" puede
resultar muy costoso, puesto que, hallarse en la lista negra del
régimen, nadie sabe de cuánto, de qué te podrá privar en el futuro.
Posteriormente, los delegados seleccionados van a la Asamblea Municipal,
y entre ellos solitos, votan por alguien que ya ha propuesto el Partido,
y así lo mismo en la Asamblea Provincial hasta la Asamblea Nacional. Es
decir, entre ellos dan su voto al candidato que ha propuesto el Partido
Comunista.
Casi siempre, antes de que estas reuniones para las "votaciones" se
lleven a cabo, hasta los perros saben quiénes serán los presidentes de
las Asamblea Municipal o de la Provincial, por ejemplo; se corre, se
filtra, se vislumbra.
¿Nadie encuentra raro que alguna vez no haya resultado elegido
presidente Fidel Castro, y posteriormente su hermano Raúl? Yo lo
encuentro raro.
De cualquier manera, por eso de haber nacido y crecido en la llamada
supraestructura, es posible que el coronel Castro Espín desconozca que
ninguna de las asambleas —la municipal, provincial y nacional—, si acaso
de verdad hubiesen sido elegidas libremente, tendrán el poder en sus
territorios. La Constitución cubana establece que el máximo poder
corresponde al Partido Comunista de Cuba. De modo que son el Comité
Municipal del Partido Comunista de Cuba, el Provincial y el Comité
Central, los que gobiernan a las asambleas. O sea, que todo esto de los
"poderes populares", como diría aquel campesino amigo mío, "es una toná".
Castro Espín también se refiere en la entrevista citada al "comunismo".
Dice que "es aspiración, un ideal, un sueño", mas resulta "difícil
construirlo ("construir"..., ese complejo de albañiles de los
comunistas), porque tiene que chocar todavía contra la naturaleza
humana, contra el propio egoísmo humano, contra el egoísmo de esas
élites que generalmente lo que buscan es asegurar sus intereses por
encima de los intereses de sus naciones, de sus propios pueblos. Pero
que son los que prevalecen, tienen poder económico, tienen poder
político, tienen poder militar".
Oh..., me suenan un poco contradictorias algunas de las expresiones de
este párrafo, vaya... como si el coronel estuviese hablando de él, de
ellos mismos, es decir: "chocar" "contra el propio egoísmo humano,
contra el egoísmo de esas élites que generalmente lo que buscan es
asegurar sus intereses por encima de los intereses de sus naciones, de
sus propios pueblos". Oh... pensemos un poco en esto...
Afirma asimismo el máster Castro Espín que en Cuba no habrá regreso al
capitalismo, imposible, imposible, porque el cubano "es un pueblo que
vivió eso, es un pueblo que sufrió, y lo sufrió de manera muy cruenta,
no sólo en el orden social, en el orden económico, en el orden político,
sino también en el tema de la represión".
¡No!, ¡no puede ser...! ..., en este párrafo veo muy clarito —¿será que
existe mala intención de mi parte?—, una alusión a la Cuba de hoy. ¿O es
que me ha dado por entender todo al revés, que ya uno se está volviendo
loco?
Y para terminar, según el coronel, EE UU "es una potencia que va en
declive", "es una economía quebrada". Sin embargo, aclara, el caso de
China es muy distinto: "Es una potencia económica que va en ascenso, en
puro avance".
¿Será verdad? Ya ni sé.
Ya ven. Así van las cosas.
Referencia:
http://www.resumenlatinoamericano.org/?p=8394

Source: "La democracia cubana es una democracia en la que todo se le
consulta al pueblo" - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/la-democracia-cubana-es-una-democracia-en-la-que-todo-se-le-consulta-al-pueblo-321851

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