La desaparición de 13 balseros mantiene en vilo a un pequeño pueblo cubano
MARIO J. PENTÓN
mpenton@elnuevoherald.com
Juana Chiroles no olvidará jamás el 26 de diciembre de 2015. Fue el
último día en que vio a su hijo y a sus dos sobrinos. La tarde caía
cuando los jóvenes le dijeron que iban a matar unos cerdos, se llevaron
una soga y varios implementos.
Nunca regresaron a casa.
Unos días después conoció la noticia por boca de "la gente del pueblo":
sus parientes se encontraban entre los 13 jóvenes que partieron de noche
en balsa hacia Estados Unidos. Desde entonces las madres del pequeño
poblado de Modesto Serrano, en la provincia de Artemisa y con 1,300
habitantes, "no duermen ni comen" pensando en la suerte de sus familiares.
El silencio oficial y la ausencia de noticias presagian lo peor, pero
Juana mantiene la esperanza de que su hijo está vivo y regresará a casa.
"Soy una guajira con tierra en las patas y un poco bruta. Jamás he visto
el internet y no sé andar en computadoras", dice la mujer, de 54 años,
con modestia en una llamada telefónica.
Desde la desaparición de su hijo Alien Quintana Chiroles, de 32 años, y
sus dos sobrinos Julián, de 36 años y Ronaldo Chiroles, de 26 años, ha
hecho cuanto puede para tener noticias sobre los balseros interceptados
por la Guardia Costera de Estados Unidos, relata.
Sin embargo, no ha tenido éxito. Sus familiares zarparon cuando estaba
en vigor la conocida política pies secos, pies mojados que permitía a
los cubanos que tocaran territorio estadounidense ser acogidos como
refugiados.
El expresidente Barack Obama eliminó estas flexibilizaciones en enero
pasado, durante sus últimos días de mandato, y desde entonces la Guardia
Costera norteamericana solo ha interceptado a unos 100 cubanos que
intentaban cruzar el Estrecho de la Florida, según datos oficiales. Nada
comparable con los casi 10,000 que intentaron escapar de la isla vía
marítima el pasado 2016.
"Una semana después que se fueron la gente comenzó a comentar que habían
llegado a la Florida. Después supimos que era mentira", dice con tristeza.
Además del hijo de Juana Chiroles, viajaban en la precaria embarcación:
Julián Chiroles Cid, de 37 años; Ronaldo Chiroles Évora, de 26 años;
Orlando Santos Lazo, de 45 años; Alberto Rodríguez Beltrán, de 27 años;
Yariel Alzola Cid, de 27 años; Leandro Évora Salazar, de 41 años;
Ailetis Llanes Padrón, de 33 años; Eduardo Cano González, de 40 años;
Wilson González Piloto, de 26 años; Yordan Ramos Hernández, de 27 años;
Dariel Mesa Arteaga y Luis Arrastria.
"Un mes antes de que partieran, una embarcación similar con gente del
mismo pueblo llegó a Miami. Eso fue lo que les perturbó la cabeza y se
fueron ilusionados pensando que también correrían con la misma suerte",
aclara la artemiseña.
Un portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza indicó que
en sus registros no tienen ninguna información que coincida con los
nombres de los desaparecidos.
La Guardia Costera, por su parte, dijo en un comunicado dirigido a este
diario que tampoco poseen registros sobre estos balseros.
"Es muy dramático lo que viven los familiares de los balseros. Hemos
tenido centenares de denuncias de desapariciones no resueltas", explica
Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, una
organización del exilio cubano que auxilia a sus compatriotas.
"Le hemos pedido al Gobierno de Estados Unidos que se establezca un
protocolo para identificar los cadáveres. Hasta el momento no existe y
los cuerpos permanecen en las morgues sin identificar hasta que son
enterrados en fosas comunes", dice Sánchez.
El líder del exilio reconoce que tras el fin de pies secos, pies mojados
el número de casos que su organización ayuda ha disminuído
dramáticamente. Sin embargo, se muestra preocupado porque la causa por
la cual los cubanos escapan de su país permanece.
"El presidente Obama creó la figura del balsero indocumentado cubano,
que no dará la cara porque tiene miedo a ser deportado. Sabemos que en
Cuba existe una dictadura, esa es la causa por la cual los cubanos
escapan y no se ha solucionado", dice.
El verano pasado la mitad de la tripulación de una balsa fabricada de
manera artesanal en la Isla de la Juventud desapareció en las aguas del
Golfo de México y solo fue hallado los restos momificados de uno de los
balseros. El cadáver portaba los carnés de identidad de dos hermanos que
se encontraban entre los tripulantes de la embarcación.
Entre 2015 y 2016 se vivió un importante aumento del número de balseros.
"En el pueblo de La Máquina, [una comarca cercana], varias embarcaciones
salieron hasta que la policía tomó cartas en el asunto", dice Juana.
Su hijo intentó cuatro veces llegar a Estados Unidos. Una de ellas fue
recogido por un barco que lo entregó a las autoridades cubanas. Tras
pagar 3,000 pesos de multa continuó planificando su próxima escapada.
La mujer vive acompañada de su esposo y cuida a su hermano menor, Felipe
Chiroles, con Síndrome de Down. A pesar de haber estudiado una
ingeniería especializada en química azucarera, el desmantelamiento de
los centrales y el cuidado de su hermano, por quien no recibe ayuda del
Estado, alejaron a Juana de su profesión.
"Tengo otra hija y una nieta de siete años, hija de Alien. Su nombre es
Alice Flor Quintana. Todos los días le hablo de su papá y le enseño su
foto para que no lo olvide", dice.
Convencida de "que el amor de madre todo lo puede", Juana llamó a las
autoridades cubanas para asegurarse de que no estuvieran detenidos por
salida ilegal del país, sin embargo le comunicaron que no avistaron
ningún naufragio en los días posteriores a la desaparición de su familiares.
"Mi esperanza es que al menos estén en la Base Naval de Guantánamo",
dice, la mujer.
Pero allí tampoco están, según ha podido corroborar este diario.
"Mi hijo es muy hermoso y una gran persona. Siempre está alegre. Por
favor, si alguien lo ha visto, o sabe de su paradero ayúdenme a
encontrarlo", dice con la voz a punto de quebrarse.
"La agonía es inmensa. Ha pasado un año desde que se fue, pero el dolor
es como el del primer día en que partió", remata.
Uno de los pasajeros del crucero Disney Fantasy grabó el momento en que
tres cubanos eran entregados al Servicio Guardacostas. Lo que no sabían
en ese momento era que no se trataba de un grupo de balseros sino de
prófugos de la justicia de Estados Unidos, acusados de fraude con
tarjetas de crédito.
Cortesía: Disney Dream Team youtube.com/user/CaptainJaxVideos
Siga a Mario J. Pentón en Facebook y Twitter: @mariojose_cuba
Este artículo forma parte de un convenio entre el diario cubano 14ymedio
y el Nuevo Herald.
Source: La desaparición de 13 balseros mantiene en vilo a un pequeño
pueblo cubano | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article144503334.html
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