El periodo de las demoliciones en Cuba
Lunes, 13 de Agosto de 2012 00:59
Escrito por Saylí Navarro Álvarez
Cuba actualidad, Perico, Matanzas, (PD) Hay que amarrarse las faldas
cuando alguien se dispone y dedica unos minutos de lectura a cualquiera
de los artículos que se publican en los medios oficialistas, dada la
total parcialidad conque abordan cualquier temática, por ajena que te
parezca.
El pasado miércoles 28 de julio, fecha en que se conmemoró el 94
cumpleaños del gran Nelson Mandela-, en la página tres de Juventud
Rebelde, la periodista Juana Carrasco Martín, jefa de la sección
internacional del citado periódico, una vez más se percató del polvillo
existente en el ojo del otro e ignoró la estiba de madera que
imposibilita la visibilidad desde el ojo gobernante al publicar un
artículo bajo el título "Sin casa ni trabajo".
Esto se puede comprobar con solo leer lo compuesto por la afamada
periodista para congraciarse con el aparato que lleva con puño de hierro
al pueblo cubano. Amplifica los dolores de cabeza de las familias de
menores recursos en los Estados Unidos para pagarse una vivienda
adecuada y la pérdida o amenaza de quedarse sin trabajo, "sobre todo en
aquellas familias encabezadas por madres solteras, cuando las cosas se
han tornado críticas y son incapaces de resolver la rutina diaria para
garantizar el alimento y otras necesidades básicas de las personas a su
cargo", enfatizó la articulista. Pero a renglón seguido se hace más
categórica al definir que el sistema ha fallado, y la ansiedad y la
depresión se sentaron a la mesa del comedor parafraseando, según ella,
a la doctora Peggy Drexler, una psicóloga investigadora.
Es como para hacerle hervir la sangre a cualquiera leer estas
disquisiciones salidas de la mesa de trabajo de una profesional cubana,
a la que imagino también esposa y madre de familia. Pero, claro, olvido
que por su puesto en uno de los periódicos de circulación nación y
asistente casi permanente al espacio radiotelevisivo Mesa Redonda, Juana
Carrasco no debe vivir al mismo nivel que la mayoría de las madres de
otros cubanos. No digamos clase A, ni B ni C, porque una vez que nos
alejamos de la cúpula gobernante y de sus preferidos, aquí no existen
más divisiones o posiciones de ventaja, a no ser ese pequeño segmento
que recibe remesas de sus familiares en el exterior.
Todo lo anterior justifica la posición ideológica de la Carrasco, de
espaldas a la vida del cubano simple. En realidad, ella no puede ser de
otra manera, pues perdería sus beneficios. De cualquier modo, a estas
alturas del juego muy pocos le creerían su paso a las filas del sufrido
pueblo cubano.
A pesar de ello, creemos oportuno decirle a Juanita Carrasco que no es
necesario caminar tanto para hacer causa común con los desposeídos, con
los humildes y vilipendiados de este mundo. Si eso es lo que ella
persigue en cualquier parte de nuestro avergonzado caimán, podría
encontrarse un alto índice de hijos de padres desempleados. Y si quiere
ver disparada la tasa de infantes que experimentan la falta de
viviendas, que salga de sus oficinas con aire acondicionado y se llegue
hasta el batey de nombre Emilia, en el otrora central azucarero
"Humberto Álvarez", en Cárdenas, lugar adonde destinaron a los vecinos
de la comunidad Siguapa, en los supuestos terrenos de la empresa
COPEXTEL, el primer asentamiento demolido forzosamente el 22 de mayo
último, por orden del General.
También podrá en este recorrido apreciar idéntico sabor en la boca si se
aventura hasta las diecisiete viviendas demolidas con violencia días
después, el 15 de junio, en La Conchita, Varadero. Allí, a la derecha
del viaducto Matanzas-Varadero o en el reparto El Pulmón, en Cárdenas,
donde más de ciento cinco viviendas esperan desde mayo porque la orden
del General se cumpla. Sus casas demolidas y ¿sus hijos?...
No queremos atiborrar a la conocida periodista de Juventud Rebelde, pero
a quince kilómetros de mi querido Perico, en el pueblito de Recreo o
Máximo Gómez como se le conoce ahora, lugar donde naciera la escritora
Dora Alonso, más de veinte casas se encuentran en capilla ardiente. Un
número considerable de niños y ancianos (para no referirme al resto de
las personas afectadas), duermen sobresaltados cada noche porque piensan
que al amanecer, la mano peluda quedará bien con el General, y se
quedarán sin techo.
A no ser que usted, señora Juana Carrasco Martrin, se baje del aeroplano
en que viaja y en sus artículos reporte también la realidad que vive una
cantidad significativa de familias, en el suelo de nuestra patria, que
es la suya tambien.
Para Cuba actualidad: saylinavarroalvarez@yahoo.es
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4889-el-periodo-de-las-demoliciones-en-cuba.html
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