La memoria histérica de la revolución
Intolerancia, censura, y prohibición a todas las versiones que se alejen
del oficialismo
Jueves, abril 13, 2017 | Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba.- No existe un solo resquicio de la memoria histórica
cubana que la revolución no enlode, manipule o prohíba con el objetivo
de imponer su memoria histérica sobre algo que sucedió en el país. Ya
sea mediante la literatura o el arte, los medios informativos o la
historiografía oficial, los hechos o personas opuestos a la ideología
del poder son demonizados hasta la crucifixión social, en imágenes o
textos de poco valor ético-moral.
El serial La otra guerra. LCB (Lucha contra Bandidos), realizado por
RTVE comercial, es el último acto de manipulación de un hecho real poco
conocido en la nación. Como era de esperar de quienes se creen dueños de
la memoria histórica cubana y de los encargados de realizar la versión
oficial, la moldean a su gusto para confundir a un espectador sin otra
opción que le permita discernir cuánto hay de verdad o de mentira en
esta historia de horror
Con puesta en pantalla los sábados por Cubavisión y retrasmitida los
martes a la misma hora (8:30 p.m.) y similar canal, LCB se constituye en
otro intento de tergiversar a su favor hechos históricos donde las
autoridades han mostrado su intolerancia y desproporción para reprimir,
culpando de todos sus desmanes a quienes se oponen o luchan contra el poder.
Los alzados en la guerra del Escambray (1960-1966) son caricaturizados
como personas inescrupulosas, malagradecidas y crueles que sin el más
mínimo gesto de humanidad —siempre inducidos desde el exterior para
subvertir y derrocar a la revolución—, acribillan a balazos a campesinos
y alfabetizadores por el simple hecho de aprender y enseñar a leer.
No existe en el serial un solo alzado que haya sido traicionado en sus
ideales, despojado de sus propiedades o víctima de cualquier abuso de la
revolución; son malos y deshonestos porque sí, como todos los que no
apoyan al poder. Los milicianos no, estos son caritativos, valientes y
sensibles que disparan caricias y golpean con besos a sus rivales en una
confrontación que dejó cientos de muertos y campesinos desplazados de su
zona natal.
Los condenados de Castro
El libro de relatos Los Condenados de Condado (Norberto Fuentes,
Colección Premio Casa de Las Américas, Cuba, 1968), por su visión
objetiva del comportamiento e imagen, tanto de la milicia revolucionaria
como de la guerrilla anticastrista enfrentadas en la Sierra del
Escambray, generó muchas polémicas por el enfoque balanceado de los
contendientes en el conflicto armado que hoy se presenta bastante
manipulado en la televisión nacional.
En el prefacio de una edición del año 2000 de Condenados, Fuentes relata
que Fidel Castro, tras terminar de leer el libro, lanzó el ejemplar
contra la pared con tanta fuerza que lo dejó desencuadernado. "Mis
desgracias, pues, apenas comenzaban. Eso ocurrió en junio de 1968, con
el delgado volumen recién publicado, agregó el autor en el referido texto.
"Fidel se había interesado en él porque ya existían comentarios en el
ejército respecto a las libertades que me había permitido —mis
inalterables faltas de respeto—, y porque la madre del comandante Manuel
Fajardo, Pity —que fuera el primer jefe de operaciones del Escambray y
que cayera en una emboscada de la propia fuerza y que fuego amigo le
cociera a plomazos la espalda—, le pidió, en un trance de histeria y
sollozos, que me fusilara", añadió el autor, quien entre marginaciones y
prebendas terminó fuera del país.
Este comportamiento irascible de Fidel ante una versión diferente a la
oficial de un suceso en el que su estrategia y poder de decisión al
frente del país implicaba su imagen y la del proceso liderado por él, se
convirtió en la constante para el tratamiento al autor y a la obra que
no fuera fiel al guion escrito desde el poder: ostracismo, cárcel,
exilio y prohibición.
La memoria de los otros
En Cuba no existe una obra de arte o literatura con una visión diferente
a la oficial que sea difundida en la nación. La memoria histórica cubana
sólo puede ser abordada desde la perspectiva de la revolución, en una
especie de juego de rol, donde nada ni nadie que cuestione un hecho, o
humanice un personaje contrario al poder, tendrá espacio en el país.
Ejemplos sobran en la viña de los señores Castro Ruz. El documental
Conducta impropia (1984), de los realizadores cubanos Néstor Almendro y
Orlando Jiménez Leal, Premio del Festival de los Derechos del Hombre,
Estrasburgo, por presentar una panorámica histórica de la represión
contra homosexuales, religiosos y otros que no cumplieran los parámetros
de conducta impuestos por la revolución, nunca fue presentado de forma
oficial en Cuba.
Según Vincent Canby, en su crítica en The New York Times escrita por esa
época, "Conducta Impropia es una crítica inteligente a la revolución
cubana. El testimonio es tan brutal como convincente". Y eso es lo que
no admite la historia oficial de la revolución cubana: críticas,
cuestionamientos, acusaciones sobra las tropelías que a diario comete.
Igual suerte han corrido en más de medio siglo de control absoluto de
los medios de comunicación nacional por parte de la cúpula en el poder:
cortos, documentales y filmes que como P.M. (Pasado Meridiano), Nadie
escuchaba o Santa y Andrés, por sólo citar algunos que recorren este
largo periodo de censuras contra otras versiones de la memoria histórica
cubana, han sido prohibidas con el fin de imponer la visión oficial.
Por otra parte, libros de poesía, testimonios y novelas que también
recorren distintas épocas de la intolerancia gubernamental desde sus
inicios hasta la fecha (Fuera del juego, de Heberto Padilla; Memorias de
un soldado cubano, de Dariel Alarcón; El ciervo herido, de Félix Luís
Viera), son representativos del largo período de represión sociocultural
impuesto en Cuba contra quienes rescatan desde un rol protagónico la
historia no contada de la nación cubana
En conclusión, la memoria histérica de la revolución cubana no es más
que una mezcla de intolerancia, censura, y prohibición que, convertida
en el coctel "manipulaciones", sirve para que peregrinos políticos,
visitantes de ocasión y los típicos contorsionistas de la
intelectualidad, brinden sobre los restos de las demás versiones de la
realidad nacional.
vicmadomingues55@gmail.com
Source: La memoria histérica de la revolución CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-memoria-histerica-de-la-revolucion/
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