Publicado el viernes, 10.19.12
Mártires del Escambray
Pedro Corzo
Escribir sobre los mártires de la lucha contra el régimen totalitario es
complejo y penoso, pero lo peor es que se puede ser injusto al no hacer
referencia a uno y a todos de los muchos que han caído defendiendo la
libertad y la democracia en Cuba.
Desde los primeros meses de 1960, cientos de hombres habían tomado las
armas o se aprestaban para ello, con el fin de defender con sus vidas el
derecho de pensar y vivir en libertad.
Pero antes de llegar a la guerra fueron muchos los esfuerzos para evitarla.
El trabajo cívico entre otros dirigentes políticos de innegables
credenciales democráticas, como José Ignacio Rasco, Antonio José Varona
y Aureliano Sánchez Arango. Las protestas del presidente Manuel Urrutia
y de los comandantes Pedro Luis Díaz Lanz y Huber Matos y la crisis que
enfrentó David Salvador en el décimo Congreso de la Central de
Trabajadores de Cuba.
La dignidad de Pedro Luis Boitel para impedir que el gobierno controlara
la FEU, sin pasar por alto la viril protesta estudiantil protagonizada
entre otros por Alberto Muller, Juan Manuel Salvat y Joaquín Pérez
Rodríguez.
No obstante la falta de convicciones democráticas de los gobernantes
determinó que una vez más los llanos y montañas, desde Pinar del Río
hasta Oriente, pero con una crueldad sin precedentes a excepción de los
combates de las Guerras de Independencia, fueran escenarios de una
cruenta lucha en la que lamentablemente no venció la justicia sino la
fuerza.
Las ciudades y poblados fueron los focos de la primera resistencia.
Hombres y mujeres, algunas de ellas como Zoila Almeida, la Niña de
Placetas; Oristela López, Vivian de Castro y Gloria Agudín, también se
unieron a las guerrillas hasta ser apresadas y cumplir, al igual que
otros miles de mujeres y hombres, largos años de cárcel.
Otro aspecto a destacar es que la mayoría de las organizaciones creadas
para enfrentar el totalitarismo se identificaban con la Revolución,
compartían la convicción de que era necesario hacer cambios políticos y
sociales en la isla, pero en un marco democrático y de derecho.
Se gestó un poderoso movimiento clandestino que tenía sus propias
estrategias, pero que también eran el sostén fundamental de los grupos
guerrilleros que paradójicamente en su mayoría eran liderados por ex
oficiales del ejército rebelde, por hombres que también se habían alzado
o combatido en la clandestinidad, al régimen de Fulgencio Batista.
Entre esos hombres hay que incluir a Porfirio Remberto Ramírez Ruiz, El
Negro, un joven capitán del ejército rebelde que fue fusilado cuando
presidía la Federación de Estudiantes Universitarios de Las Villas. Un
campesino, también capitán del ejército rebelde, Sinesio Walsh Ríos, y
un dirigente sindical y maestro, el comandante del ejército rebelde
Plinio Prieto.
Estos tres oficiales del ejército rebelde fueron fusilados el 12 de
octubre de 1960 junto a otros dos cubanos que la historia de nuestro
país nunca debe olvidar, Ángel Rodríguez del Sol y José Palomino Colón.
Estos hombres fueron procesados junto a más de un centenar de sus
compatriotas. Las condenas estaban decididas, pero nunca se emitió una
sentencia oficial. Los verdugos clave de ese día fueron el presidente
del tribunal, Claudio López Cardet, y el comandante Félix Torres, un
personaje siniestro que determinaba quién vivía y quién moría en la
región del Escambray.
Refieren testigos de la época que cuando el autobús que transportaba a
los condenados pasó por Manicaragua, uno de ellos gritó con firmeza y
sin atisbos de temor: "Nos llevan para La Campana para fusilarnos".
Fidel Castro siente un profundo desprecio por los cubanos, pero
particularmente por aquellos que han tenido el coraje de enfrentarlo.
Siempre ha ignorado el heroísmo de sus opositores, lo que quizá motivó
la siguiente carta a Hugo Chávez: "Chávez, la guerra tuya es muy
distinta a la mía. Aquí mis enemigos más acérrimos se fueron, están en
Miami. Allá tú los tienes en tus narices. Tu Miami está allá, Chávez".
Falsa como todo él, esta afirmación del dictador. Desde que llegó al
poder un amplio sector del pueblo enfrentó a su régimen y en
consecuencia miles murieron ante el paredón de fusilamiento, otros
tantos en combate.
En Cuba hay desaparecidos porque el régimen nunca ha informado a sus
deudos de la muerte de un pariente. Cerca de medio millón de hombres y
mujeres han pasado por la prisión, y 53 años después el principal foco
de la oposición no está exiliada, se encuentra en Cuba, y en su mayoría
nacieron después del triunfo del totalitarismo.
Periodista de Radio Martí.
http://www.elnuevoherald.com/2012/10/19/1325079/pedro-corzo-martires-del-escambray.html
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