Consuélense, cubanos
mayo 18, 2012
By Yusimí Rodríguez
HAVANA TIMES — He observado que en muchas ocasiones, cuando algún
colaborador o entrevistado de HT critica la realidad de nuestro país, le
sale al paso algún comentarista presto a demostrar que en otros lugares
la situación es aún peor.
Por ejemplo, si criticamos nuestro sistema electoral, en el que un solo
partido político concurre a elecciones… perdón, en el que el único
Partido no necesita ir a elecciones, basta con que apruebe o no a los
candidatos, un sistema electoral que garantiza nuestro derecho (casi
obligación) al voto, pero no a elegir; alguien nos explica que el pluri
partidismo tampoco ha garantizado la existencia de una verdadera
democracia, que el ejercicio de elegir es solo aparente porque los
ciudadanos no logran ningún cambio profundo con su voto.
Lo mismo sucede cuando denunciamos la falta de libertad de prensa y de
libertad de expresión. No importan los ejemplos que podamos
proporcionar, algún comentarista nos supera con la mención de artículos
o documentales censurados, periodistas encarcelados o muertos,
ciudadanos comunes despedidos.
¿Qué puede esperar quien se atreva a criticar los sistemas de salud y
educación, íconos legitimadores de la Revolución Cubana?
¿Qué puede representar la mala preparación de los educadores, en muchos
casos tan jóvenes como los educandos; la corrupción, los profesores que
venden pruebas y aceptan sobornos; el condicionamiento de avales a la
participación en movilizaciones, en comparación con países donde la
inmensa mayoría de las personas no tiene acceso a la educación?
¿Qué podemos criticar de un sistema de salud que esta al alcance de cada
cubano, aunque muchas veces no exista el instrumental médico en los
hospitales, ni los medicamentos, ni el material para hacerse una placa u
otra prueba (a no ser que tenga usted un amigo en el sitio), cuando hay
países donde la gente muere de enfermedades curables por no poder pagar
la atención médica?
También recibo esas respuestas de amigos extranjeros cuando realizo
alguna crítica al país. No puedo sino respetar sus opiniones, como
respeto las de nuestros comentaristas en HT.
En muchos casos llegan a lograr su objetivo: hacerme sentir culpable
además de ignorante; o por lo menos afortunada de vivir en este país.
He ahí el peligro. Estos extranjeros o cubanos que viven el exterior y
tienen la posibilidad de comparar, no argumentan basados en nuestra
realidad, sino usando otros países como ejemplos negativos.
No se trata de demostrarnos que aquí estamos bien, sino que en otros
lugares la situación es mucho peor.
Consuélense, cubanos, parecen decirnos. Confórmense, cubanos, si
intentan cambiar las cosas solo lograran cambiar para peor. Ese es el
mensaje que durante años nos ha tenido paralizados. El miedo a saltar
del agua herviente a las llamas.
Esa parece ser también la táctica que emplean ahora nuestros medios. El
objetivo permanece: hacernos sentir que solo bajo la tutela de nuestra
inamovible élite política estaremos a salvo. Pero ahora, dan un rodeo:
en vez de hablar de nuestros logros, algo que empieza volverse difícil
en las actuales circunstancias, se hace énfasis en mostrar los horrores
que ocurren fuera de nuestras fronteras.
El periódico Granma, Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba,
publicó dos artículos tomados de publicaciones extranjeras en su edición
del viernes 4 de mayo: La Agencia de Seguridad Nacional te está
vigilando, de Amy Goodman, y Filantrocapitalismo, de Renan Vega Cantor.
En Filantrocapitalismo, el autor desnuda la falsa buena voluntad del
imperialismo Yanki de forma magistral. Claro que tal vez habría sido
bueno eliminar la parte en que habla del alto costo para el erario
público colombiano, del embellecimiento artificial de Cartagena, y el
dispositivo de seguridad desplegado para la caravana del presidente
norteamericano Barack Obama, porque yo no pude evitar que acudiera a mi
mente el gasto realizado por el Estado cubano para recibir al Papa
Benedicto II.
Aunque La Agencia de Seguridad… aparece antes en el periódico, lo leí
después. Confieso que el título me asustó. He descubierto que la palabra
seguridad escrita con letra inicial mayúscula, tiene la capacidad de
despertarme una sensación de inseguridad.
Pero pude suspirar de alivio, lo que cuenta el artículo sucede en los
Estados Unidos e involucra a tres ciudadanos norteamericanos: un
funcionario de inteligencia del gobierno, una cineasta y un hacker.
Ninguno fue acusado de algún crimen, pero fueron rastrados, vigilados y
detenidos (en algunos casos a punta de pistola) e interrogados sin tener
acceso a un abogado.
No lo voy a contar, porque es extenso y vale la pena que lo lean ustedes
mismos. Y les confieso que, tal vez porque soy impresionable y cobarde,
que llegué imaginarme en el lugar de esos tres ciudadanos americanos y
temblé.
Me alegré de estar a noventa millas de donde sucedían aquellas
historias. Dios mío, esas cosas ocurren en aquel supuestamente
democrático país.
Ese es el efecto que debe lograr un artículo como este, que relata
hechos verídicos ocurridos en los Estados Unidos de América, sobre
nosotros los cubanos; siempre que se trate de cubanos sin acceso a
Internet, con la prensa nacional como única fuente de información.
Es evidente que está dirigido a quienes ignoran que hay ciudadanos y
ciudadanas de este país, opuestos al gobierno, decididos a expresar sus
ideas y a hacerlas valer, que han sido objeto de detenciones e
intimidaciones. Solo así puedo explicarme la aparición de este artículo
en el periódico Granma.
Si no hubiese sabido a través de este sitio o de los materiales que
circulan en memoria flash, o la voz populi, que personas como Orlando
Luis Pardo, Gorki (cantante de Porno para Ricardo) Yoani Sanchez, han
sido detenidos e intimidados aquí mismo, sin que medie ninguna
acusación, y sin presencia de abogado, el artículo habría funcionado a
la perfección conmigo. Me habría sentido afortunada de vivir en un país
donde no corro el peligro de que mis derechos sean violados de esa forma.
Por último, quiero citar las palabras de Benjamín Franklin con las que
Amy Goodman termina su artículo: "Quienes estén dispuestos a renunciar a
la libertad fundamental a cambio de seguridad temporal no merecen ni la
libertad ni la seguridad."
Es hora de preguntarnos a qué estamos renunciando y a cambio de qué.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=64322
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