Monday, December 21, 2015

Dónde están los políticos?

¿Dónde están los políticos?
Si preguntamos a un cubano de a pie por el nombre y programa de un
partido de oposición, muy pocos podrían responder
lunes, diciembre 21, 2015 | Eliecer Ávila

LA HABANA, Cuba.- Dentro y fuera de Cuba es común escuchar preguntas
como: ¿Cuándo se va a acabar "aquello"? ¿Cuándo la gente va a salir por
fin a la calle a tumbar a los Castro? ¿Cómo se van a quitar de arriba
ese sistema?

La atención se concentra totalmente en el desmantelamiento del sistema
actual, en divulgar sus abusos, ineficiencias, culpas y malas
intenciones. Poco interés se dedica a la piedra angular para solucionar
el problema: la construcción de la alternativa.

Algunos pensarán que lo importante es tumbar a los Castro. Pero resulta
que tanto el pueblo cubano como los posibles inversionistas y gobiernos
extranjeros necesitan conocer cuál es la alternativa y confiar en ella,
antes de apoyarla.

Suele decirse que esa alternativa es "la democracia", pero entre las
democracias del mundo se encuentran desde los países más avanzados y
ricos hasta los más destartalados, pobres, corruptos y violentos. Si
bien la democracia representativa y pluralista es sin dudas el mejor
sistema político que existe, el resultado real de su aplicación depende
en gran medida de las personas que ocupen las estructuras de poder.

Es indispensable hablar del capital humano con que contamos para el
cambio; de ese grupo de personas competentes e íntegras, capaces de
inspirar confianza a los principales actores sociales para compartir un
proyecto común de país con ellos, apoyándose mutuamente. Aquellos que
trabajarán de forma responsable por cerrar –o en el mejor de los casos
superar– las heridas de la historia y unir la nación, para construir un
futuro en el que quepamos todos.

Muchos opinan que ese capital humano no existe, salvo algunas
excepciones. No estoy de acuerdo, aunque entiendo por qué algunos
piensan así, analizando lo que más se ve y promociona.

Si la dictadura estuviera convencida de que entre los que piensan
distinto no hay personas capaces de derrotarla en unas elecciones,
realizaría comicios libres. Sin embargo nunca ha querido competir, ni
jugando.

Dentro de la oposición política cubana hay absolutamente de todo, como
lo hay dentro del Partido Comunista y dentro de cualquier grupo humano
del planeta. Hay gente ignorante, oportunista, falsa e incompetente en
la oposición, pero también hay gente inteligente, responsable, íntegra y
coherente, capaz de liderar un cambio ordenado y estable hacia una mejor
sociedad. Los verdaderos líderes democráticos podrían integrar en su
proyecto de cambio y desarrollo a mucha gente buena y trabajadora que
ocupa hoy posiciones intermedias dentro del aparato del Estado y de las
instituciones religiosas, militares, científicas, académicas,
artísticas. Esto es algo que el gobierno sabe y por eso pone todo su
esfuerzo en evitar el encuentro.

El reto entonces consiste en que se pronuncien abiertamente los que de
verdad tengan posibilidades y aspiraciones políticas, para que sea
factible estructurar la idea de un gobierno democrático.

Es necesaria una alternativa que ponga en práctica desde ahora todo lo
que el gobierno comunista no puede hacer: elecciones –aunque sea
internas o entre sus simpatizantes–, rendición de cuentas, debates
abiertos sobre los temas claves de la realidad cubana. Una alternativa
que se proyecte de manera creíble, a partir de una plataforma compartida
de métodos y valores para trabajar, hacer política, ganar seguidores,
financiar actividades, y accionar en todos los campos de influencia.

Esto sería lo correcto, lo ideal, lo responsable, y es posible lograrlo
a pesar de los muchos obstáculos existentes. Algunos de estos obstáculos
a vencer los pondrá siempre el gobierno, pero otros corresponden a
nuestros propios vicios, traumas y ambiciones.

Por parte del aparato represivo lo que más daño hace es el cerco
comunicacional. El control del internet y todos los medios por parte del
Partido Comunista es hoy lo que más retrasa y afecta la lucha por la
democracia en Cuba. De nada vale tener un buen programa y personas
capaces de defenderlo, si no existe un canal efectivo para darlo a
conocer y medir el apoyo real que tiene.

El pueblo quiere cambios pero no puede acceder a las propuestas que
existen. Al contrario, la propaganda oficial infunde miedo y confusión,
lo cual genera inmovilidad y frustración en el pueblo, que ve la
emigración como única alternativa.

Por parte de los opositores, el mayor obstáculo es que muchos de los más
competentes no se declaran abiertamente, ni se reconocen a sí mismos
como políticos, es decir como personas que buscan competir por el poder
para implementar un programa de gobierno. Esto es ilógico, pues el
gobierno podría argumentar: "Quieren elecciones libres, ¿pero quién se
postularía a ellas?" Hay promotores de campañas, activistas, blogueros,
periodistas, raperos, pero no políticos.

No podemos apostar solamente por el desarrollo de una sociedad civil
(muy importante y necesaria); debemos desarrollar paralelamente una
sociedad política fuerte, con la experiencia y los conocimientos del
ejercicio político. La función de los políticos es diferente a la de los
activistas o la sociedad civil.

La sociedad civil hoy en el mundo es una fuerza de equilibrio y
contrapeso respecto al poder político. Rara vez es aliada de algún
gobierno o partido. Eso sólo ocurre en casos como los de Cuba y
Venezuela, donde los gobiernos se fabrican su propia sociedad civil para
deslegitimar a sus opositores.

Los medios, tanto independientes como extranjeros, ayudan poco en este
sentido. No proyectan a los opositores cubanos como políticos que mañana
pudieran gobernar. Fuera de Cuba especialmente, se busca con ansiedad la
noticia ruidosa, el escándalo o la pelea, ya sea entre los opositores
mismos o entre éstos y los represores. Parece que lo único importante es
informar que en Cuba se violan los derechos humanos, algo que todo el
mundo sabe.

Sería absurdo decir que denunciar esas violaciones no es importante; lo
es, y mucho, pero eso no puede ocupar todo el tiempo de radio y
televisión o todas las páginas de periódicos y blogs. Debe dedicarse más
espacio para que las fuerzas políticas den a conocer sus nombres,
estructuras, integrantes y propuestas. Es necesario potenciar el debate
inteligente sobre los temas que afectan la vida cotidiana de los
cubanos, para esclarecer quiénes y cómo les darían solución.

Si ahora mismo le pidiéramos a cualquier cubano de a pie que nombrara
algún partido político de oposición en Cuba y explicara su programa, muy
pocos podrían responder.

Source: ¿Dónde están los políticos? | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/donde-estan-los-politicos/

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