Tuesday, February 10, 2015

Cuidado con los mercachifles

FABIOLA SANTIAGO: Cuidado con los mercachifles
02/09/2015 6:51 PM 02/09/2015 7:12 PM

Ni siquiera nuestros muertos están protegidos de los juegos políticos de
un país que se abre al lucro.

¿El caso en cuestión? El anuncio de media página en las respetuosas
secciones de obituarios del Miami Herald y el Nuevo Herald, ilustrada
con un mapa de Cuba y un titular que dice: "Carta abierta de National
Funeral Homes".

En un tono combativo digno del periódico Granma en plena Guerra Fría,
National Funeral Homes se jacta de tener un historial de 20 años en los
que "ha reunido a las familias cubanas en Cuba con sus seres queridos
fallecidos en Estados Unidos mientras otras funerarias hispanas se
ocupan de la política".

Este servicio, afirma esta funeraria, ha sido prestado a pesar de "la
oposición de detractores y contra la corriente". Se debían excusar con
Bob Seger por la extraña forma de traer por los pelos la clásica frase
de su canción al ofensivo desastre que resulta de este anuncio, renglón
por renglón.

"Es gratis, no le cuesta", continúa diciendo el anuncio, como si las
funerarias realmente prestaran servicios sin cobrar.

National Funeral Homes tiene "amigos" en Cuba que pueden enterrar a sus
seres queridos en panteones familiares, según promete el anuncio. Esos
amigos también pueden "re-enlosar, reparar y repintar el panteón de su
familia". Así que ya saben, exiliados, ¡reclamen esa otra propiedad que
también dejaron atrás en el cementerio cubano! O, si lo prefieren,
también entregan cenizas de los muertos a domicilio.

"La familia, como al soldado, la familia no se deja atrás, con el deseo
de volver a la patria — aún en la muerte, aún en la muerte".

Que lo entierren a uno en Cuba es legal. Pero si usted ha enterrado a
seres queridos que se pasaron la vida llorando la pérdida de su país, y
han muerto con dignidad en el exilio, a estas alturas debe sentirse
asqueado.

Pero el asunto se vuelve más insultante aún.

La funeraria en 151 NW 37th Ave. implícitamente ataca a todos los
cubanoamericanos que, sin consideración alguna, hemos enterrado a
nuestros muertos aquí.

En Cuba, dice el anuncio, "usted descansa junto a familiares y amigos,
no junto a extraños en los cementerios de Miami luego de pagar miles por
una sepultura sencilla en la tierra".

La persona que escribió el anuncio se identificó conmigo como Rafael
Al-Khalifa, aunque uno de los empleados allí lo identificó como Rafael
Mohabir.

Los registros del Departamento de Orden Público de la Florida lo tienen
inscrito bajo los aliases de Jeque Rafayi Al-Khalifa y Hilbert Mohabir.

La funeraria fue inscrita en el registro de nombres ficticios del estado
por Hilbert Mohabir, al igual que todos los teléfonos de la funeraria y
el celular de donde él y sus empleados me llamaron.

Cualquiera que sea su verdadero nombre, esta persona utiliza personal
hispano para atraer clientes y continúa funcionando normalmente, a pesar
de las quejas en su contra por sus despreciables prácticas comerciales.
Los récords muestran que la División de Servicios Funerales, Cementerios
y Consumidores del estado le ha negado en el pasado una licencia para
operar su negocio.

Sin embargo, Al-Khalifa/Mohabir me cuenta que es una especie de Buen
Samaritano que ha "enterrado a todos los balseros que han llegado aquí".

"La comunidad cubana me conoce", añade. "Nunca he tenido ganancias".

Le digo que las quejas contra él y reacciones de clientes en varios
listados de la internet dicen todo lo contrario, que él le ha vendido
servicios a ancianos que luego han descubierto que lo que han comprado
no existe y que ningún servicio es gratis. Al contrario, la gente se
queja de terminar pagando cargos adicionales en el curso del proceso de
retirar el cadáver, el velorio, y embarcar o enterrar los restos.

Me dice que realiza 10 "envíos" semanales a Cuba, Nicaragua y Guatemala
de gratis. Despotrica contra los cementerios católicos que según él
están enterrando en "tumbas anegadas en agua". (Como si Cuba, que
aparece en las noticias constantemente afectada por lluvias
torrenciales, fuera inmune a las inundaciones).

Le digo que una portavoz del Jefe Estatal de Finanzas, Jeff Atwater,
dice que National Funeral Homes no tiene a su nombre una licencia para
operar en su registro.

"Eso nos preocupa y vamos a iniciar una investigación sobre eso", me
dijo la portavoz Ashley Carr, y agregó que todas las funerarias del
estado acostumbran a lidiar con embajadas, consulados y aerolíneas para
enviar ciudadanos de otros países que mueren aquí, y que normalmente no
se requiere tener "amigos" en esos países para recibir los restos de los
fallecidos.

Cuando le pedí a Mohabir que comentara sobre sus problemas con el
estado, me gritó: "¡Váyase al diablo! ¡Váyase al infierno! ¡Es usted una
perra! ¡Quítese de mi línea!". Y me colgó.

El anuncio de National Funeral Homes ha estado publicándose con
frecuencia desde que el presidente Barack Obama y Raúl Castro iniciaron
negociaciones para establecer relaciones diplomáticas y expandir el
comercio y los viajes.

"Estamos recibiendo muchas llamadas, todas respondiendo positivamente al
anuncio, y usted es la única negativa", me dijo una mujer que se
identificó como la administradora Diana Sosa, la primera vez que llamé
al número que aparece en el anuncio.

Pedí entonces hablar con María Fernández, quien declaró en una audiencia
de apelación estatal en el 2011, después que se le negó una licencia a
Hilbert Mohabir, que ella era la dueña y operadora de la funeraria (la
cual ha operado bajo muchos nombres diferentes además del de Mohabir),
pero Sosa me respondió que ella no estaba.

Que estén alertas los consumidores.

Aunque no se ha logrado ningún acuerdo real entre Estados Unidos y Cuba,
ya los mercachifles que comercian y se enriquecen a costa de los
sentimientos de los cubanos están tratando de entrar en el juego.

Cada uno de nosotros tiene la opción personal de escoger el sitio de su
reposo final, pero ¿por qué habrían de estar nuestros muertos mejor
sepultados en otro lugar que aquí, entre nosotros?

Es aquí donde pertenecen esas almas afligidas y nostálgicas por la
patria que perdieron y donde integraron una generación que llena de
orgullo crió a sus familias anónimamente y con cuyo trabajo arduo
ayudaron a hacer de Miami lo que es hoy.

Es aquí también donde celebraron las graduaciones y las bodas de sus
hijos, donde las jóvenes celebraron sus quince y los jóvenes jugaron
béisbol, donde orgullosamente se liquidaban hipotecas y se pre-pagaban
gastos funerales mientras sus nietos y bisnietos crecían.

Es aquí, en compañía de aquellos que los amaron y a quienes ellos amaron
más que a nadie, donde descansan en paz. Y es aquí donde nosotros,
gracias a sus sacrificios, nos despertamos cada mañana como personas libres.

Source: FABIOLA SANTIAGO: Cuidado con los mercachifles | El Nuevo Herald
El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/fabiola-santiago-es/article9638162.html

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