De cómo España financia el aparato represivo del castrismo
Pronto vivirán en Cuba 300 mil españoles que, si no logran organizarse
por sí mismos, serán ignorados tanto por el régimen cubano como por el
gobierno español
miércoles, diciembre 16, 2015 | Fernando Núñez
PARÍS, Francia.- Pocos españoles residentes en extranjero saben que
existe desde 1987 una instancia gubernamental encargada de defender sus
intereses en prácticamente cualquier país donde vivan: El Consejo de
Residentes Españoles.
Dicha estructura, desarrolla sus actividades en materia de derechos
civiles y laborales, acción educativa, social y cultural a favor de los
españoles que integran dicha comunidad y de paso, asegura su
participación política en España facilitando el voto en las citas
electorales.
En la actualidad hay constituidos un total de treinta y seis CRE en el
mundo entero. El de Cuba fue fundado en 1992 y depende del Jefe de la
oficina consular de La Habana. Entre sus funciones se encuentra como lo
indica el Boletín oficial del Estado, la de "asesorar a la Oficina
Consular, encauzando hacia ésta el sentir y preocupación de la comunidad
española, proponiendo medidas que puedan contribuir a mejorar la
atención a ella y constituye un cauce abierto para que los españoles en
el exterior puedan conocer las medidas de las administraciones públicas
españolas que les afecten o exponer sus problemas."
Son elegibles los españoles que figuren inscritos en el CERA, es decir
el censo electoral de los residentes ausentes. El mandato tiene una
duración de cuatro años, a contar desde la fecha de la constitución del
CRE. Sus miembros pueden ser reelegidos. Actualmente su sede social se
encuentra en los locales de la Federación de Sociedades Asturianas,
situada en la Avenida de Prado nº 309 esquina Virtudes y su presidente
es Manuel José Vallejo Filpo.
Según la reglamentación vigente, los miembros del CRE no perciben
remuneración alguna. Sin embargo, cuando son convocados por el cónsul,
como todo órgano colegiado que se respete, reciben un salario como
cualquier funcionario español, el tiempo que duren las reuniones
previstas. En el caso de Cuba, estas pueden llegar hasta los 104,58 euros.
No sabemos las veces que son convocados los 11 miembros del CRE de Cuba
fuera del periodo electoral, pero sí nos consta que algunos de sus
miembros pasan sus vacaciones en Europa. Eso sin contar con las
subvenciones, frecuentes, que hacen llegar las Comunidades autónomas
españolas a las ¡102! asociaciones amparadas por el CRE cubano.
Todo esto sobre el papel parece bien organizado y completamente legal.
Nada tiene de extraordinario que España se ocupe de defender los
intereses de sus hijos expatriados donde quiera que estos se encuentren.
Sin embargo, la situación anómala del CRE de Cuba llama a reflexión.
En primer lugar porque las asociaciones españolas de la isla fueron
pulverizadas por el castrismo y sus sedes embargadas en la década de los
sesenta del siglo pasado. Esto puede comprobarlo cualquiera que haga una
búsqueda en los archivos del Diario de la Marina o en la Web. Las que
existen actualmente han sido creadas ex nihilo con el claro fin de
drenar las subvenciones que llueven desde España. En segundo lugar,
porque la sociedad civil cubana no dispone de una ley orgánica que
permita la creación de asociaciones independientes del Estado. Es decir,
las que existen son paraestatales o están dirigidas por funcionarios. No
es un secreto para nadie que el castrismo, infiltra los movimientos
opositores en sus más altos estamentos. Estas nuevas 'asociaciones' no
son una excepción.
Si estas evidencias no bastaran, reproduzcamos la opinión del escritor
de origen canario residente en Camagüey, Ramiro Manuel García Medina,
quien escribiera recientemente en su blog: "desde que se creó (el CRE)
en 1992, sus actividades se han circunscrito a la capital o sea a la
ciudad de La Habana, ahora que el 70% de los españoles vive en capitales
provinciales o en el campo."
Una actividad asociativa casi anecdótica
La mayor parte de estas asociaciones están compuestas por un solo
miembro y sus actividades públicas son anecdóticas (concursos de dominó,
de repostería). Recordemos que el Diario de la Marina, dedicaba a estas
actividades una página entera cada día de este mundo. Es cierto que la
colonia española de Cuba era próspera; sin ir más lejos, entre los más
ricos de la isla, un año antes de la revolución, había 67 españoles y 28
estadounidenses, lo que significa que administraban escuelas,
hospitales, fundaciones caritativas, sin olvidar un sinnúmero de
empresas de toda envergadura, todo lo cual, por su importancia social
era reflejado en el Diario.
Las inofensivas 'actividades' de las actuales, las recoge con maniaca
puntualidad el delegado informativo de España Exterior, Manuel Barros y
son publicadas con frecuencia por esa página digital. Seguimos sus
artículos asiduamente y nunca, el señor Barros ha dedicado un espacio a
informar a la opinión sobre el destino de las cuantiosas sumas que
administra el CRE cubano y la Federación de Sociedades Españolas de Cuba
(FSEC), tampoco he conseguido encontrar una página oficial del
Ministerio de Empleo, Seguridad Social y de Cooperación que lo indique.
Ninguna acción en materia de derechos civiles, laborales, acción
educativa o social
Para nadie es un secreto que casi 130 mil cubano-españoles están
inscritos en el CERA, y que otros 100 mil esperan desde hace años para
que se solucionen sus demandas –ya aprobadas- de nacionalidad española.
¿Cuántas veces hemos escuchado al actual Presidente del Consejo Manuel
José Vallejo Filpo, exigir una solución al atasco consular habanero?
Ninguna.
Como se ha dicho y repetido, si se mantiene el actual ritmo de unas 1000
resoluciones mensuales, los últimos expedientes encontrarán solución en
el año… ¡2023! Recientemente leímos el correo de un afectado que nos
remitía una carta del consulado en los siguientes términos: "Le comunico
adicionalmente que, debido al gran volumen de expedientes en trámite, el
tiempo medio para la revisión de aportes es de 34 meses desde la
presentación del último documento".
Pero esto no es todo, la actitud de algunos funcionarios consulares
dista de ser irreprochable. Continuamente llegan quejas a esta redacción
sobre la actitud del vicecónsul de Villa Clara, Augusto de Jesús Blanco
Ugarte, quien pretextando adelantar el trámite, cobra según el cliente,
entre 300 y 500 dólares. Eso sin olvidar, que los impedimentos absurdos
para acordar la nacionalidad española se suceden y multiplican contra
toda legalidad o lógica humana. Por ejemplo, ha habido casos dentro de
una misma familia en que se acepte la nacionalidad para un hermano y…
¡se le niegue a otro!
Pero hay muchas otras quejas, que tienen que ver con disfuncionamientos
gravísimos en el edificio de la Lonja del comercio, que alberga las
oficinas del Consulado General de España, donde son notorios el maltrato
a los usuarios y el tráfico de documentos consulares en la cola y
edificios aledaños, sin que el Consejo de Residentes españoles o el
enviado de España exterior se manifiesten… Recientemente el tema fue
tratado en el Congreso de los Diputados (pp.259 del documento) pero los
problemas aún no se han resuelto, al contrario.
¿Acaso no hay entre los afiliados al CRE, juristas que puedan ayudar a
agilizar los trámites consulares? ¿No puede la Embajada de España hacer
una encuesta entre los 130 mil españoles para detectar y corregir
irregularidades y fraudes? ¿Acaso no tiene el CRE entre sus funciones,
la de asesorar al jefe de la Oficina Consular, encauzando hacia ésta el
sentir y preocupación de la comunidad española? Contrasta esta pasividad
de los consejeros cubanos con la actuación digna de la representante del
CRE de Argentina o la del presidente del CRE de República Dominicana que
se hacen patentes en los plenos o en sus presentaciones públicas y
denuncian abiertamente los problemas existentes en su ámbito de competencia.
Pero la explicación a esta situación salta a la vista. Esos funcionarios
no protegen los intereses de los españoles de Cuba porque como se
infiere, responden a los intereses de la dictadura de Castro, amparada
como sabemos por la desidia de los sucesivos gobiernos españoles desde
Franco hasta Rajoy.
Nido de agentes de la Seguridad del Estado cubana
La gran mayoría de los miembros electos están en sus puestos por su
probada lealtad al régimen de La Habana. Basta escribirles para darse
cuenta. En el marco de esta investigación, solicitamos a algunos de
ellos y nos negaron toda colaboración por motivos puramente políticos.
Fue el caso de la señora María Antonia Rabanillo de la Ascyl, quien en
una airada carta manifestó "No interferimos en problemas políticos ni de
ninguna otra índole, (…) le solicitamos que no se dirija más a nuestra
organización". El mismo tono agresivo lo manifestó el representante de
la Asociación Castellana de Santiago de Cuba y de la Asociación Zamorana.
La situación es tan escandalosa que durante un viaje a La Habana el
Director general de migraciones, Miras Portugal reclamó una renovación
del CRE de Cuba. Veremos si para las próximas elecciones que
probablemente tengan lugar en el mes de abril de 2016 sus deseos se
realizan.
Pero si los argumentos anteriores no alcanzaran como demostración
suficiente sobre la extraña inacción del CRE, baste señalar la
indolencia que muestra en lo que concierne al tema –cardinal- de la
participación del electorado cubano-español en las próximas elecciones
del 20D. En efecto, resulta inadmisible e intolerable que de un censo
electoral que cuenta en la isla con más de 116 mil inscritos, sólo hayan
conseguido "rogar" el voto 732.
La primera tarea del CRE debería ser la de formar ciudadanos españoles
Muchos son los impedimentos que deben enfrentar actualmente los
españoles residentes en Cuba. El primero de ellos es la desinformación y
el segundo, la falta de medios materiales para poder ejercer sus
derechos ciudadanos. Sin embargo, en los próximos años, tendrían una
oportunidad única si saben aprovecharla. El derecho al voto que ampara
la Constitución española de 1978, podría hacer la diferencia en una
contienda electoral peninsular mayor por la fuerza mecánica del número
de votantes. Pero para conseguirlo han de pasar por encima de esas
organizaciones que, no sólo no los representan, sino que también los
dividen; sin olvidar que el voto rogado, sumado a las infraestructuras
inadaptadas de telecomunicaciones y viales de la isla, vuelve imposible
el ejercicio de sus derechos civiles. Pronto vivirán en Cuba 300 mil
españoles que si no logran organizarse por sí mismos, serán ignorados
tanto por el régimen cubano como por el gobierno español.
Resulta conveniente que se intente restablecer esta red de asociaciones
que constituían la base del vigoroso tejido empresarial, que hizo de
Cuba una tierra prometida para todos los inmigrantes europeos hasta el
año 1959. Lo que no parece correcto es que se malgaste el dinero de
todos los españoles en una loca empresa que, en su forma actual, lejos
de mejorar la vida de nuestros compatriotas, sólo beneficia a los
testaferros del castrismo.
Source: De cómo España financia el aparato represivo del castrismo |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/colaboradores/de-como-espana-financia-el-aparato-represivo-del-castrismo/
No comments:
Post a Comment