Monday, May 13, 2013

El científico cubano que enfrentó a Hitler, Batista y Castro

El científico cubano que enfrentó a Hitler, Batista y Castro
Gómez Gimeránez, analfabeto hasta los 14 años, fue un eminente médico y
matemático cubano que desarrolló inventos e investigaciones que le
ganaron la amistad y admiración de Albert Einstein.
Armando de Armas / martinoticias.com
mayo 11, 2013

En carta del 27 de noviembre de 1942, Albert Einstein escribe "a su
excelencia", el presidente cubano Fulgencio Batista, que el "doctor
Domingo H. Gómez me ha dicho que él ha tenido la suerte de recibir su
poderosa ayuda. Yo he tenido la oportunidad de familiarizarme con parte
del trabajo científico del doctor Gómez relacionado con Hemodinámica y
Angiocinética. En esta área, él ha creado y desarrollado una nueva
técnica experimental, con la cual ya ha obtenido nuevos e importantes
resultados"...

Y agrega en la misiva: "Sería muy conveniente darle la oportunidad al
doctor Gómez de divulgar su trabajo"... "Los caminos nuevos en la
ciencia siempre encuentran una resistencia pasiva considerable por parte
de otros especialistas, los cuales en este caso, tendrán dificultad para
informarse acerca de las teorías y métodos experimentales que el doctor
Gómez ha desarrollado eficazmente".

Quién es, pues, esta persona sobre la que se digna escribir Einstein,
nada menos que a Batista, bueno, no es otro que Domingo Gómez Gimeránez,
nacido un 22 de septiembre de 1903 en Guaracabuya, provincia de Las
Villas, y muerto un 10 de diciembre de 1978, en Nueva York, no pudiendo
alfabetizarse hasta los 14 años y sólo tras entrar al Ejército, donde a
los 15 obtiene el grado de cabo.

Posteriormente comienza estudios de Medicina y, en 1921, a través de una
convocatoria que hace la Embajada de Francia en La Habana, obtiene una
beca para estudiar en la Sorbona donde, en 1928, se gradúa con honores
de doctor en Medicina y, en 1929, de doctor en Matemáticas.

En 1941, bajo la ocupación alemana, el científico cubano publica el
libro, de más de mil páginas, Hemodinámica y Angiocinética, donde
explica las bases de la circulación de la sangre y técnicas para la
evaluación de las arterias.

Su prestigio se expande entre la comunidad científica europea y Adolfo
Hitler le hace llegar una invitación para que viaje a Alemania y se
integre con sus investigaciones al Tercer Reich, pero el doctor
Gimeránez dando muestras de compromiso cívico opta por escapar de París,
en abril de 1941, con la ayuda del presidente Batista quien, por demás,
recibe después la citada carta de Einstein.

El Gobierno cubano le ofrece una pequeña pensión y, en 1942, parte hacia
EE.UU donde de inmediato obtiene un puesto como investigador de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. Durante este
periodo el científico isleño mantiene un estrecho contacto con Einstein
quien, encontrándose en Princeton desde 1933, le ofrece consejo y
orientación.

En 1952, invitado por el presidente Carlos Prío, Gómez Gimeránez regresa
a Cuba para dirigir el nuevo Instituto Nacional Cardiológico en La
Habana, nombramiento que se le ratifica luego del golpe de Estado en
marzo de ese año.

No obstante, hay también que decir que el científico, fiel a su civismo,
tuvo serias confrontaciones con Batista debido a no estar de acuerdo con
su régimen de facto y, en el otoño de 1958, rechaza la Orden Nacional de
la Legión de Honor que otorga Francia, porque ese mismo año se le había
adjudicado también a Batista.

Pero, en 1959, Fidel Castro se apodera del poder en la isla y, en los
primeros días, Gómez Gimeránez es arrestado brevemente, por lo que
descontento parte enseguida al exilio y se establece en la Universidad
de Columbia, en Nueva York, como profesor asistente.


Por cierto, sería bueno señalar una de esas crueles ironías de la
historia y es que si Hitler, por una parte, le propone a Gimeránez
integrarse a la comunidad científica del Tercer Reich, y que si Batista,
por la otra, le ayudó modestamente en lo que pudo, Castro, en cambio, no
se le ocurre nada mejor que arrestarlo y procurar borrarlo de la
historia patria.

El español Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina, 1959, dijo en
referencia a su amigo Gimeránez: "Si no hubiera sido un exiliado
comprometido con la libertad de Cuba, Gómez Gimeránez hubiera recibido
el Premio Nobel de Medicina. Él debió haber recibido el Nobel antes que yo".

Por mediación de su hermano Frank, el joven político exiliado Rafael
Díaz Balart conoce a Gimeránez y, dudando que acepte, le propone la
dirigencia de la Rosa Blanca, primera organización anticastrista,
fundada un 28 de enero del 59, pero, para su asombro, el científico que
había dado muestras de civismo, frente a Hitler y frente a Batista, lo
daba también frente a Castro y acepta con entusiasmo la peligrosa
encomienda.

"Yo quiero mucho a Cuba. Olvídese de los riesgos" - fueron sus palabras
a Díaz Balart. Posteriormente la recién fundada organización propondría
a Gómez Gimeránez como candidato a presidente provisional de Cuba, una
vez alcanzado el triunfo libertario.

Ahora, justicia si no política, al menos, sí, poética, o providencial,
el Departamento de Ingeniería Biomédica de FIU ha presentado una
propuesta para honrar el legado de Gimeránez mediante la creación de una
beca de postgrado para estudiantes de origen cubano. La hija de
Gimeránez, Sita Gómez, heredera de la generosidad de su padre, ha donado
100. 000 dólares a este proyecto.

Ella recibe, a nombre de su padre, el segundo Premio Juana de Dios Gros
de Olea, gesto con que el Instituto la Rosa Blanca rinde homenaje a
quien fuera no sólo lumbrera de las ciencias sino ejemplo de conducta
cívica y, no menos importante, sienta un precedente para que en el
futuro democrático los más destacados hijos de Cuba no sean desconocidos
o demeritados por la demagogia al uso."

http://www.martinoticias.com/content/hitler-batista-castro-cuba-cientifico-/22440.html#page=all

No comments:

Post a Comment