El VI Congreso, otros puntos de vista
Muchos de los temas fundamentales del VI Congreso están comenzando a
desarrollarse ahora
Domingo Amuchástegui Álvarez, Miami | 09/06/2011
El VI Congreso del partido comunista de Cuba (PCC) no ha concluido aún;
apenas se inicia. Muchos de los temas fundamentales están comenzando a
desarrollarse y dentro de siete meses seremos testigos de la Conferencia
Nacional del PCC en la que se producirán más cambios. Entretanto, la
fase de implementación requerirá de la adopción de leyes, normas,
códigos y regulaciones que sienten las bases legales para los
Lineamientos aprobados recientemente. Y no se trata solo de dotarlos de
esta dimensión legal, sino de convertirlos en una realidad funcional,
una herramienta eficiente para construir el nuevo modelo económico. Éste
será el congreso real para la dirigencia cubana.
Menos de un mes transcurrió desde la celebración del congreso hasta la
publicación de los Lineamientos en forma de tabloide, junto a otro
similar con un resumen de los debates, que mostraba las modificaciones y
cambios aprobados a partir de las discusiones celebradas a nivel de base
y lo que los delegados dijeron al respecto. La primera versión contenía
291 lineamientos, de los cuales solo 32 se mantuvieron íntegros,
mientras que más de dos tercios fueron modificados en su totalidad y/o
fusionados con otros, a la vez que se incorporaron 36 completamente
nuevos, para un total de 313. El lunes 9 de mayo, bien temprano por la
mañana, decenas de miles de personas hacían cola desde las 4:00h a.m.
para comprar los tan esperados tabloides e informarse de las opciones
que le reservaba el futuro.
Tal como quedaron aprobados, los lineamientos establecen un "nuevo
modelo económico" que guarda muy poca relación con el funcionamiento de
la economía cubana del pasado. Si bien algo de la planificación central
permanecerá, la economía cubana consistirá ahora en cinco sectores
económicos diferentes:
A. El sector estatal basado en un presupuesto central (sector
presupuestado).
B. Las compañías, negocios, industrias y servicios (el sector
empresarial) que ahora será dirigido y administrado con total autonomía
respecto a organismos e instituciones del Estado y del partido, y que
resultarán eficientes o fracasarán en tanto entidades particulares cuyo
desempeño económico determinará su futuro.
C. El sector de la inversión extranjera, implementado a través de
diversas formas de asociación con socios locales (si bien no se revelan
detalles sobre las posibilidades de inversión extranjera directa),
seguidas de una renegociación de los pagos y la deuda externa de la
Isla, así como de una urgente búsqueda de nuevas inversiones.
D. El sector cooperativo (caracterizado como una forma de propiedad
socialista), que se convierte en un sector extremadamente priorizado.
E. Una amplia variedad de actividades privadas (no estatales): pequeñas
empresas, cuentapropistas, finqueros, etc.
La regla de oro que conectará a todos los sectores serán las relaciones
mercantiles, mencionadas con claridad en numerosas ocasiones a lo largo
de los Lineamientos.
De ser implementados en su totalidad para 2015, la economía y la
sociedad cubanas habrán logrado realizar cambios muy drásticos. Y, en
consecuencia —como cualquier escuela de sociología, los marxistas
incluidos, tendrán que admitir— un nuevo conjunto de negociaciones y
rediseños políticos deberán aparecer en un futuro no muy lejano para
adecuarse más a una sociedad extremadamente diversa.
La dirigencia
Se han repetido objeciones al hecho de que los puestos clave se
mantienen en manos de la "generación histórica" (líderes que han estado
al frente de la revolución cubana durante más de 50 años y que en la
actualidad son septuagenarios y hasta octogenarios); y, de hecho, existe
fundamento razonable para una controversia en este sentido. Pero si
estos viejos líderes muestran su voluntad y disposición para cruzar este
nuevo Rubicón, se harán merecedores del reconocimiento y el apoyo de
muchos, tanto en el interior como en el exterior.
Es una reacción muy humana intentar descalificar lo viejo per se, pero
Winston Churchill, Konrad Adenauer, Roosevelt y Eisenhower, De Gaulle o
Miterrand, Ben Gurión o Shimon Peres, por no mencionar a Deng Siao Ping,
Joaquín Balaguer, y otros muchos presidentes y legisladores,
consiguieron probar un enfoque muy diferente respecto a "los viejos".
Para los viejos líderes cubanos en general, y para Raúl Castro en
particular, se trata del último tramo de sus carreras y tratarán —por
razones muy prácticas e históricas, así como por orgullo personal—
hacerlo lo mejor posible.
Pero un punto de vista que con demasiada frecuencia se ignora o silencia
con premeditación es el hecho de que existe otra dirigencia muy bien
situada, próxima o justo detrás de "los viejos", que ya tiene en sus
manos una porción enorme de la estructura de poder cubana. ¿Quién está a
cargo de la Comisión de Implementación y Desarrollo, a quién se le ha
confiado la tarea de supervisar la ejecución de los lineamientos? ¿Quién
está al frente del mayor ejército en Cuba? ¿Quién dirige la política
exterior? Hombres de cincuenta años. La mayoría de los miembros del
Comité Central (de donde emergerá, con toda seguridad, la próxima
generación de dirigentes al más alto nivel) nació después del triunfo de
la revolución; dos tercios del Consejo de Ministros tiene 60 o está por
debajo de esa edad (10 de ellos), y más de dos tercios de los líderes
provinciales están en sus cuarenta o cincuenta. Además, se espera que la
Conferencia Nacional sea testigo del paso de más "sangre joven" a las
filas del PCC.
¿Apoyo?
La validación constituye un tema crucial. ¿Con qué apoyo cuentan? ¿Cómo
puede medirse? ¿Mediante elecciones, como en EEUU, basadas en el
principio tan anti-democrático de "el ganador se lo lleva todo"?
Expertos extranjeros no le otorgan ninguna credibilidad a unas
elecciones en Cuba… Entonces, ¿cómo? Encuestas "clandestinas" realizadas
en Cuba por organismos estadounidenses intentan probar que solo una
minoría continúa apoyando al Gobierno cubano. Expertos y disidentes de
Miami y Cuba por igual, que han seguido los acontecimientos en Egipto y
otros países del norte de África y del Medio Oriente, y que dicen hablar
en nombre del pueblo cubano, llegaron al extremo de sugerir que podrían
producirse acontecimientos similares en la Isla.
Pero ¿cuál es la realidad? El 16 de abril se realizó un desfile militar
en La Habana con cientos de miles de personas de a pie que marcharon con
entusiasmo considerable, muchos llevando a sus hijos sobre los hombros.
Quizá fueron obligados a desfilar, a punta de bayoneta, con diversas
formas de intimidación, presiones, etc. De ser así, ¿cómo se les obligó
a permanecer, durante horas, bajo el sol abrasador, y luego desfilar,
sabiendo que puedes escabullirte fácilmente? Quizá todos eran miembros
del partido y de las Fuerzas Armadas (¡lo que representaría ya mucho!);
quizá fueran viejos veteranos, pero la mayoría parecía muy joven y
dispuesta, y marcharon durante horas… Algo muy diferente a lo que se
veía en la Plaza Tahir, en El Cairo.
Luego, 15 días después —para celebrar el Primero de Mayo— sucedió lo
mismo en la Plaza de la Revolución de La Habana. Aunque en esta ocasión
—según algunos observadores— asistieron el doble de personas. Otra vez,
podrían hacerse esas preguntas para tratar de simplificar la comprensión
de lo que se está presenciando, sobre todo tras tres años de desastres
económicos devastadores —tras la destrucción del 20 % del PNB de Cuba,
como resultado de los huracanes que azotaron la Isla y que, combinados
con el impacto de la crisis económica mundial, que condujeron a los
resultados económicos más bajos en muchos años—, decenas de miles de
desempleados y los tiempos difíciles que acechan. Y aun así, cientos de
miles desfilaron. Pero en esta ocasión, el desfile y la marcha tuvieron
lugar no solo en La Habana, sino a lo largo de todo el país, en cada
capital de provincia, ¡sumando muchos cientos de miles, ¿hasta millones?!
¿Cómo entenderlo? ¿Simplificándolo, negándolo, ignorándolo? Por supuesto
que no. Esto requiere de una comprensión muy cuidadosa y práctica. Y si
la soberanía popular —tal como se enseña en educación cívica— constituye
el consentimiento de los gobernados, entonces lo menos que debe
entenderse, reconocerse, es el hecho de que en medio de circunstancias
extremadamente severas, una gran parte del pueblo cubano estaba listo y
dispuesto a expresar su apoyo y validación a la dirigencia cubana y los
cambios actuales.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-vi-congreso-otros-puntos-de-vista-263925
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