En Cuba todo es 'Teatro, puro teatro'
Los últimos acontecimientos en Cuba prueban que Raúl Castro preconiza
'cero apertura política'
Las medidas de Obama para beneficiar a cuentapropistas no han sido
reciprocadas por Raúl
Hay que llamar por su nombre a lo que hace un sector del exilio para dar
segundo aire a la dictadura: es colaboracionismo
ANDRÉS REYNALDO
La reacción oficial a la visita del presidente Barack Obama y el VII
Congreso del Partido Comunista imponen algunas dificultades al discurso
del cambio-fraude. En efecto, lo despoja de su mejor argumento: que todo
esto se hizo (se hace) para empoderar al pueblo cubano.
A CUBA LE TOCA LO PEOR DE AMBOS MUNDOS
A las libertarias palabras de Obama en el Gran Teatro de La Habana (a
fin de cuentas es un político moderno que cree en la democracia) le
siguió el feroz correctivo de Raúl Castro en el gran teatro del
congreso. Cero apertura política, los negocios grandes para la elite y
al cuentapropismo le irá bien siempre y cuando no le vaya demasiado bien.
Ninguna de las sustanciales medidas norteamericanas destinadas a
beneficiar a los cuentapropistas ha sido reciprocada por Raúl.
Principalmente, la importación y exportación con Estados Unidos. Esas
medidas, han dicho en La Habana, tienen la tenebrosa intención de
apartar al sector privado del sector estatal. Hace pocos días, la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) enfatizó que, por
cuenta propia, no se podía importar una semilla ni exportar un plátano.
De manera que todo ha ido ocupando su lugar. Obama en lo suyo, Raúl de
fiesta y Liborio en las mismas. En el bar del Hotel Saratoga, en La
Habana, los millonarios de Miami comparten mojitos con los funcionarios
del comercio y las relaciones exteriores. Tomando las anécdotas de
ocasionales testigos, en esos encuentros se habla mal de los disidentes
y peor de los exiliados. Una insólita reconciliación de las elites sobre
los intereses de la piñata. Las fotos hablan por sí solas.
Es momento de hacer un sano balance. Durante años, un grupo de
prominentes cubanos nos dijo que el deshielo estaba encaminado al
empoderamiento del cubano de a pie. Sin embargo, lo que estamos viendo
es el empoderamiento de Raúl. Y el cubano de a pie está cruzando la
frontera de Panamá. A falta de reformas sustanciales, la propaganda de
la dictadura despliega un espectáculo de fuegos artificiales, mientras
por la puerta de atrás se cuecen los acuerdos que llenarán los bolsillos
de la oligarquía castrista y sus facilitadores.
Hace pocos días, uno de los arquitectos de las relaciones con Cuba, Ben
Rhodes, asesor de seguridad nacional de Obama, hablaba de cómo se fraguó
el acercamiento a Irán. El proceso tiene muchos puntos en común con el
caso cubano. Particularmente en lo relativo a la creación de un estado
de opinión nacional e internacional favorable a la distensión con unos
enemigos que ni siquiera se toman el trabajo de aparentar una
disposición al cambio. Por la pasarela de Karl Lagerfeld, ¿alguien vio
alguna dama de blanco?
No debemos mordernos la lengua frente a un sector del exilio que se ha
prestado, junto con la Iglesia Católica, a darle un segundo aire a la
dictadura. De hecho, el silencio de estas personas frente a la incesante
represión y frente a la renuencia de Raúl a emprender sustanciales
reformas, implica un grado de colaboracionismo. Perdamos el miedo a la
palabra: colaboracionismo. No menos repugnante porque sea tácito. Un día
se sabrá por qué cada uno jugó éste y aquel papel. Quién porque le
tomaron el pelo. Quién porque todavía cree (de buena pero inútil fe) que
puede moderar al castrismo. Quién porque lo controla la Seguridad del
Estado. Quién por vanidad, por avaricia.
En Cuba, la disidencia entiende que debe hacerse cada día más visible y
más efectiva. Aquí, en Miami, en la sala de espera del diálogo se nos
muere la llama de la resistencia.
Periodista y escritor. Reside en Miami.
Source: En Cuba todo es 'Teatro, puro teatro' | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-reynaldo/article78610477.html
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