Lo que no se explica el secretario
El fútbol gana cada vez más terreno en Cuba
viernes, diciembre 18, 2015 | Leonardo Calvo Cardenas
LA HABANA, Cuba.- La popularidad que alcanza por estos días el fútbol en
Cuba es comentario recurrente entre especialistas y aficionados; sin
embargo la pasión que desata el deporte de las multitudes, sobre todo
entre los jóvenes, no se corresponde con los resultados del balompié
actual de nuestro país.
A pesar de que observadores y especialistas continúan reconociendo las
potencialidades naturales de los cubanos para jugar al futbol, este
deporte, que en décadas pasadas acumuló resultados encomiables en el
área y abarrotó los más grandes estadios de Cuba, no escapa a la crisis
actual del deporte cubano.
Son recurrentes los fracasos del fútbol nacional en sus intentos de
ganar espacios en la arena internacional, lo cual resulta muy difícil en
tanto el torneo élite del patio es muy débil y hasta el momento los
futbolistas cubanos son los únicos del planeta que no pueden participar
en ligas foráneas. Solo por estos días media docena de jugadores fueron
invitados a participar en los campos de entrenamiento de dos clubes
profesionales mexicanos, lo cual sucede sólo después que en la última
década una treintena de futbolistas han decidido abandonar el país para
buscar nuevos horizontes en otras latitudes.
El trauma del futbol cubano es tan profundo que ni siquiera contamos con
un campo de juego que cumpla los requisitos y estándares
internacionales. No podemos olvidar cuando el astro argentino Diego
Armando Maradona, en la plenitud de sus gloria deportiva, visitó Cuba
hace alrededor de treinta años después de recorrer varios lugares del
país, con el estadio nacional "Pedro Marrero" incluido, y preguntó:
"¿Cuándo vamos al terreno de fútbol?"
Hace pocos años, concluido el juego de la selecciones de Cuba y Canadá,
un reportero televisivo interrogó a uno de los jugadores visitantes
sobre como valoraba el partido y su significado, y el entrevistado ante
todo se refirió al mal estado de la cancha de juego. Hace pocas semanas,
mientras los jugadores del club mexicano Santos Laguna reconocían el
terreno donde se enfrentarían a la selección nacional en partido
amistoso, a la periodista Niurka Talancon se le ocurrió preguntarle al
director técnico Pako Ayestaran por el estado de la cancha, a lo que el
estratega respondió "la cancha habla por sí sola".
En conversación con esta misma periodista en la emisión del domingo 13
de diciembre del programa televisivo "Pulso deportivo", el secretario
general de la Federación Cubana de Futbol Luis Yero aseguró que no se
explicaba la razón que ha impedido durante seis años establecer el tan
necesario terreno sintético en el histórico campo habanero de "La
Polar". El señor Yero recordaba que ningún equipo del mundo de primera
categoría entrena en el mismo terreno en el que juega. Explicó el
directivo que en la maltrecha grama del estadio Pedro Marrero deben
entrenar varios planteles del futbol nacional.
El dirigente dijo además que todo está dispuesto organizativa y
logísticamente para disponer el primer terreno sintético de Cuba, lo
cual sería un paso muy importante en el desarrollo técnico del futbol
nacional.
Lo que en realidad no entiende Yero es la atrofia estructural de un
sistema que, en función de un poder absoluto, ahoga todas las
iniciativas y potencialidades particulares, institucionales o
sectoriales. No entiende que la Federación Cubana de futbol no es
ninguna federación, sus directivos son meros encargados dependientes del
gobierno central. En cualquier país del mundo una federación nacional de
futbol tiene independencia institucional y tanto poder y caudal como la
más prospera de las corporaciones y no debe esperar por la determinación
o sensibilidad de autoridades políticas para solventar problemas o
necesidades propias.
Si hay en el país varias localidades, incluso rurales, amantes del
futbol, que con muy pocos recursos pero con gran esfuerzo y sacrificio
mantienen la calidad de sus campos de juego aunque carezcan de
infraestructura y logística moderna, ¿Cómo es posible que nuestro
principal campo de juego futbolístico, casi todos los complejos de
deportes acuáticos del país y gran cantidad de otras instalaciones
deportivas se encuentren en deplorable estado de conservación? Parece
una broma macabra que la única instalación deportiva de calidad y
categoría que conservamos, a saber el Coliseo de la Ciudad Deportiva de
la Habana, tenga casi sesenta años de construida.
Ni el señor secretario ni sus colegas federativos, ni periodistas ni
aficionados podríamos decir cuando se cumplirá el sueño de una cancha
sintética y un estadio moderno para el futbol cubano simplemente porque
eso depende de quienes mandan sin demostrar sensibilidad, sin rendir
cuentas y sin asumir responsabilidades.
Source: Lo que no se explica el secretario | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/lo-que-no-se-explica-el-secretario/
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