Friday, May 20, 2016

Cuba, ¿para cuándo?

Cuba, ¿para cuándo?
EDITORIAL - 20/05/2016

Desde el nombramiento de Raúl Castro como presidente en 2008, se han ido
produciendo algunos cambios interesantes en Cuba. Las reformas a ritmo
cauteloso han encontrado una enorme resistencia por parte de muchos de
los veteranos del Partido Comunista, que temen perder sus descarados
privilegios en un país depauperado, pero es innegable que la isla ha
iniciado en el ámbito económico una apertura a la iniciativa privada de
los propios cubanos, a la inversión extranjera y fluye más información
para quienes pueden permitirse internet. La reciente visita de Barack
Obama ha tenido carácter de símbolo de la nueva atmósfera que, si los
planes del presidente estadounidense son acertados, debería ir
creciendo en alcance.

Se estima que Raúl Castro trata de salvar la economía de su país
mediante la aplicación de unas lentas y temerosas reformas, ideadas como
paliativos al fracaso generado por décadas de cerrazón. Pero el país
sigue siendo una dictadura asfixiante bajo un líder octogenario sin
ninguna credencial democrática. El movimiento de Obama rectificaba
decenios de una aproximación contraproducente por parte de Washington a
la deseada democratización de Cuba, pero los cubanos siguen sin gozar de
las libertades que merecen. La observación atenta indica que Cuba
seguirá siendo durante un tiempo indeterminado un país sin
reconocimiento a la pluralidad ideológica y política, aunque vaya
adoptando algunos de los rasgos —no necesariamente los mejores— del
capitalismo, como ha sucedido en China o Vietnam, ajenos a las reglas
del juego liberal. El Partido Comunista intenta seguir siendo la única
opción legal en la isla. Puede que los más jóvenes miembros de la élite
cubana, liderados por el anciano Raúl Castro, quieran modernizar el
país, pero parecen inasequibles al desaliento en la defensa de su
monopolio sobre la vida pública, y muchas veces privada, cubana.

A Raúl Castro se le presenta como hombre realista en contraste con su
hermano Fidel, erigido en dique infranqueable, pero sigue ignorando por
completo las ideas de tolerancia, respeto a las minorías y alternancia
en el poder propias de cualquier sociedad decente. Su empecinamiento en
mantener el carcomido sistema político cubano no le ha impedido apreciar
que necesita una actualización urgente. Nadie debería quedar satisfecho
con esa situación. Mucho menos nuestras autoridades, que habrían
renunciado a la tradicional influencia ejercida sobre sus homólogos
cubanos y que asoman ahora dispuestas a darlo todo por la oportunidad de
una foto reparadora. Pero a los españoles nos sobran motivos y
compromisos para empujar a favor de que Cuba pueda transitar hacia una
democracia.

Source: Cuba, ¿para cuándo? - https://www.ahorasemanal.es/cuba,-para-cuando

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