Monday, December 21, 2015

Las leyes de Galileo

Las leyes de Galileo
El proceso de acercamiento entre Washington y La Habana, del que ya se
completó un año, tiene todas las trazas de ser irreversible
Jorge Dávila Miguel, Miami | 21/12/2015 9:57 am

Han transcurrido un año y pocos días desde que Washington reconoció que
su política de confrontación con La Habana había fracasado y en las dos
capitales se anunció el proceso de reconciliación. Pero todavía hay
quienes no pueden contemplarlo sino con la boca abierta. Tal vez por eso
exhalan una y otra vez el mismo mantra: "Nada ha cambiado (y nada
cambiará)" y cuando son muy osados al evaluar estos doce meses nos
sirven una de cal y otra de arena —que no está mal por aquello del
balance— pero que resulta fatal porque al fin y al cabo no nos dice nada.
Sería preferible que los que miran la política del presidente Barack
Obama como un disparate o un fracaso —por ser republicanos o por pensar
que lo de Cuba solo se resuelve con un primero de enero al revés—, nos
explicaran cómo eso podría suceder a estas alturas. Hay una variante
sigilosa que consuela a muchos de ellos, aunque tampoco se atrevan a
enunciarla: que el poder económico norteamericano logrará, por la vía
suave, lo que no logró con la mano dura. Es aquello de que cambiaron las
tácticas pero no los objetivos. El asunto sería, para los que rumian y
argumentan esa tesis —ya sea como esperanza o como amenaza— tanto desde
Miami como desde La Habana, determinar cuáles serían, ponderadamente,
esos objetivos. No sería aventurado decir que, además de salvar cara[1],
casi ninguno. Como no fuera quitarse de encima ese entuerto continental
iniciado hace 56 años por Nixon y Eisenhower; hacer negocios si la
realidad cubana lo permite; pero sobre todo mantener la calma en la Isla
a toda costa. Carpe Diem, Take it easy, Cógelo Suave. No hay a quien le
interese tanto como al Gobierno cubano la tranquilidad social de la Isla
como al Gobierno americano.
¿Y si ganan los republicanos en 2016?, se esperanzan muchos con la
quijada colgante. Me temo, sin temerlo, que la cosa siga igual. Este
proceso del que ya se completó un año, tiene todas las trazas de ser
irreversible. Fuentes confiables cercanas al Departamento de Estado
aseguran que de llevarse a votación hoy mismo en el Congreso la vigencia
de las leyes Torricelli y Helms-Burton, serían derogadas con apoyo
bipartidista. Al parecer dos son los elementos que previenen hoy por hoy
dicha votación: el efectivo cabildeo de los congresistas
cubanoamericanos y organizaciones exiliadas que mantienen con el embargo
su último aliento, y el interés de la bancada republicana de no
regalarle tal triunfo al presidente Obama. Pero acaba de formarse un
comité de doce representantes, tanto demócratas como republicanos, que
pedirán al Congreso un acercamiento en las relaciones comerciales con la
Isla, un abordaje "más pragmático" para una mejora de las relaciones con
Cuba "que refleje los intereses de los estadounidenses". Eso en simple
castellano indica una ofensiva bipartidista para dejar sin más dientes
al embargo comercial. Su muerte es inevitable, solo falta el cuándo.
Y es cierto que el tema de las compensaciones entre Washington y La
Habana es un feo atascadero para la "normalización" de las relaciones,
pero también lo es que no hay nada que no pueda resolverse con voluntad
política. En el año 2014 el banco francés BNP Paribás fue multado, por
violar sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba, Sudán e Irán
en unos ocho mil ochocientos millones de dólares, monto semejante a las
reclamaciones norteamericanas a la Isla. No hace mucho, fuentes
interesadas manejaron públicamente la posibilidad de que esos fondos
confiscados fueran destinados a la compensación de las reclamaciones
norteamericanas. Después ha habido silencio sobre esto. La racionalidad
política de dicha solución por Washington sería que aunque Cuba
estuviera dispuesta a pagar dichas compensaciones, su precaria situación
económica no se lo permitiría, según el abogado especialista en temas
económicos Cuba-USA Pedro Freyre, de la firma legal Akerman, radicada en
Miami.
En conclusión, no se han resuelto todos los problemas ni se van a
resolver porque el día que se resuelvan toditos se para el mundo en seco
y eso no le interesa a nadie porque imagínense ustedes, la noche siempre
noche en una mitad del globo y el día siempre día en la otra. Sabemos
que "Nada ha cambiado en Cuba (y nada cambiará)" pero como dijo Galileo:
Sin Embargo, se mueve.
Jorge Dávila Miguel, columnista de El Nuevo Herald y de CNN en Español;
comentarista político de CNN en Español.
[1] U.S. President Barack Obama stressed that U.S. policy will continue
to focus "on issues related to democracy and human rights in Cuba… and
promote our values through engagement".

Source: Las leyes de Galileo - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/las-leyes-de-galileo-324368

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