TERRORISMO
Cámara, luces, ¡acción!
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 23 Abr 2014 - 10:35 am.
Frank Terpil, matón de Gaddafi y prófugo de la justicia estadounidense,
se confiesa desde La Habana. ¿Por qué?
Si le preguntan a un cubano quién es Frank Terpil, lo más seguro es que
responda con una mueca.
Ni por asomo imaginará que se trata de uno de los 70 fugitivos
estadounidenses que escogieron a Cuba como refugio.
Terpil acaba de romper su anonimato en un recién estrenado documental
británico, según revela un reportaje de El Nuevo Herald, publicado en la
edición del 21 de abril.
El ex agente de CIA, de 74 años, llegó a Cuba en 1980. De no haberlo
hecho aún estaría en prisión por conspirar para cometer asesinato y
entregar más de 20 toneladas de explosivos plásticos al ex dictador
libio Muamar el Gaddafi.
Llama la atención que sus padrinos del Ministerio del Interior le hayan
dado el beneplácito para comparecer ante las cámaras del canal Showtime
y poner en la palestra pública detalles de su colaboración con Gaddafi.
Su papel consistía en labores de inteligencia con el propósito de
encontrar y asesinar enemigos de quien fue el hombre fuerte del país
africano por más de 40 años.
¿Habrá colaborado con sus anfitriones para llevar a cabo las mismas
tropelías?
No es descartable que lo haya hecho, durante su larga estancia en la Isla.
Al reflexionar sobre la macabra trayectoria de Terpil, vienen a la
memoria las alusiones del primer vicepresidente cubano Miguel
Díaz-Canel, sobre la necesidad de que la prensa sea más objetiva y
abierta en sus enfoques y temáticas.
Si el refugiado puede despacharse a sus antojos frente a los periodistas
británicos, ¿qué le impide hacerlo en las páginas de Granma o en el
canal Cubavisión?
Hubiese sido una historia interesante, además de una señal de cambios,
más allá de las retóricas que regularmente despachan los jerarcas en
cada guateque revolucionario.
Vía Terpil, queda una vez más sin fundamento el discurso que alienta a
una apertura de prensa cuya flexibilidad depende de los intereses de la
cúpula y no del pueblo, que debe continuar informándose por vías no
oficiales.
Estamos lejos de ese momento en que caigan los muros de la censura. Los
trabajadores de la prensa oficial siguen sin poder apartar los ojos de
la orden que viene de arriba con las orientaciones correspondientes. El
Departamento de Orientación Revolucionario "sugiere" y vigila.
No es usual que les permitan a los ex agentes refugiados en Cuba,
exponer públicamente parte de las actividades encubiertas que
ejecutaron, como Terpil, sin remordimientos. Razones tuvieron para darle
la venia. ¿Provocación? ¿Jugada política?
Si el antiguo asesino a sueldo de Gaddafi decidió hablar por su cuenta
—algo poco probable—, su futuro está sobre ascuas.
Podría sufrir una muerte repentina antes que llegue el invierno de 2014.
A fin de cuentas, nadie se interesará por las causas del deceso.
Sería un matón venido a menos. Un viejito que quizás necesitaba dinero y
cedió a la tentadora propuesta de la compañía productora Fresh One
Productions.
Source: Cámara, luces, ¡acción! | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1398242106_8258.html
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