Friday, June 15, 2012

El meridiano y el mercado

El meridiano y el mercado
Viernes, 15 de Junio de 2012 03:29
Escrito por Luis Cino Álvarez

libreriaCuba actualidad Arroyo Naranjo, La Habana (PD) Recientemente, el
número 9 de Upsalón, la excelente revista literaria de la Facultad de
Artes y Letras de la Universidad de La Habana, publicó las respuestas de
varios de sus lectores a la pregunta: ¿Por dónde pasa el meridiano de
la literatura contemporánea?

Todas las respuestas eran de escritores. Se quejaban de la desconexión
cubana con lo que se escribe actualmente en el mundo, enumeraban los
autores contemporáneos casi inaccesibles a los cubanos –Bolaño, Auster,
Carver, Murakami-, o se referían a los conflictos del individuo frente
al poder político y económico y su búsqueda de libertad.

Pero Susana Haug Morales, una joven escritora, traductora y profesora de
Literatura Latinoamericana de la Universidad de La Habana, se puso
pedante y en guardia tercermundista, más propia de hace cuatro décadas
que de la segunda del siglo XXI y se quejó de "la línea paradigmática
virtual, encajada por supuesto en el Viejo Mundo de rancia prosapia, en
los Estados Unidos o en España para nosotros los latinoamericanos, a
partir de la cual deba orientarse y regirse cualquier desarrollo y
destino escriturario posible".

Con acritud, Haug Morales señala: . "Listados de revistas voceras como
Granta y catálogos de Alfaguara, Anagrama y Tusquets dictan y validan
qué leer, a quién leer, generan tendencias, valores, grupos,
promociones, hornadas y hasta inventan a los nuevos Rimbaud del futuro,
a los imprescindibles nombres de mañana y de ahora mismo..."

Ante las dificultades para penetrar en el mercado editorial español,
algunos escritores cubanos, como el bonaerense Borges hace más de seis
décadas – salvas sean las distancias- se quejan de que Madrid no los
entiende...y Barcelona tampoco.

Pero por esas dos ciudades, que funcionan como los filtros de la
literatura que se hace al sur del Río Grande, pasan inexorablemente los
meridianos editoriales para los escritores hispanoamericanos. Digan lo
que digan, no se puede negar que han dado excelentes frutos. Y algunos
de ellos, residen en Cuba: Pedro Juan Gutiérrez, Ena Lucía Portela,
Leonardo Padura, Senel Paz...

Sin embargo, un grupo de quejosos de la UNEAC adoptan poses de aldeanos
acomplejados, paranoicos y resentidos. Pretenden que no les interesa el
mercado editorial extranjero, que para ellos es la fuente de todas las
perversiones ideológicas y estéticas. Acusan de prostituir su arte a los
que logran triunfar "afuera". Se proclaman creadores elevados e
incorruptibles, "ajenos a los premios pactados y a los intereses
comerciales y políticos" que, según ellos, priman en las editoriales
extranjeras.

En la UNEAC y sus cenáculos adyacentes se suelen escuchar críticas a
"la alfaguarización", al realismo sucio y a "las historias de Centro
Habana" que se venden como pan caliente en el mercado español. Aseguran,
con los ojos en blanco, que no quieren caer en la tentación de
complacer al mercado y dar la imagen de una ciudad en ruinas y un país
en desbandada.

Entonces, más que por no dar el gusto al mercado, para ocultar su
mediocridad y su inseguridad, se ponen expresamente anti-cartesianos,
que es el mejor modo de aparentar mucha enjundia donde escasea. Recurren
a experimentos posmodernistas, descontextualizan sus historias. Los más
conservadores, acuden al banquete lezamiano, ahora que no entraña
riesgos babosear sus migas. Luego, se proclaman, además de
incorruptibles, incomprendidos.

Habría que ser aldeanamente testarudos para afirmar que Pedro Juan
Gutiérrez o Leonardo Padura hacen concesiones para complacer al mercado.
El lector en Cuba apenas tiene opciones dentro de la limitada oferta
que le permiten. El mercado internacional tiene otras reglas de juego.
El lector no es un cautivo, tiene derecho a elegir lo que lee. Los
editores no pueden ser ajenos a ello. Ciertas adaptaciones al español
"de verdad" o las traducciones, no son concesiones al mercado, como
pretenden algunos perretosos en la UNEAC, sino a lectores
pertenecientes a otra cultura.

Hace varios años, en el Centro Cultural "Dulce María Loynaz", en un
panel sobre el marketing editorial en Iberoamérica, el escritor Senel
Paz explicó: "El mercado no es bueno ni malo, sino algo que existe, con
lo que hay que trabajar. La solución no es darle la espalda, sino
escribir buenos libros".

Por donde quiera que pase el dichoso meridiano, es un consejo que debían
seguir muchos en los predios de la UNEAC.

Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-cultura/82-cultura/4336-el-meridiano-y-el-mercado.html

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