Sobre las próximas elecciones en Cuba
octubre 19, 2012
Glosas a una comparación incompleta
Dayrom Gil Pradas
HAVANA TIMES — Graham Sowa ha publicado un artículo en Havana Times
titulado Elecciones en Cuba y Estados Unidos. Me ha dejado con una
sensación de malestar, no por lo que dice, exactamente, sino por lo que
no dice. Uno esperaría que si alguien se enfrasca en la tarea de
comparar dos cosas, trate de presentar datos equivalentes para ambos
comparados.
Como Sowa no tuvo intenciones de eso, y además su escrito concluye con
un nihilista 'es lo mismo en todas partes', pienso que es justo que
dedique unas párrafos a glosar su escrito y explicar a los lectores los
datos ocultos.
Sowa parte de un hecho relevante, que luego volveremos a mencionar: "La
semana pasada recibí mi boleta oficial para votar en las elecciones
generales de Estados Unidos del 2012. Es una página, escrita por los dos
lados. Debo votar en 34 postulaciones, desde el presidente del país
hasta el Comisario del condado".
En primer lugar, hay un problema básico. Sowa compara las elecciones
generales de EEUU con las municipales cubanas. Eso le permite eludir
ciertos aspectos de las elecciones cubanas que sólo aparecen en niveles
superiores (provincia y nación). Por eso, voy a extender la comparación
con todos los cargos que en Cuba se anuncian como electivos.
Debo decir que me impresionó mucho el hecho de que los ciudadanos
estadounidenses puedan elegir 34 cargos. Bueno, es cierto que Sowa coló
el Presidente, que en realidad es elegido por el Colegio Electoral, pero
a fin de cuentas se vota por los compromisarios, que tienen un mandato
expreso.
Como todos saben, el Presidente Cubano no es elegido por los ciudadanos,
ni eligen al Vicepresidente, al Jefe de Gobierno (que por ley es el
mismo presidente) ni a los presidentes de las asambleas municipales y
provinciales, que serían los homólogos de Gobernadores y Alcaldes.
Tampoco votamos por el comisario del municipio (el jefe de policía). A
diferencia de Estados Unidos, no hay distintos cargos electivos que
varíen de ciudad a ciudad, de provincia a provincia, de municipio a
municipio. Nunca, a ningún nivel, votamos por algún cargo de la rama
judicial, ni siquiera para jueces legos.
Todo es diáfanamente simple y democráticamente pobre. Solo hay tres
cargos que se someten a votación en Cuba: Delegado de circunscripción,
delegado de la Asamblea Municipal y diputado de la Asamblea Nacional.
Sowa prosigue quejándose de las postulaciones de algunos cargos en
Estados Unidos: "Decidir por quién votar en 17 de estas carreras no me
hará pensar mucho, ya que solo hay un candidato.[..] Generalmente esto
se debe a que uno de los partidos tiene un apoyo tan amplio que nadie se
molesta en oponérsele."
De los tres cargos cubanos, dos (o sea, el 66.67%) tienen solo un
candidato. Esto se debe, por ley, a que las comisiones de candidatura
presentan una lista a las Asambleas Municipales que estas reducen un
candidato por puesto. Al ciudadano solo le queda votar o no por estos
solitarios candidatos.
Sowa señala "Por lo que vi, las diferencias entre los candidatos son
evidentes. Los dos necesitan hacer algo sobre el hecho de que nuestro
país tiene una gran deuda y necesidades masivas de gasto. El presidente
Obama quiere recaudar más dinero de los ricos en forma de impuestos. El
gobernador Romney cree que su plan de reducir la tasa de impuestos
creará más puestos de trabajo, y que aumentarán los ingresos fiscales
por los ingresos que generen estos puestos. Por supuesto que el plan de
cada candidato tiene más matices, pero estas fueron las principales
atracciones del intercambio."
El sistema electoral cubano prohíbe estos debates: así resulta imposible
en Cuba ver las diferencias entre los candidatos. O sea, en el único
cargo electivo con varios candidatos, el de delegado de circunscripción,
se vota por el pasado del candidato, en forma de autobiografía que es
una enumeración de cargos ocupados. De más está decir que es imposible
saber lo que piensa sobre determinado tema o cuáles son sus planes de
trabajo si resultan elegidos.
Si queremos saber sobre el candidato a Presidente, entonces mejor
tomamos las cosas con calma. Una Comisión nacional de candidatura
prepara, también, una boleta con un candidato por cargo, incluyendo el
Presidente, el Vicepresidente Primero y los demás miembros del Consejo
de Estado, que supuestamente es el órgano colegiado del Poder Ejecutivo.
Esta candidatura única tiene que ser aprobada por el Comité Central del
PCC.. Incidentalmente, esta candidatura es secreta: ni los diputados ni
los ciudadanos saben quien está en ella hasta la hora de votar. Tampoco
hay que tener mucha imaginación: por ejemplo, en la próxima, sé que Raúl
Castro va a ser el candidato a Presidente. También sé que el Comité
Central, cuyo primer secretario es también Raúl Castro, la aprobará sin
discusión. Y que los diputados de la Asamblea Nacional van a marcar su cruz.
Pero Sowa ve algo bueno en el sistema cubano: "No hay anuncios en la
televisión o folletos enviados por correo a las casas. Al menos los
cubanos no están perdiendo millones de dólares en sus elecciones. En los
Estados Unidos nuestra apatía viene con una etiqueta de precio."
Independientemente de lo que se piense de la financiación de la campaña
estadounidense, todo ese dinero viene de donaciones. En Cuba, el gasto,
grande o pequeño, que se hace en las elecciones, sale del presupuesto
nacional (en realidad, el gobierno trata siempre de escabullirse y
asigna una empresa que apadrine cada zona electoral, de modo que ella
corra con los eventuales gastos).
Por otra parte, no sé de dónde saca Sowa que no hay anuncios en la
televisión. No los hay para un candidato individual, pero sí, y muchos,
exhortando a votar. Esos anuncios desvirtúan el acto electoral y lo
convierten en una "tarea revolucionaria" que debe ser cumplida. Y cuando
lleguen las votaciones de delegados provinciales y diputados, dirán
explícitamente: "VOTA POR TODOS".
Por ejemplo, en mi municipio teníamos "derecho" a dos diputados. Pero
llegado el día de la votación, las personas podrían pensar que aquellos
dos nombres en la boleta eran dos candidatos a un único puesto y no dos
candidatos únicos para dos cargos.
Confundidos con la idea de una elección, uno de los candidatos no
resultaría electo. Con la propaganda de la TV, el gobierno se ahorra
incontables repeticiones. Recuerden: VOTEN POR TODOS, en el círculo
grande que se destaca al final de la boleta. (En otros municipios con
más diputados el "peligro" es aún mayor).
Sowa nos dice "Pero incluso si hay poca discusión sobre el cambio de
política a nivel local en Cuba, al menos se puede decir honestamente que
tienen elecciones. Recuerde que en la mitad de las votaciones en mi
papeleta electoral en Estados Unidos no tengo más que un candidato por
votar."
Aquí no entendí. En Cuba hay elecciones para un cargo de tres, los otros
dos son por ley votaciones para un solo candidato por cargo. En Estados
Unidos, en el caso de Grapevine, Texas, de donde es Sowa, hay elecciones
para 17 cargos de 34, y los otros 17 tiene un solo candidato porque
nadie más quiso postularse, no porque la ley lo prohíba. Si las
elecciones son libres o democráticas, ya eso es harina de otro costal.
Es hora de retomar el hecho relevante que les mencioné al inicio del
texto, cuando habla que recibió la boleta para votar en las elecciones
generales de su país. Sowa, aun estudiando Medicina en Cuba, puede
participar en las elecciones estadounidenses. Para eso le bastó
inscribirse en el Registro Electoral en la Sección de Intereses de su
país en La Habana.
Yo también estoy inscrito en el Registro de Ciudadanos Cubanos de la
Embajada de Cuba aquí donde resido, pero no voy a poder votar en las
elecciones cubanas. Ni yo ni los de 2 a 4 millones de cubanos residentes
fuera de Cuba, que en la más conservadora de las estimativas podrían
representar el 20% del electorado potencial.
En un mundo donde la mayoría de los países reconocen los derechos
políticos y sociales de sus emigrados, al punto que en la Asamblea
Nacional Francesa hay escaños reservados a los franceses residentes en
el extranjero, el gobierno Cubano excluye a la quinta parte de la Nación.
Olvidemos la comparación y centrémonos en la realidad cubana: un solo
cargo electivo directo, dos votaciones, ningún poder en los niveles
locales o municipales, una Asamblea Nacional que funciona diez días por
año y un sistema que se dice parlamentarista donde el Jefe de Estado y
de Gobierno tiene todos los poderes, además de ser el Primer Secretario
del Partido que es, por la Constitución, la fuerza dirigente de la
sociedad, a pesar que la soberanía, también por la Constitución, reside
en el pueblo.
Ante este amasijo de contradicciones, medias verdades, cargos sin poder,
poder sin elecciones, electorados incompletos y "democracia"
participativa en que nadie puede participar, ¿no llegó la hora de hacer
tabula rasa y devolver la soberanía a los ciudadanos, para que ellos
decidan qué sistema electoral quieren?
http://www.havanatimes.org/sp/?p=73736
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