Friday, November 20, 2015

Balseros terrestres

Balseros terrestres
Una bomba de tiempo se gesta en Centroamérica
Eugenio Yáñez, Miami | 19/11/2015 5:31 pm

Le tienen más miedo a la vida en Cuba que a la muerte entre selvas,
páramos, pantanos, fieras, coyotes, traficantes, contrabandistas y
delincuentes de toda laya.
Miles de cubanos están atrapados en la ruta Ecuador-Estados Unidos, en
medio de un masivo éxodo terrestre. En un viaje casi cincuenta veces más
largo que el de Mariel-Cayo Hueso de 1980. Al momento de escribir estas
líneas están varados en la frontera Costa Rica-Nicaragua, después de
haber sido embestidos por los uniformados de Daniel Ortega, por orden de
Raúl Castro.
Mientras esto ocurre, la dictadura ignora el drama y la crisis
humanitaria de grandes proporciones, y no se siente obligada a
preocuparse por cubanos que escapan del infierno castrista, porque
solamente representa a "revolucionarios". La condición de cubano se
obtiene al nacer en Cuba, y quien gobierne el país, democráticamente
electo o por la fuerza, tiene la obligación de representar a los cubanos
ante los demás gobiernos, independientemente de las opiniones políticas
de cada persona. Cualquier gobierno decente hubiera alzado su voz en
defensa de sus ciudadanos maltratados, pero el término gobierno decente
no define a La Habana.
Los congresistas cubanoamericanos en Estados Unidos, líderes del exilio
miamense, y cubanos de a pie que comparten café y croquetas, o aplastan
discos en la Calle Ocho, parecen andar demasiado ocupados en otros
menesteres, pues en estos días no se les escucha a muchos de ellos
pronunciarse públicamente sobre el tema con la rapidez y contundencia
que algunos consideran que deberían haberlo hecho. Lo mismo que
opositores y disidentes en la Isla, que aun sometidos a la brutal
represión del régimen encuentran tiempos y espacios para pronunciarse
sobre otros temas, pero que en este tienen tareas pendientes todavía.
Los esbirros digitales de la dictadura que pululan en estas páginas y
otras muchas continúan haciendo su miserable trabajo, denigrando a
quienes escapan del paraíso castrista, inventando mentiras y
descalificaciones, y mostrando estadísticas falsas, esotéricas o
prefabricadas para distorsionar la verdad. Quieren que esos cubanos que
escapan acepten mansamente el yugo dictatorial y se queden en Cuba
viviendo miserias inducidas por el régimen, tocando guitarras y maracas
para los turistas, rellenando fosforeras, paseando perros, pelando
frutas, y desfilando alegremente por la Plaza de la Revolución cada vez
que los convoquen.
Algunas personas que comentan en publicaciones digitales y redes
sociales recuerdan que médicos y maestros cubanos ayudaron a Nicaragua
en los años ochenta; y consideran que ahora los nicas deberían ser
solidarios con nuestros compatriotas varados en esas fronteras. El
pueblo nicaragüense podrá agradecer o no a médicos y maestros cubanos,
pero Daniel Ortega y la crápula sandinista solamente agradecen a Fidel y
Raúl Castro. Y esos compatriotas en estos días en la frontera sur
nicaragüense son una denuncia viva, con su masiva huída, de las mentiras
sobre los "logros de la revolución" y lo bien que van las cosas, que los
cómplices sandinistas de La Habana ayudan a ocultar: por eso les llaman
"delincuentes" y lanzan gases lacrimógenos contra cubanos desesperados
que, incluyendo mujeres, niños y ancianos, claman por un permiso
humanitario para continuar viaje en busca de un futuro mejor, futuro que
ni la dictadura en La Habana ni los corruptos en Managua pueden ni
quieren ofrecer a sus pueblos.
Para que esos cubanos entrampados en Centroamérica puedan encontrar una
solución a su drama, y que todo no termine en un escenario sangriento o
una deportación a Cuba, sería necesario y conveniente que la oficina del
Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) interviniera
en el asunto, y para eso la presión de los cubanos radicados en Estados
Unidos y de sus congresistas electos podría ser decisiva. También podría
hacerlo la Organización de Estados Americanos (OEA), aunque esta
institución tiene tan poco prestigio, respeto o poder, que sus
posibilidades de lograr algo favorable hacia nuestros compatriotas
resultan mínimas. La principal responsable de esta crisis, la dictadura
cubana, incapaz de ofrecer un futuro decoroso a sus ciudadanos, anuncia
ahora cínicamente que la culpa la tiene, como siempre, Estados Unidos, y
utiliza la crisis humanitaria de nuestros compatriotas en Centroamérica
para presionar a Washington y mentir ante el mundo. Por eso ahora
declara cínica y angelicalmente que esos cubanos empantanados en América
Central podrían regresar al infierno si así lo desearan. ¡Ni que
estuvieran locos!
Costa Rica ha actuado decentemente con nuestros compatriotas. La visa
humanitaria otorgada era para siete días solamente, pero ya el gobierno
aclaró que podría extenderla si se prolonga el estancamiento. Las
relaciones Costa Rica-Nicaragua se han tensado más aun con esta
situación. Y en Panamá, Colombia y Ecuador hay más cubanos viajando en
estos momentos por sus carreteras, selvas, montañas y costas, entre
coyotes, bandidos, traficantes y estafadores, con la ilusión de aspirar
finalmente al sueño americano si logran entrar a Estados Unidos acogidos
al "parole" que posteriormente les permitiría solicitar la residencia
permanente al año y un día en ese país, gracias a la Ley de Ajuste
Cubano. Ley que la dictadura llama "asesina" pero que le asegura más
cubanos cada día enviando remesas a sus familiares y viajando a visitar
a los suyos, o también, lamentablemente, a ostentar. Y ahora ya no se
trata de decenas o centenares, sino de miles y miles. Un verdadero éxodo
masivo por vía terrestre.
Ya la crisis tiene carácter regional y actúa como bomba de tiempo en el
escenario centroamericano. Costa Rica busca soluciones regionales,
explora la posibilidad de transporte marítimo o aéreo que evitaría el
paso por Nicaragua, y propone crear un corredor internacional
humanitario para que los cubanos puedan transitar seguros hasta Estados
Unidos.
Son demasiados los riesgos y peligros que corren los cubanos por esas
vías. Este éxodo terrestre masivo de Ecuador a Estados Unidos no podrá
continuar indefinidamente, tiene que terminar. Como antes terminaron los
de Camarioca, Mariel o el de los balseros de 1994, sustituidos por
migraciones ordenadas. Nuestros compatriotas lo saben. Y por eso se
apresuran.
¿Cuál será el desenlace de este drama, uno más del que viven los cubanos
a causa de la brutal dictadura que lleva más de medio siglo en el poder,
ante el silencio cómplice y el mirar hacia otro lado de "hermanos"
latinoamericanos, y la codicia de tantos en EEUU y Europa que solamente
ven en Cuba oportunidades de negocios y no la tragedia de una nación
esclavizada y una sociedad paralizada, aplastada o exiliada?
Difícil saberlo ahora mismo. Aunque algo debemos tener perfectamente claro:
No hacer nada no es una opción, sino una rendición.

Source: Balseros terrestres - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/balseros-terrestres-324143

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