Monday, May 23, 2016

Qué hay detrás de los cambios en la Constitución?

¿Qué hay detrás de los cambios en la Constitución?
ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES | Los Ángeles | 23 Mayo 2016 - 7:11 am.

En el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), el más
cavernario de todos los celebrados hasta la fecha, el general Raúl
Castro anunció que se harán importantes enmiendas a la Constitución
socialista.

El dictador dijo que serán realizadas enu n futuro y aunque no dio
detalles sí adelantó que se harán para "ratificar el carácter
irrevocable del sistema político y social refrendado en la actual
constitución que incluye el papel dirigente del PCC en nuestra sociedad".

O sea, que serán para empeorar la ya nefasta Carta Magna. No hay de qué
sorprenderse, porque las dos modificaciones hechas hasta ahora, en 1992
y en 2002, lejos de suavizar su carácter estalinista, lo agravaron. La
de 2002 fue la respuesta castrista al Proyecto Varela propuesto por el
líder opositor Oswaldo Payá (luego muerto en condiciones bastante
sospechosas), que propugnaba reformas políticas en favor de libertades
fundamentales en la Isla.

Aquella propuesta tuvo repercusión nacional e internacional pues fue
mencionada en un discurso por el expresidente norteamericano James
Carter, delante de Fidel Castro, durante su visita a la Isla en 2002. El
comandante se enfureció y ordenó a la Asamblea Nacional del Poder
Popular que aprobara una enmienda a la Constitución para incluir el
"carácter irrevocable" del sistema comunista.

El espíritu retrógrado de la única Ley Fundamental comunista en la
historia continental salta a la vista cuando se le compara con la
Constitución de 1940. Aquella Carta Magna fue redactada por una
Asamblea Constituyente elegida por el pueblo en las urnas e integrada
por destacados intelectuales, juristas y políticos (76 en total)
incluyendo seis delegados marxista-leninistas del Partido Unión
Revolucionaria Comunista. Todo el espectro político-ideológico de la
nación estuvo representado en aquella asamblea.

La Constitución de 1940 sustituyó a la de 1901 y estableció derechos no
proclamados en muchas constituciones en el mundo de entonces, como el
derecho inalienable del individuo a un empleo digno, salario mínimo,
jornada máxima de ocho horas, vacaciones pagadas, derecho de huelga,
libre sindicalización, seguros sociales contra el desempleo, la
invalidez, la vejez, y otras contingencias.

También plasmó la libertad de expresión, de reunión y de asociación
política como derechos individuales. Reconoció el derecho a la propiedad
privada sobre los medios de producción y la separación de los tres
poderes del Estado. Aquel texto constitucional generó orgullo nacional,
pues fue considerado internacionalmente como uno de los más avanzados
del mundo.

Copiada de la soviética

En cambio, la Constitución socialista de 1976 fue redactada por una
comisión nombrada a dedo por Fidel Castro, quien designó como presidente
a Blas Roca, líder histórico de los comunistas cubanos desde que en los
años 30 eran aliados de Fulgencio Batista. Y fue copiada de la URSS, con
agravantes impuestos por Castro.

Y digo que fue copiada de la URSS porque así me lo dio a entender el
propio Blas Roca a principios de 1976. Como él había participado
activamente como delegado en la Constituyente de 1940, le pregunté qué
texto constitucional había sido más trabajoso y difícil de redactar, si
el aprobado 36 años atrás, o el que estaba en sus retoques finales para
ser aprobado en breve.

Con su hablar pausado me dijo que las circunstancias para redactar
ambas constituciones habían sido muy diferentes, pues en 1939 y 1940
cada párrafo o punto importante tuvo que ser negociado "intensamente con
los miembros burgueses" de la Asamblea Constituyente.

"Sin embargo", agregó, "esta de ahora es más trabajosa porque no
queremos copiar de nadie, pero a la vez tenemos que tomar en cuenta las
constituciones y las experiencias de otros países socialistas; por
ejemplo la de Checoslovaquia nos ha sido muy útil".

Creo que Blas Roca me dijo más de lo que pensaba informarme y para
subsanarlo mencionó la constitución checoslovaca en vez de la soviética.
Pero es sabido que todas las constituciones de los países comunistas de
Europa fueron esencialmente copiadas de la Madre Patria leninista.

En el caso cubano es obvio que el presidente de un Consejo de Estado
controlado por el PCC, en vez de un presidente de la República elegido
en las urnas, y que el PCC y su primer secretario sean la máxima
instancia de poder por encima del jefe de Estado y de Gobierno, llegó
en vuelo directo desde Moscú. Por eso la actual Constitución no
reconoce ni los derechos individuales reconocidos en todo el mundo
civilizado, ni el de la propiedad privada, sino el de la propiedad
estatal (sovjoses) , de los agricultores pequeños, las cooperativas
(koljoses), y la propiedad mixta del Estado con inversionistas extranjeros.

Naturaleza jurásica, pero…

Es muy ingenuo creer que los cambios constitucionales de que habla el
general Castro van a incluir el derecho de propiedad privada o
facilitar las reformas estructurales que necesita el país. No encajan
en la naturaleza jurásica del castrismo.

No obstante, el desmoronamiento del populismo izquierdista en América
Latina, la grave crisis del chavismo en Venezuela y la salida del poder
de Dilma Rousseff en Brasil, segundo aliado más importante de los
Castro, va dejando casi desamparada a la cúpula castrista, lo cual
podría forzarla a modificar la Constitución para atraer capital
extranjero y flexibilizar el monopolio del Estado en la economía y el
comercio.

O sea, la previsible descomposición del Foro de Sao Paulo y del
"Socialismo del Siglo XXI", impondrá a Cuba sus propias reglas, que
nada tienen que ver con Marx, Lenin, Stalin, Mao, el Che Guevara, o
Fidel Castro.

Lo que pasa es que mientras no haya un nuevo liderazgo en la Isla y
ambos hermanos sigan dirigiendo el país, la Constitución no va a
reconocer el derecho a la propiedad privada sobre los medios de
producción, ni los derechos ciudadanos elementales.

Eso sí, el plan que tenía previsto el dictador cuando anunció las
reformas constitucionales deberá ser "actualizado" por simples razones
de sobrevivencia, no para beneficio de los cubanos. Con los bajísimos
precios del petróleo, aun si los chavistas continúan en el poder, el
actual flujo de recursos de Caracas a La Habana no podrá continuar.

Garantizar la sucesión

En pocas palabras, el objetivo medular de esos cambios a la Constitución
es garantizar institucionalmente la sucesión de los Castro y de los
"históricos" de la Sierra Maestra, e instaurar un neocastrismo
consistente en un capitalismo de Estado autoritario, con ingredientes
socialistas, fascistas, chinos y postsoviéticos.

Es probable, por tanto, que se separen los cargos de presidente del
Consejo de Estado y de presidente del Consejo de Ministros, y le
quiten al jefe de Estado su condición de comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), debido a que si falta Raúl Castro
(por muerte, enfermedad, o por cumplir su mandato) su sustituto como
jefe de Estado y de Gobierno se supone que sea Miguel Díaz-Canel, quien
no forma parte de la Junta Militar pero que se convertiría en el
comandante supremo de las FAR sin ser el primer Secretario del PCC
("número uno").

Por primera vez un civil sin pedigrí revolucionario o familiar sería el
comandante en jefe de las FAR y no el primer Secretario del PCC, que es
el dictador constitucionalmente, todo un absurdo en un régimen militar
comunista. Solucionar este embrollo institucional será primordial.

Claro, como ni China ni Rusia van a subsidiar a Cuba, y la Isla va a
depender más que nunca de EEUU y de la "gusanera" cubana, todo podría
ocurrir en forma no calculada por la elite castrista.

Además, el rechazo de los cubanos al régimen crece a más velocidad que
nunca antes. Y como dice la canción, "la vida te da sorpresas…"

Source: ¿Qué hay detrás de los cambios en la Constitución? | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1463520474_22441.html

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