El fracaso de Nikita Jruschov y su Teología de la Liberación
Aquel viejito siempre tan risueño se empeñó en sembrar la semilla del
izquierdismo más ortodoxo en los países sudamericanos
Lunes, abril 10, 2017 | Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba.- Basta media vez que un líder político se empeñe en el
comunismo, para que tarde o temprano caiga en el abismo de la derrota.
Recordemos hoy a Nikita Jruschov (1894-1971), expulsado del Comité
Central del Partido de la URSS en 1964, con la aprobación de todos los
que componían su gobierno. Recordemos a Stalin, a Mao, pésimos ejemplos
de animales políticos.
A Nikita se le señalaron muchos errores, pero pocas veces se menciona
que su mayor derrota no fue precisamente cuando aquel viejito siempre
tan risueño se empeñó en instalar cohetes nucleares de gran alcance en
Cuba, sino cuando insistió en sembrar la semilla del izquierdismo más
ortodoxo en los países sudamericanos, tarea que continuarían el
Iluminado cubano y Hugo Chávez.
El proyecto que usó Jruschov para lograr su empeño tuvo un nombre:
Teología de la Liberación, que está pasando al olvido, para que América
Latina se sacuda del polvo del izquierdismo más perverso y nocivo, las
masas populares despierten y no se dejen manipular con ideas tenebrosas
y sórdidas que, en la práctica, multiplican la pobreza y aniquilan las
libertades ciudadanas.
Ion Mihai Pacepa, una de las inteligencias mayores del espionaje en
Rumanía, quien desertó a Estados Unidos en los años setenta, asegura que
la Teología de la Liberación, como herramienta revolucionaria, tuvo de
jefes fundadores no sólo a Nikita Jruschov, sino también el general
Alexander Sakharovsky, jefe de la Inteligencia Rumana durante quince
años y que vale destacar que fueron precisamente ellos dos, a través de
maniobras muy bien ocultas en combinación con Raúl Castro -el hombre de
mayor confianza del Kremlin, mucho más que Fidel-, quienes trajeron el
veneno del comunismo a Cuba al triunfo de la Revolución de 1959.
En sus entrevistas a la prensa libre del mundo, el exespía rumano
sostiene que la llamada guerra de liberación latinoamericana,
representada por el movimiento de la famosa Teología de la Liberación,
nació en 1960 en el vientre de la KGB. Así surgieron las FARC de
Colombia, con el apoyo de Fidel y Raúl, el Movimiento de Liberación de
Bolivia, con Ernesto Che Guevara y otros.
"Sobre todo Jruschov -afirma Pacepa- quería quedar para la historia como
el líder soviético que exportó el comunismo a América Central y Sudamérica".
Las cabezas pastorales más prominentes de dicho Movimiento, como Frei
Betto, Gustavo Gutiérrez, Henry Camacho, Leonardo Boff y los obispos
Sergio Méndez y Helder Camara, de México y Brasil respectivamente, sin
duda alguna que no desconocían que se trababa de una estrategia secreta
de la URSS con vistas a incitar a los pobres para que se rebelaran
contra regímenes democráticos de economía libre y por tanto, contra
Estados Unidos.
A simple vista vemos cómo la URSS, la que fracasó poco después por su
catastrófico modelo de gobierno, en vez de utilizar el pensamiento
marxista-leninista para su proselitismo político en el extranjero,
prefirió valerse de las corrientes religiosas, como se puede ver en los
libros de Frei Betto y de Gustavo Gutiérrez, considerado este último
fundador de la Teología de Liberación.
Lo más importante de toda esta monserga histórica, conocida muy bien
hasta por el Vaticano, es que la Teología de la Liberación no nació en
América Latina, como se dice, sino en la mente de Jruschov y de sus
espías favoritos de la KGB, para ser más exactos: en el cuartel de
Lubianka, de Moscú, donde estuvo y donde puede que quede aún rastros de
aquel mando, pese a que en la actualidad, no representa nada para esos
millones de personas, sobre todo jóvenes, que encuentran la verdad en
los grandes medios y no entre las promesas de un comunismo de museo.
Source: El fracaso de Nikita Jruschov y su Teología de la Liberación
CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-fracaso-de-nikita-jruschov-y-su-teologia-de-la-liberacion/
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