Se multiplican los detenidos políticos
PEDRO ARMANDO JUNCO, La Habana | Noviembre 23, 2016
Supe por internet que la corresponsal de 14ymedio en Camagüey, Sol
García Basulto, fue detenida de manera ilegal y arbitraria en la noche
del pasado 3 de noviembre, cuando viajaba hacia La Habana para visar su
pasaporte.
Según ella misma relata, había conseguido un viaje al extranjero para un
curso de periodismo. Sol no calificaría para alcanzar una matrícula de
periodismo en universidades cubanas, porque su madera política no es
idónea en la construcción del edificio informativo nacional. Su caso no
es aislado. Hoy a muchos jóvenes estudiantes de esta profesión se les
interrumpe la carrera al menor desliz ideológico o, cuando logran
graduarse, les cierran todas las puertas para trabajar. Son incontables
los nombres de los recién graduados que cruzan el Estrecho o se marginan
dentro del país y toman algún trabajo por cuenta propia que muchas veces
es tan ajeno a sus facultades y aspiraciones como jamás imaginaron.
El caso de Sol responde a una oleada represiva que se está llevando a
cabo en toda la Isla contra opositores y periodistas independientes con
la intención de frenar esa avalancha de insatisfacciones populares que
va en aumento en la ciudadanía, porque ese puñado de resueltos a
quejarse es la única representación del pueblo en su descontento. El
sistema no se conforma con excluirlos de los medios oficiales –los
únicos accesibles para la población–, sino pretende eliminarlos debido a
que las nuevas tecnologías permiten de una forma u otra que se den a
conocer dentro de Cuba.
Lo más significativo en la detención de García Basulto, si el objetivo
era privarla del viaje al exterior, es que hubieran podido visitarla en
su casa y retirarle el pasaporte; abordarla en la terminal de ómnibus de
Camagüey antes de tomar el carro; inclusive, citarla a la unidad
policial. Sin embargo, esperaron que la guagua saliera de la ciudad y en
pleno camino detuvieron el vehículo, se subieron y la esposaron como a
una vulgar delincuente. Este es un tipo de maltrato más de los tantos
que sufre la población cubana.
Conozco a Solecito –como yo la llamo– y sé que es una joven de fuerte
carácter. Ella cría a su niño sola, porque el padre está preso. No estoy
al margen de esa aspiración periodística que no ha podido desarrollar,
como antes dije, por sus postulados disidentes. La he visto a menudo y
leído sus trabajos en la revista independiente La Hora de Cuba que,
dicho sea de paso, nada tiene de "contrarrevolucionaria" a no ser cuando
sus colaboradores ponen el dedo en la llaga que afecta a alguno de los
funcionarios públicos –pienso, inclusive, que el Estado pudiera tomar
como referencia los artículos que allí se escriben para descubrir las
deficiencias administrativas de muchos revolucionarios que desangran los
bienes públicos en beneficio propio, como bien se conoce.
Me entristece y me indigna a la vez que los cambios de apertura
prometidos al pueblo sean objeto de un doble rasero –para utilizar esta
frase que tanto gusta– y que, ahora que el general presidente asegura
que no hay presos políticos, se retengan y humillen a los que no se
pliegan al sistema. Es posible que en Cuba no haya presos políticos;
pero a diario se multiplican los detenidos políticos.
El mal rato que propinaron a Solecito no cambiará su manera de pensar,
sino acrecentará más su repudio a quienes la oprimieron. Quizás una
actitud amable y convincente junto a facilitar su viaje le habría hecho
cambiar la mirada y responder con empatía a la hora de ejercer el
periodismo no profesional. Por el contrario, el triste y lamentable
hecho ha sacado a la luz internacional un nuevo nombre que habrá que
tener en cuenta de ahora en adelante.
Source: Se multiplican los detenidos políticos -
http://www.14ymedio.com/opinion/multiplican-detenidos-politicos_0_2114188561.html
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