El impacto de Obama en Cuba
Líder de los derechos humanos duda de que el viaje de Obama cambiará las
cosas
Cuba usará su inmenso aparato propagandístico para eclipsar lo que diga
Obama
Solo una ofensiva diplomática internacional podría empezar a forzar una
apertura política
ANDRÉS OPPENHEIMER
aoppenheimer@miamiherald.com
La historia dirá cuál será el impacto del viaje del presidente Barack
Obama a Cuba, pero una larga conversación que tuve días atrás con
Elizardo Sánchez, el líder de los derechos humanos más conocido de Cuba,
me dejó serias dudas sobre si la visita del presidente estadounidense
marcará un antes y un después en la isla.
Me encontré con Sánchez, de 72 años, presidente de la Comisión de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, horas antes de que
regresara a la isla después de una visita familiar a Miami la semana
pasada. Sánchez tiene previsto participar en la reunión de Obama con un
pequeño grupo de disidentes programada para el martes en La Habana.
Uno de los fundadores del movimiento de derechos humanos en Cuba,
Sánchez es una figura política interesante. Tras romper con la dictadura
de Castro en la década de 1960, fundó la Comisión para investigar las
violaciones de los derechos humanos del régimen. Sin embargo, siempre se
ha opuesto al embargo comercial de Estados Unidos contra la isla, y ha
apoyado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos
países.
Sánchez me dijo que a pesar de su apoyo al viaje de Obama, no se hace
ilusiones de que traiga consigo cambios importantes en la isla.
De hecho, ha habido "un gran aumento" en la represión de los opositores
pacíficos desde que Obama anunció la apertura a Cuba el 17 de diciembre
de 2014, me dijo. Tan solo en los dos primeros meses de este año, se han
registrado más de 2,500 arrestos por motivos políticos, señaló.
EN CUBA NO HA HABIDO NINGUNA REFORMA, SINO CAMBIOS ADMINISTRATIVOS DE
POCO CALADO, QUE ADEMÁS SON PERFECTAMENTE REVERSIBLES
Elizardo Sánchez, disidente
¿Qué opinas de la afirmación de Obama de que el incremento de los lazos
comerciales traerá consigo cambios económicos graduales, que a su vez
resultarán en mayores libertades políticas?, le pregunté.
"Yo conozco solo cuatro o cinco palabras en inglés, y creo que a eso lo
llaman wishful thinking (hacerse ilusiones)", dijo Sánchez. "En Cuba no
ha habido ninguna reforma, sino cambios administrativos de poco calado,
que además son perfectamente reversibles".
¿Por qué temes que estos "cambios administrativos", como mayor libertad
para viajar al extranjero para los cubanos, se reviertan?, le pregunté.
Porque ya ha ocurrido muchas veces, respondió Sánchez. Los hermanos
Castro cada tanto dan marcha atrás porque tienen que alimentar la imagen
de un enemigo externo, dijo.
"Esa imagen es imprescindible para todas las dictaduras. Todas. Y cuando
no existe ese enemigo, lo inventan", dijo Sanchez.
El ex presidente Jimmy Carter aprendió esa lección en carne propia.
Carter, como Obama hoy en día, intentó una normalización de relaciones
abriendo una misión diplomática en La Habana –conocida como la "sección
de intereses estadounidenses"– en 1977. Pero Fidel Castro "le mordió la
mano" al poco tiempo, instigando la crisis migratoria del Mariel de 1980
que afectó gravemente la presidencia de Carter, explicó.
Castro creó la crisis de Mariel para mantener vivo el mito de la amenaza
externa con que el régimen cubano justifica su represión interna, agregó.
¿Cómo te imaginas el poscastrismo, ahora que Raúl Castro dice que se
retirará en 2018, y Fidel Castro está a punto de cumplir 90 años?, le
pregunté.
"Me lo imagino como la fórmula (rotativa) de Vladimir Putin y Dmitry
Medvedev", respondió. "El poder real va a seguir en manos de la familia
Castro, y sus allegados más comprometidos".
Sánchez dijo que apoya el viaje de Obama porque ayuda a debilitar la
excusa de la dictadura cubana de que Cuba es una isla amenazada, pero no
tiene muchas esperanzas de que el discurso público de Obama en La Habana
–incluso si se transmite en la isla– tenga un gran impacto.
Castro puede permitirle a Obama decir lo que quiera, "porque luego, con
su enorme aparato de propaganda interna y externa, y sobre todo su
aparato de intimidación policial, puede borrar de la memoria de la gente
el mensaje de Obama", dijo Sánchez.
Mi opinión: Estoy de acuerdo. Sólo una gran ofensiva diplomática
internacional para ayudar a restaurar los derechos fundamentales en Cuba
–ahora que la excusa del país agredido que usa el régimen cubano suena
cada vez más disparatada– puede comenzar a generar una apertura política
en la isla. Sin esa ofensiva, el impacto del viaje de Obama será
reducido, y de corta duración.
Columnista del Miami Herald
No se pierdan el programa "Oppenheimer Presenta", domingos, 9 p.m., en
CNN en Español. Twitter @oppenheimera
Source: El impacto de Obama en Cuba | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article67121117.html
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