El pan nuestro de cada día
Lunes, 22 de Abril de 2013 03:52
Escrito por Aimée Cabrera
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Ahora, al grupo de
establecimientos de ventas de alimentos que escasean, no importa en la
moneda en que vendan sus productos, se han agregado las panaderías con
ofertas en pesos (CUP). No importa día ni horario: el pan racionado, de
pésima calidad, ya no alcanza para todos; y tampoco el que venden más
caro, de forma liberada.
Las personas se quejaban de las ofertas en moneda nacional que son más
caras, ofrecidas por estas panaderías como son el pan de molde a seis
pesos, los paquetes de palitroques a diez o la flauta de pan suave a
tres pesos.
Los panes y los dulces tenían mayor demanda los fines de semana. En
algunas panaderías se veían colas, aunque no muy tumultuarias, para
asegurar el pan los días en que todos están en casa.
Desde hace varias semanas, el pan que se vendía de forma liberada ha
desaparecido como por arte de magia. La escasez ha sido de tal magnitud
que el noticiero televisivo realizó un reportaje al respecto.
En las cadenas de venta de pan en la moneda convertible (CUC) entre las
que se destacan Dulcinea (antes Pain de Paris) y Sylvain, junto a las
que venden el pan de flauta de a 5 y 10 pesos CUP, se aprecia también el
desabastecimiento.
La panadería de Carlos III y Hospital, en Centro Habana, muestra una
fila de unas cincuenta personas, más otras que se guarecen bajo los
pocos árboles que circundan el establecimiento.
"Todavía le queda tiempo en el horno al pan y después hay que
refrescarlo", apunta un asiduo cliente, que explica como antes iba a
comprar allí el pan integral y ahora compra "el que sea".
De otra panadería en el Vedado salen muy bien vestidas y con sendas
jabas enormes dos muchachas. La transparencia del material de las bolsas
muestra panes de molde y otros largos, todos del tipo suave. Ambas salen
por la parte trasera del local, donde los clientes tienen prohibido el
acceso. "No hay pan en venta, "su gente" se lo llevan por atrás"
sentencia un vendedor de periódicos que está sentado a unos metros del
lugar.
Dicen que el pan no alcanza porque los cuentapropistas los compran para
sus cafeterías. A esto hay que añadir la falta de harina de trigo y lo
precario de algunos hornos para mantener la producción. Lo que no tiene
explicación, a no ser con su dosis de choteo, es que en plena noche
habanera, silbatos y pregones hagan alusión a panes y galletas calientes
que pueden llevarse a la boca untadas de mantequilla o mayonesa.
Para Cuba actualidad: aimeecabcu2003@yahoo.es
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/7164-el-pan-nuestro-de-cada-dia.html
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