Saturday, July 21, 2012

Cuba y Estados Unidos, algo más que una confrontación

Obama, EEUU

Cuba y Estados Unidos, algo más que una confrontación

En Cuba avanza el tiempo y solo progresa la destrucción de las riquezas
materiales

Miriam Leiva, La Habana | 20/07/2012 10:55 am

Barack Obama defendió las medidas ejecutadas respecto a Cuba mediante su
discreción presidencial, en el programa de Oscar Haza del canal América
TV, el 10 de julio pasado. Muy apropiado espacio para hacerlo, pues su
amplia audiencia brindaba la posibilidad de llegar a cubanos y
cubano-americanos de distintos puntos de vista, desde la mayoría que
actualmente concuerda con facilitar los contactos y la ayuda familiar y
de amigos, hasta la política y económicamente poderosa minoría
anquilosada en el pasado. Demostró ser valiente y merece que los
ciudadanos norteamericanos de origen isleño contribuyan a brindarle la
posibilidad de continuar ampliando los contactos pueblo a pueblo.

El Presidente dejó clara su posición si continuaba el inmovilismo y la
represión… "Por eso es que digo que nosotros no vamos a ver grandes
movimientos o una mejoría en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos,
si los gobernantes cubanos continúan haciendo lo mismo una y otra vez"
contestó al periodista según reportó France Presse (acá no tenemos
acceso a la televisión de Estados Unidos, y los programas de Haza son
muy atacados). Indudablemente, para quienes no tienen familiares o no
pueden viajar a Cuba, resulta prácticamente imposible imaginar cómo
malviven y piensan la mayoría de los cubanos, que se benefician
extraordinariamente por la política realista de la actual Administración
norteamericana, y encomian a Obama. Parece que les resulta imposible
comprender cómo el flujo hacia Estados Unidos con retorno, así como las
actividades culturales, científicas, religiosas, deportivas y otras de
norteamericanos eclosiona en provecho de los conocimientos y la visión
del mundo actual en un país con progresiva involución, en la época de la
revolución del conocimiento.

Las autoridades cubanas han tenido la oportunidad de corresponder
facilitando la normalización de las relaciones, como sugirió Raúl Castro
al asumir el poder en julio de 2006 y posteriormente. Sin embargo, del
contencioso por el encarcelamiento del contratista Alan Gross se ha
pasado a la intromisión propagandística en la campaña reelectoral de
Obama, mientras el pueblo cubano admira y agradece las medidas del
mandatario norteamericano que alivian la miseria hogareña, y favorece
las iniciativas por cuenta propia. Esa política proactiva denota una
evaluación realista de las condiciones actuales en Cuba y lleva a evocar
la reconstrucción y la modernización, impulsadas por Estados Unidos
entre 1898 y 1902, poco conocidas, pues la Republica se instauró en
medio de grandes discusiones con los interventores por la Enmienda Platt
y otros importantes asuntos políticos.

Entonces Cuba había quedado destruida como consecuencia del aferramiento
implacable de España a no perder la "joya de la corona" durante la
guerra de independencia iniciada en 1895. La producción se afectó
considerablemente; el principal rubro, la zafra azucarera de 1895
alcanzó más de un millón de toneladas, pero la de 1896 fue de 225.221
toneladas. La reconcentración en las ciudades y poblados dictada por el
Capitán General Valeriano Weyler en 1896, con el propósito de privar de
sustento y apoyo a las fuerzas insurgentes, en dos años se supone que
ocasionó 287.000 defunciones, cuando la población total del país no
llegaba a 1,5 millón de habitantes. Una de las primeras medidas de los
interventores militares norteamericanos en 1898 fue el socorro a la
población desplazada mediante la distribución de medicinas y alimentos,
o como hiciera el General Wilson en Matanzas con la entrega a algunas
familias de una yunta de bueyes, un arado, doce gallinas, un gallo y
varios elementos más para el cultivo. También se emplearon muchos
hombres en las cuadrillas de saneamiento y obras públicas por bajos
salarios o raciones de comida.

Entonces los cuarteles se convirtieron en escuelas; la facultad de
medicina de la Universidad de La Habana se instaló en el antiguo cuartel
de la guardia civil; el Archivo General de la Isla y la biblioteca
pública, embrión de la Biblioteca Nacional, se ubicaron en el Cuartel de
la Real Fuerza. En La Habana se realizaron grandes obras constructivas
como la Avenida del Golfo —inicio de nuestro actual Malecón—, así como
los edificios de la Academia de Ciencias y las Escuela de Artes y
Oficios. Surgieron grandes parques, jardines públicos y amplias avenidas
para las bicicletas y autos que sustituyeron a los carruajes. En todo el
país barrenderos y funcionarios de salud pública realizaron una gran
campaña de higienización, que abarcó la canalización de desagües y
vertido de desperdicios. Se instalaron servicios sanitarios, que en la
capital y Matanzas solo tenían el 10 % de las casas, importados de
Estados Unidos y vendidos a precios módicos. Un extraordinario suceso
fue el tranvía eléctrico extendido hasta los barrios de la periferia de
La Habana. Con gran rapidez se ampliaron los sistemas de electricidad,
telégrafo y teléfono, y poco a poco se comercializaron máquinas de coser
y escribir, artículos de cocina, lámparas con bombillas eléctricas,
ventiladores, y posteriormente fonógrafos, autos, radios y
refrigeradores —llamados todos popularmente frigidaires.

Gran repercusión tuvo la reforma de la educación pública, sobre todo
primaria, auspiciada por el Gobierno militar norteamericano. En
septiembre de 1898, el pedagogo H.K. Harroun fundó la organización Cuban
Educational Association con el propósito de enviar maestros para
estudiar a Estados Unidos comprometidos a retornar, del cual se
beneficiaron también jóvenes de Puerto Rico. Para ello se dirigió a las
universidades de su país, entre las que tuvo buena acogida. Aunque el
proyecto fue rechazado inicialmente por insignes patriotas cubanos por
temor a la americanización y por instituciones contrarias a la
participación de mujeres por lesionar las buenas costumbres, los más
destacados representantes de las letras como Enrique José Varona, Manuel
Sanguilí, Rafael Montoro, Vidal Morales, Juan Gualberto Gómez, Carlos de
la Torre y Esteban Borrero contribuyeron a la selección entre los más de
2.500 maestros primarios existentes. Poco conocido es el aporte de la
Universidad de Harvard con el curso gratuito de seis semanas a 1.273
(más de la mitad mujeres. Boston se volcó a apoyarlo, de manera que
entre abril y agosto de 1899 sus habitantes recaudaron 70.000 dólares
para contribuir a sufragar los gastos. Transportados en barcos de la
Marina, llegaron a principios de julio de 1900 a Cambridge, donde los
hombres se alojaron en las habitaciones de estudiantes y las mujeres en
casas privadas voluntarias. Los estudiantes de la universidad fueron los
guías, traductores y asistentes, mientras sus profesores impartieron
pedagogía, geografía, psicología, historia de Hispanoamérica y Estados
Unidos, inglés y otras asignaturas.

En la actualidad, las autoridades cubanas impiden acceder a los
conocimientos a través de Internet, cuando los gobiernos de los países
aliados en ALBA regalan ordenadores a los estudiantes de primaria,
obviamente conectables a la red. Nuestros jóvenes no pueden participar
en la "revolución de la educación universitaria" en los centros de
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y otros países, al igual que hacen
masivamente chinos, vietnamitas, indios o brasileños, así como en los
estudios universitarios gratuitos online que avanzan vertiginosamente,
con los mejores profesores de las más encumbradas universidades del
mundo, que enseñan a cientos de miles de alumnos, de manera cada día más
eficiente en una economía del conocimiento.

En Cuba avanza el tiempo y solo progresa la destrucción de las riquezas
materiales, creadas por las laboriosas e inquisitivas generaciones
forjadoras de la nacionalidad y los valores morales, cívicos y
patrióticos. Reconocida la urgencia de poner en movimiento cambios
estructurales por el presidente Raúl Castro en julio de 2007, emprendió
escasas medidas fragmentadas, demostrativas de la renuencia de los
dirigentes a sacudirse del inmovilismo timorato de perder el poder
absoluto, por la incapacidad cultivada durante los decenios vividos en
la burbuja del asentimiento de los subalternos, la carencia de los
conocimientos y la desconexión de los avances del siglo XXI. El
vertiginoso retroceso productivo y económico no puede achacarse más al
bloqueo comercial y las supuestas agresiones del imperialismo yanqui.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/cuba-y-estados-unidos-algo-mas-que-una-confrontacion-278630

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