Cuba y el islam
Los musulmanes en la isla se enfrentan a los mismos estigmas de sus
correligionarios en todo Occidente
Jueves, mayo 18, 2017 | Ernesto Carralero Burgos
LA HABANA, Cuba.- La falta de información acerca de la comunidad
islámica en Cuba ha hecho que muchos comiencen a engendrar sentimientos
de islamofobia.
El actual fenómeno existente en Medio Oriente con grupos extremistas
como ISIS y sus atentados en Bélgica y Francia han llegado a los cubanos
a través de los medios oficiales reafirmando su creencia de que todos
los musulmanes son terroristas o cuando menos "una amenaza".
Adonis, un joven de 20 años, comenta: "De madre. Una vez me topé con uno
en la guagua y casi me da una cosa. Estaba vestido con las cosas esas de
ellos. Imagínate las guaguas siempre están llenas de gente ¿Y si le daba
por reventar todo aquello?"
Aunque hasta el momento no se ha producido ningún incidente con la
comunidad islámica, opiniones como estas no son poco comunes. Sobre todo
entre los jóvenes acostumbrados a la visualización de seriales
norteamericanos donde por lo general las "amenazas a la seguridad
nacional" provienen de practicantes del islam.
Recientemente la salida en el paquete de películas sobre los atentados
en París y Boston han reforzado este hecho.
Ezequiel, joven de 24 años, comenta: "Mira, esas películas estaban
basadas en hechos reales. Si pusieron una bomba en 'la Yuma' (en el
extranjero), que allí todo está súper sabroso, qué te vas esperar de
este país que la cosa esta insoportable".
Aunque la Liga Islámica de Cuba ha sido reconocida por la Oficina para
la Atención a los Asuntos Religiosos del PCC, musulmanes entrevistados
para este reportaje coinciden en que se evita que puedan difundir su fe.
Además, piensan que el Gobierno prefiere que continúe la desconfianza
contra su comunidad.
Más allá de las suspicacias, algunos han decidido separarse de la
institución y vivir la fe en la intimidad. Consideran que la Liga
Islámica no sirve verdaderamente a los propósitos del islam y, aunque no
existen pruebas concluyentes, piensan que la institución es una
mascarada del Gobierno.
Yasser, de 50 años, comenta su experiencia: "Me convertí al islam hace
diez años con unos estudiantes libaneses de medicina. Antes había
trabajado toda mi vida para las FAR. Así que tengo muchos amigos allí
adentro y puedo confirmarte que la Liga Islámica de Cuba es un invento
del Gobierno. Al principio no les importaba porque éramos muy pocos los
cubanos que nos convertíamos, pero cuando la cosa empezó a crecer tenían
que controlarla, como se hace aquí con todo. El presidente de la Liga
Islámica es un coronel retirado. ¿A ti te parece casual?"
Aunque el 17 de junio de 2015 se inauguró la Mezquita Abdallah, la
instalación permanece ligada al Gobierno mediante la Oficina del
Historiador que, entre otras proscripciones, evita que se tomen fotos al
interior de la mezquita.
Hasta hace algunos meses era imposible entrar al portal y un custodio
ubicado en la puerta cuidaba que la disposición se cumpliera. La
situación creaba algunos recelos entre la población.
Jorge Luis comenta: "El custodio me dijo que era solo para musulmanes.
Me dieron ganas de decirle que era que tenía ganas de hablar con Dios. A
ver que me respondía".
Pero desde inicios de este año se ha permitido que los visitantes
lleguen a este lugar mientras la sala de rezos está cerrada. En la
recepción se han colocado algunos murales con información sobre el
islam, aunque aquellos que deseen indagar son remitidos al Centro
Islámico Boliviano por las misivas.
Tampoco ha provocado buena impresión uno de los acápites que se puede
leer en una circular, que señala que el agente de seguridad de la
mezquita es también responsable de "que nadie se siente… ni enfrente, en
la acera del Museo", lo cual es visto como una apropiación de espacio
público.
Aunque algunos musulmanes entrevistados aseguran que existe un centro de
información en la mezquita se hace imposible localizar a sus empleados.
Otro de los motivos por los cuales algunos musulmanes han decidido
alejarse de sus comunidades es la entrada masiva de lo que llaman
"jineteros".
"Al principio la gente que entraba lo hacía por fe. Si quieres saber del
islam tienes que hablar con algún hermano que tenga por lo menos 7 años
de converso. Porque en los últimos tiempos se ha ido llenando de
jineteros. Uno de los pilares del islam es ayudar al hermano que no
tiene, pero la gente se está dedicando a pedir cosas. A un hermano
yemenita le pidieron 200 CUC para montar una panadería y al final lo
estafaron. Muchas mujeres entraron para casarse con alguien que las
sacara del país. Una porquería. Por eso yo prefiero rezar solo en mi
casa", comenta Rafael, convertido al islam hace nueve años.
Por su parte Humberto, musulmán desde hace cuatro años, dice: "No son
los mismos recursos los que tú tienes en Cuba y los que tiene un hermano
en el extranjero. A mí muchos hermanos me han ayudado con hasta 50 CUC
para alimentar a mi familia. Me han dado ropa, cosas. Algunos piden, es
verdad; es necesidad, no que estén jineteando a nadie. Mira con la
comida: tenemos algunas cosas que se supone que no comamos pero son las
únicas que hay, como el puerco. En público uno dice que no lo hace pero
en tu casa tienes que hacerlo porque no te puedes morir de hambre. Sé
que Alá todo lo ve y es misericordioso. Él entiende".
Damián, converso al islam desde 2014, dice: "La comida es difícil. Hace
poco sacaron unos paquetes de pollo sacrificados correctamente en la
tienda pero costaban 3 CUC el paquete. Si un hermano no me hubiera
ayudado no podría haberlo comprado".
Aunque los musulmanes cubanos padecen los mismos problemas que la
población, esto no impide que frecuentemente sufran expresiones de odio
en las calles.
Humberto comenta: "Cómo no. En más de una ocasión me han gritado
'terrorista', 'talibán', pero yo sigo caminando. El problema es que la
gente no sabe del verdadero islam, que es entrega a Dios".
Damián dice: "Más de una vez me han gritado que me vaya para Siria, que
soy un terrorista, o me gritan preguntándome donde dejé las cabras. A mí
no me importa, pero un hermano incluso se afeitó la barba para no llamar
tanto la atención".
Otras reacciones ahondan un poco más.
"En la Feria del Libro de 2015 me regalaron un Corán en el stand de
Arabia Saudita. Recuerdo que una mujer estaba haciéndome unos tatuajes
de henna. Era una de sus atracciones. Quería preguntarle sobre la vida
de las mujeres musulmanas, pero no había manera de que me mirara. Cada
vez que le hacía una pregunta escondía la cabeza y uno de los hombres
venía a hablarme", dice una joven llamada Sara que no es musulmana.
"Yo nunca he soportado a la Seguridad del Estado pero espero que los
tengan infiltrados hasta la coronilla. A eso es a lo que se tienen que
dedicar, a controlar a ese tipo de personas", opina en tanto Luis
Miguel, un cubano que no oculta su recelo hacia la comunidad islámica.
No obstante, no todos miran negativamente la presencia de los musulmanes.
"Estoy viendo una serie que se llama Inculpado. Al chiquito lo meten
preso porque asesinan a la novia y él es musulmán. Es lo mismo que pasa
cuando tienes prejuicios con la gente. Los juzgas porque sí, sin
conocerlos realmente", opina Marian, una joven de 16 años.
Source: Cuba y el islam CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/cuba-y-el-islam/
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