El último rendido a los pies de Raúl Castro

El último rendido a los pies de Raúl Castro
Dice el gobernador de Puerto Rico que "hay que respetar la voluntad y la
determinación de los cubanos en su revolución"
Jueves, junio 9, 2016 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba.- El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García
Padilla, es el más reciente de los cautivados por los encantos del
general-presidente Raúl Castro, que deben ser muchos, a juzgar por
tantos ilustres rendidos a sus pies como hay.

García Padilla, que fue invitado a La Habana a la Cumbre de Estados
Caribeños, a pesar de que Puerto Rico no forma parte de su membresía, se
deshizo en elogios acerca de Raúl Castro, a quien calificó como "un
caballero y un presidente en todo".

¡Vaya piropo! ¿A quién se esperaba encontrar el señor gobernador? ¿A un
ogro? ¿A un palurdo armado? ¿Iban a haber pasado en vano casi 60 años
desde los tiempos de la guerrilla en las serranías orientales? Además,
Raúl Castro es el sucesor de su hermano Fidel, no de "Tiro Fijo" Marulanda.

Luego de tantos años de lidiar Raúl Castro con las más altas figuras de
la política internacional, y hasta arreglárselas para engatusarlas,
¿pensaría García Padilla que iba a encontrarse con un gesticulante
camarada comisario, manchado de grasa, apestoso a sudor, con la botella
de vodka y la Makarov a mano? ¿O es que todavía anda creyéndose el señor
gobernador el cuento de que en Cuba impera la dictadura del proletariado?

¿Por qué el general no va a tener buenos modales y ser un caballero?
¿Acaso no eran caballeros muchísimos dueños de plantaciones, por muchos
esclavos que tuvieran?

De eso de "presidente en todo", no vale la pena hablar: parece que medio
mundo, incluido Obama, ya se decidió a aceptar y dar por bueno el hecho
de que Raúl Castro no haya sido electo por el voto directo de los
cubanos en unas elecciones verdaderamente democráticas.

Dijo García Padilla que Raúl Castro es "una persona muy amable, muy
cortés, agradable al trato, que no solamente se detuvo a conversar
conmigo sino que tuvo la deferencia de separarse del grupo para
conversar a solas conmigo".

¿Y qué esperaba García Padilla? ¿Qué Raúl Castro lo reprendiera por ser
el gobernador de una colonia yanqui?

El régimen castrista siempre ha considerado a Puerto Rico, que es un
Estado Libre Asociado, como una posesión colonial de los Estados Unidos.
En consecuencia y sin que nadie le haya dado vela en el entierro, el
gobierno cubano ha llevado el caso de Puerto Rico a la ONU y lo que fue
peor, hubo un tiempo en que apoyó abiertamente a los grupos
independentistas, aun a los más violentos, como los gangsters de los
Young Lords y Los Macheteros.

La propaganda del régimen castrista no se cansa de repetir que si la
revolución fuera destruida, Cuba se convertiría en un Puerto Rico.

García Padilla, asumiendo que los cubanos y el régimen son una misma
cosa, dijo que "hay que respetar la voluntad y la determinación de los
cubanos en su revolución". Así, le puso luz verde a la única voluntad
que cuenta en Cuba, que es la del caballero-general-presidente y su
camarilla.

Parece que para el gobernador García Padilla los que no tienen por qué
respetar la voluntad de los boricuas son los voluntariosos mandantes
cubanos, que quieren la independencia de Borinquén a pesar de que la
mayoría de los puertorriqueños no acaban de decidirse por ella, a juzgar
por los resultados de las varias consultas democráticas que han tenido
lugar.

Muy en serio se han tomado los metiches castristas aquellos versos de
que "Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas", que por cierto,
no son de la autoría de José Martí, como muchos despistados creen, sino
de la poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez Tió.

De tanta fascinación como parece sentir por el régimen castrista, sería
interesante saber de qué entorno político procede Alejandro García Padilla.

No hay que olvidar que principalmente durante los años 70 y 80, a través
de los independentistas boricuas que viajaban a Cuba cual si fuera la
Meca, entre ellos los integrantes de la Brigada Venceremos y los
cantantes Danny Rivera y Roy Brown, hubo una fuerte penetración
castrista en Puerto Rico, una cubanización de la izquierda boricua, que
sumisa y miméticamente adoptó el léxico, las consignas y las
concepciones que llegaban de La Habana.

En aquella época, como era muy joven, la penetración castrista no debe
haber alcanzado de lleno a García Padilla. Tal vez no pasó de los
casetes de Silvio Rodríguez y el póster de Che Guevara en la pared. Pero
ahora, luego que conoció personalmente a Raúl Castro, es que empezó a
germinar la semillita…

luicino2012@gmail.com

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