30-06-2011.
Dr. Darsi Ferrer
Director del Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Bruno Zayas
(www.miscelaneasdecuba.net).- La extendida estancia del presidente
venezolano Hugo Chávez en tierras cubanas, específicamente en algún
selecto hospital secreto de la casta gobernante tras operarse de un
supuesto "absceso pélvico", deja muchas interrogantes abiertas. ¿Qué
misteriosa causa post operatoria provoca su inusual permanencia?
¿Prefiere convalecer en Cuba, abandonando y sin nadie a cargo de sus
urgentes asuntos patrios? ¿Por qué este prolongado silencio del
mandatario venezolano, con el que alivia a sus conciudadanos de su
omnipresencia por más de quince días? ¿Acaso estará secuestrado en La
Habana?
La interpretación de los pocos elementos conocidos sobre su actual
situación deja un rastro que conlleva a presumibles conclusiones de que
algo bien serio confronta su estado de salud. Para nada resulta
confiable la declaración oficial de que ¨casualmente¨ el gobernante
sudamericano presentó una dolencia aguda que provocó su intervención
quirúrgica de urgencia. Menos creíble aún es el diagnóstico de absceso
pélvico del que responsabilizan a su operación.
Es de sospechar que en la condición médica de Chávez no existió tal
eventualidad, y que todos los cabos fueron planificados y atados con
anterioridad entre La Habana y Caracas. ¡Qué casualidad que vino a
enfermar en Cuba¡ También huele raro el que semanas antes fueran
apareciéndole al mandatario serias complicaciones como la cojera de un
miembro inferior.
La falta de vínculo entre un absceso pélvico y la cojera es total, no
así la explicación de que un proceso tumoral en la región pélvica o
parte inferior del abdomen provoque cojera a consecuencia de metástasis
con infiltración ósea o por la compresión de estructuras anatómicas en
miembros inferiores. También la convalecencia prolongada se corresponde
más con los casos de pacientes operados de tumoraciones, que los
intervenidos de un simple absceso agudo.
Chávez disfruta de todo el poder y la potestad para montar en un avión
al equipo médico cubano más calificado y llevarlo a que lo asistan en
Venezuela. ¿Por qué no lo hizo? Si fuera cierta la tesis de que enfermó
de repente y hubo que intervenirlo sin dilación, igual goza de la
posibilidad de viajar cómodamente con todas las atenciones y garantías
médicas para convalecer en su país.
¡Aquí hay gato encerrado¡ Al parecer el líder venezolano tiene
comprometida su salud en tal grado que necesita completo hermetismo al
respecto y por esa razón planificó ser asistido profesionalmente en la
Meca totalitaria, lejos del peligro de ver expuesto su condición médica.
Es evidente que no confía en sus compañeros de viaje. Tampoco siente la
más mínima obligación de ser transparente con sus compatriotas y menos
aún de rendir cuenta a sus gobernados ante la imposibilidad de cumplir
con sus obligaciones como presidente de la nación.
Dentro de lo insólito resalta la tranquilidad con la que se ha
desaparecido de la escena pública el impulsor del Socialismo del Siglo
XXI, tan dado a la histeria de ocupar con su constante presencia los
espacios audiovisuales y de la prensa escrita. La falta de control a su
megalomanía no le permitiría aceptar tal circunstancia a no ser que la
gravedad de su estado de salud lo obligue a quedar fuera de modo
forzado.
Son muchos los enigmas, y consecuencias, que se derivan de este
prolongado enmudecimiento. El caso es que su inexplicable ausencia,
casi total silencio y las causas verdaderas que lo motivan ya deben
traer de cabeza a la cúpula gobernante del chavismo. Y tanto es así que
la sustitución reglamentaria de su cargo, seguramente prevista en la
constitución del país para casos similares, ha sufrido un tranque total.
Es sorprendente que el vicepresidente Elías Jaua se niegue a aceptar
provisionalmente el cargo supremo y, por el contrario, clama su
fidelidad incondicional al gobernante ausente. Esto es algo extraño e
inconcebible. Se supone que sólo se trataría de mantenerle la silla
caliente.
Pero, ¿se trataría realmente de hacerle sustitución provisional a un
mero presidente? ¿O el espantado Sr. Jaua podría volverse sospechoso de
una intención más tétrica y palaciega, la de hacerse legalmente con el
poder de un caudillo carismático "insustituible"?
Y son esas dudas las que traen otras muchas interrogantes. ¿Cuán
agarrada a los moños debe andar a estas alturas la muy dividida pandilla
del oficialismo venezolano? Si Chávez resultara estar enfermo de
gravedad, ¿confiarán a ciegas en lo que hagan con su líder y salvavidas
los viejos mandamases cubanos, que seguramente querrán planificar desde
la Isla una sucesión en Venezuela favorable a sus intereses? ¿Y de
hacerse permanente la incapacidad del mandatario sudamericano, estarían
sus colegas dispuestos a seguir el costosísimo juego de apoyo
incondicional al impresentable modelo castrista? O como lo señalan
ciertas indiscretas filtraciones en la opinión pública, ¿estarán
sopesando soltar a Cuba como una pesada y carcomida áncora de la Guerra
Fría?
Y de ese mismo enigma brotan otras candentes interrogantes: ¿Lograrían
sostener en pie la desgastada triquiñuela del denominado Socialismo del
Siglo XXI sin la presencia de Chávez? Y preocupados con perder el poder
frente a una oposición que reclamara elecciones presidenciales
anticipadas, ¿cuánta atención y petrodólares estarían dispuestos a
seguir soltando en el deshilvanado proyecto del ALBA?
Nunca son predecibles las consecuencias que provoca el hecho de que un
inflamado caudillo de repente sea bajado a la realidad concreta por las
inapelables decisiones de la Naturaleza. Lo que la Historia nos dice de
otros ejemplos poco sirve como guía en este u otro caso. Lo único que
queda claro de esos súbitos hechos es que las cosas no vuelven a ser
como eran creídas y dadas por seguras.
Así que de estar Hugo Chávez enfermo de gravedad, todas las fichas del
juego político, tanto a nivel de Venezuela como al internacional, van a
cambiar de rumbo. Por lo pronto, los Zelaya, Correas, Morales, Ortegas,
Fernández y Castros podrán irse olvidando de los apoyos millonarios,
tanto para sostener regímenes caducos como para campañas presidenciales
o de la ampliación forzosa de la capacidad reelectiva en sus países. La
horda bolivariana tras Chávez no tendrá posibilidades de practicar la
caridad solidaria ni la megalomanía de su estancado jefe. Estará más que
ocupada conservando el numerario para sus luchas intestinas por el poder
o para intentar evitar que en las urnas la oposición le arranque el
jugoso bistec que se denomina Estado.
Por lo que a Cuba cuenta, este inesperado viraje pronostica malos
tiempos para el régimen y mayores sufrimientos para el pueblo de la
isla. Y motivos habría para pensarlo. Pasadas las primeras efusiones y
entusiasmos con la vetusta ¨Revolución¨, la tétrica visión de la
realidad cubana y, sobre todo, el gasto de agujero negro que representa,
ha enfriado hasta temperaturas polares el embullo de la élite gobernante
venezolana con el modelo totalitario antillano. Es sólo el capricho y la
voluntad de Chávez lo que sostiene el trato preferencial para la
dictadura castrista. Sin Chávez en el poder es casi seguro que sus
seguidores terminaran por quitarse de encima a estos cófrades antillanos
del préstamo infinito.
En resumen, los acontecimientos indican que de patinar Chávez se irá por
el tragante de la historia el chavismo. Y que con su caída morirá el
engendro hegemónico de penetración y desestabilización regional
denominado ALBA. Como consecuencia, no tendría ninguna posibilidad de
sobrevivir la llamada ideología del Socialismo del Siglo XXI, zapatón
que aún calzan determinados gobernantes autoritarios. Además,
colapsaría el subsidio de Venezuela al régimen totalitario de los Castro
y quedaría sepultada por una buena temporada la corriente populista
latinoamericana.
Aunque parezca irónico, luego de protagonizar muchos conflictos y
jelengues, con su salida del escenario político Chávez marcaría su mayor
hito. En definitiva habría que agradecerle el retorno de la estabilidad,
la paz y el impulso de los procesos democráticos en la presente convulsa
región de América Latina.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32792
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