Friday, May 20, 2016

Castrocracia

Castrocracia
[20-05-2016 00:01:36]
Martín Guevara Duarte
Escritor

(www.miscelaneasdecuba.net).- La "comunistocracia" cubana se comenzó a
labrar, a construir ladrillo a ladrillo tras el violento arribo al
poder de 1959, que desplazó a la anterior aristocracia para ocupar sus
casas, sus bienes, sus automóviles, sus cuentas bancarias, sus bastones
de mando, aunque de ningún modo pudieron heredar el buen gusto, glamour
ni el empuje empresarial y productivo de los burgueses proscritos.
Cuando yo vivía en Cuba, los representantes de las clases sociales
encumbradas, tenían como una de las tareas importantes, disimular y
ocultar ese alto standing que tenían en comparación con el resto del
pueblo, ya que a este se lo sometía a sacrificios numantinos y podía
llevar un serio desgaste en el escasísimo entusiasmo que ya se
respiraba, o en los reparos a la protesta y la rebelión.

Varias veces me incidieron en el ruego de que no invitase a mis amigos
de la escuela al Hotel habana Libre, ya que no era conveniente que
viesen como vivíamos. Me explicaron, literalmente, lo recuerdo como si
lo estuviese escuchando, que la razón de ese ocultismo era que Cuba iba
en camino de la igualdad total, pero todavía había ciertas diferencias
que se subsanarían cuando llegásemos al comunismo, cuando todos viviesen
como vivíamos nosotros.

Se lo creía quien se lo quería creer.
Pero hoy esta clase social ha ido modificando e incrementando
exponencialmente sus fetiches de poder, ante el inminente fin de la
dictadura del proletariado, la irrupción del nuevo lenguaje, las nuevas
alianzas para eternizarse en el poder, cada vez necesitan disimular
menos, y cada vez se atreven, e incluso necesitan más hacer gala de sus
gustos e intereses de clase, los que aprendieron con secretismo en el
seno de sus hogares.

Yo discutía mucho sobre lo abusivo, desvergonzado e hipócrita de estas
diferencias, y me sentía bien compartiendo lo que me tocaba de aquel
pastel y criticando abiertamente estas prácticas tan ruines.
Los capitalistas suplantados por los usurpadores revolucionarios de la
Cstrocacia, no escondían su ambición o avaricia de riquezas tras un
discurso solidario, mesiánico, mendaz.

La manera en que hoy se exhibe la riqueza, el poder de los vástagos de
los fundadores patriarcas de las, ya no tan nuevas estirpes nobiliarias,
es insoportable, difícil entender como el pueblo, el sistema, la moral
colectiva, soporta abiertamente la existencia de estos aristócratas
provenientes de la represión, de la segregación del pueblo, pero además
de la clasificación en niveles ideológicos, en niveles morales, en
niveles de virtud revolucionaria.

A la vista está que siempre apuntaron a una única diana, a la misma
vieja clasificación que conocemos de toda la vida:
Los que entran a la fiesta y los que se quedan fuera. Los que viven
dentro de las murallas de Palacio y los que quedan a la intemperie a
merced de los buitres.

Source: Castrocracia - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/573e37c03a682e0e50581da6#.Vz7uIJF97ic

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