Los habaneros, entre curiosos y molestos por la visita de Obama
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 21 Mar 2016 - 9:43 am.
Los medios y la visita de Obama
Hubo quien se emocionó frente al televisor cuando vio arribar al
presidente Barack Obama y a su familia en el aeropuerto. Se escuchó a
una vecina del Vedado gritar: "Mira ahí está. Ya llegó, ya llegó", como
si quien llegara fuera algún familiar del norte.
Los locutores no repararon en que el presidente de Estados Unidos no
llevaba a nadie detrás aguantándole la sombrilla ni en que el protocolo
de seguridad fue sencillo. Algunos cubanos sí lo notaron.
"¿Viste a Michelle qué regia, qué juvenil? Qué pena con Josefina tan
encopetada. Sentí vergüenza ajena. Porque ella no debe ser tan vieja,
¿verdad?", dice Rosa, vía telefónica, pues necesita comentar la emoción
con alguien.
Según Javier, a quien le tomó una hora coger un taxi hacia el Vedado por
la calle Neptuno, "todo lo que han formado aquí es para intimidarnos a
nosotros, ¿tú crees que él iba a venir aquí sin saber que Cuba es un
lugar seguro?"
La mayoría de los entrevistados se muestran molestos, incómodos por la
situación que crea cada acontecimiento en Cuba.
"¿Tú crees que cada vez que él va de visita a algún país la cosa se
paraliza como aquí?", dice una muchacha vestida a la moda que intenta
llegar a Alamar y que acompaña sus comentarios con una sarta de malas
palabras.
El túnel de la bahía no lo han cerrado como habían anunciado, pero la
escasez de transporte ha provocado que la vía Habana-Alamar haya
aumentado de costo al antojo del chofer que pase.
Otro sujeto que parece más informado continua con los insultos contra el
Gobierno que comenzó la muchacha, para contar cómo cuando fue a comprar
el periódico dominical, solo había noticias de Maduro.
"¿Y a mí que carajos me importa Maduro? Estos están tratando de opacar
el acontecimiento más importante que hemos vivido en 50 años con
reunioncitas con Maduro, ¿o no te has fijado cómo apenas hablan del tema
en el noticiero?"
El transporte
Mientras Barack Obama hacía su recorrido por el Casco Histórico de La
Habana, los habaneros hacían malabares para poderse trasladar de un
lugar a otro de la ciudad.
La ruta 27, que tiene como recorrido habitual la avenida 17, circuló por
23. Los pasajeros la abordaron con la idea de ir haciendo como pudieran
su propio recorrido.
"No hay guaguas pero tampoco hay taxis", decía un hombre forzado a coger
el ómnibus porque llevaba más de media hora esperando por un almendrón.
De la parada del P11, en G y 27, la gente salía caminando en distintas
direcciones. Aunque la Avenida G, normalmente populosa, se veía
desolada, era evidente que la gente que caminaba había tenido que "salir
por necesidad": guardias de seguridad que comenzaban su turno nocturno y
mujeres con niños en brazos que salían de los hospitales aledaños.
"Eso lo pusieron en el periódico para entretenernos", dijo otra pasajera
que salía del Cuerpo de Guardia del hospital Calixto García: "Yo llevo
dos horas esperando el P11 y nada. Desvío ni desvío. Quitaron las
guaguas y ya".
El recorrido de la ruta 27, que pese al desvío debía continuar por la
calle Zanja, se vio interrumpido por otro desvío no previsto. Venció su
recorrido en Reina y Belascoain, aunque debía llegar a la Avenida del
Puerto. La gente protestó en voz alta y hubo quien aseguró que "ya están
vendiendo el país, así que acostúmbrense".
El chofer vociferó que de ahí regresaría al paradero de Playa y, ante
las protestas, aseveró que en el recorrido anterior, sobre las seis de
la tarde, había podido llegar hasta el Parque de la Fraternidad.
"No sé por qué ese cambio ahora, lo más probable es que Obama haya
querido caminar por La Habana, y ¿quién le dice que no, eh?", terminó
diciendo el chofer a modo de consuelo.
"Me imagino que mañana no habrá trabajo, ¿no?", dijo una mujer que
bajaba por la calle Reina con sus hijos, "porque si esto es así hoy,
mañana que quiere ir al Gran Teatro, cómo será la cosa."
Otros molestos señalaron cómo no había guaguas, pero sí "perseguidoras
cada tres metros".
"Te das cuenta, cuando se quiere se puede. En dos días terminaron las
obras y lo hicieron bien", dijo un hombre refiriéndose a los jardines
del Capitolio, concluidos en tiempo record.
Aunque no estaba anunciado, el transporte urbano no podía transitar por
las calles San Lázaro, Neptuno, Zanja y Reina. Se podía transitar a pie
aunque la lluvia persistente hizo que pocos salieran a la calle.
Por el boulevard de Obispo se podía caminar solo hasta la calle Aguiar.
Quienes quisieran llegar al Casco Histórico aun cuando según los medios
ya había concluido la visita de Obama, debían mostrar el carnet de
identidad como prueba de que su lugar de residencia estaba en la zona.
Recorridos alternativos
Apenas se corrió la bola de que Obama pasaría por Galiano, los vecinos
se apostaron en los portales y en las azoteas para verlo pasar.
"No me lo pierdo. Yo tengo que ver al tipo", dijo uno de los
observadores en la esquina de Zanja y Galiano, mientras empezaba a
identificar a todos los personajes "raros" que merodeaban el lugar.
"Cuando hay tanta gente rara es que va a pasar por aquí", aseguró.
Otro analizó: "Bueno, por San Lázaro no se puede ir porque los baches
son tan grandes que puede regresar al Yuma por uno de ellos con bestia y
todo. Así que Galiano es la ideal para que suba". Sin embargo, se mostró
preocupado por los derrumbes y la impresión que causarán al presidente.
Él mismo se consoló. "Na, esa gente ha visto Cuba más que nosotros
mismos. Los extranjeros fotografiando, los cubanos que se han ido y que
saben que esto aquí es una ruina".
La policía de tránsito se encargaba de desviar el tráfico lejos de Zanja
y Galiano. Y, pese a la lluvia, que a las 8:00 de la noche no cesaba, la
gente se alistaba con sus teléfono para poder hacer "al menos" una foto
y esperaba en las azoteas guarecida bajo sombrillas.
La espera fue infructuosa. A la media hora pasó un ómnibus Transmetro
recogiendo a los policías y ya todos supieron que el Presidente no
pasaría por allí.
Pero más de un centrohabanero contó cómo los carros doblaron por San
Rafael y Obama saludó detrás del cristal. Algunos de los que estuvieron
en el lugar discutían si era él o no. Ellos mismos no se lo podían creer.
"Y mañana va por mi casa", dijo uno de los que discutía como si él mismo
le hubiese organizado el recorrido a Obama. "Él quiere ir al Mariel y
tiene que pasar por Playa. ¿Tú sabes la cantidad de dinero que entró con
esa visita aquí? Ahora vamos a ver en qué lo emplean. Ya nos dijeron que
no podíamos mostrarnos mucho por 5ta Avenida", afirmó, refiriéndose a
las advertencias que ha estado haciendo la Seguridad del Estado a los
vecinos de Miramar.
Source: Los habaneros, entre curiosos y molestos por la visita de Obama
| Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1458547871_21081.html
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